Carolina Bescansa va por libre y no se amilana frente a Pablo Iglesias. La cofundadora de Podemos ha publicado este miércoles en su canal de Telegram una propuesta propia de reforma de la Constitución. Con este gesto, intenta marcar perfil propio a 48 horas de que el partido morado celebre en Córdoba unas jornadas sobre la reforma constitucional.
La relación entre Bescansa e Iglesias pasa por sus peores momentos. La cofundadora está fuera de la dirección. Y desde hace tiempo intenta marcar su perfil propio, con gestos como sus fuertes críticas a la política de la formación en Cataluña o como la presentación de estas tesis a dos días de que el partido morado inicie una suerte de congreso sobre la Constitución.
Ella expone, en todo caso, que lanza ahora estas propuestas porque "cuando nacimos, quisimos convertir el debate de ideas en el ADN de nuestra organización". "Este documento camina en esa dirección, apostando por ensanchar el debate dentro de Podemos", agrega.
Bescansa explica en un mensaje recogido por Efe que ha presentado a las estructuras organizativas de Podemos y a los inscritos tres propuestas de reforma. Unas ideas que son fruto del debate con juristas y constitucionalistas que en 2016 desarrolló la Secretaría de Programa y Proceso Constituyente, de la que ella misma era titular hasta la asamblea de Vistalegre II, que renovó la dirección del partido. Lo cierto es que buena parte de estas medidas son compartidas por muchos en Podemos.
Contra los independentistas
La diputada de Podemos parece dispuesta a liderar una corriente opuesta a las directrices de la dirección nacional. No puede olvidarse que hace unas semanas Iglesias decidió sustituirla en la Comisión Constitucional del Congreso por Irene Montero. Como respuesta, ella planteó después que Podemos debía "hablar más para España y no sólo a los independentistas".
Lo ocurrido a renglón seguido evidenció la soledad de Bescansa dentro de Podemos. Sin embargo, la cofundadora da un paso al frente y ante lo que califica como una "crisis de Estado" que ha llegado "de la mano de independentismo catalán", ahora propone a su partido soluciones concretas aglutinadas en tres propuestas de cambio constitucional.
Las tres reformas, al detalle
La primera de estas reformas es la transformación del Senado en una cámara territorial con competencia exclusiva en la distribución anual de los recursos consagrados a la financiación autonómica, el cálculo del cupo y los fondos de compensación interterritorial.
En segundo lugar, propone delimitar las competencias del poder ejecutivo frente al legislativo, el judicial y el resto de las administraciones del Estado; de tal manera que el Gobierno no podría acudir al Senado para aprobar la aplicación del artículo 155 ni tampoco nombrar al fiscal general del Estado, competencia que reclama para el Congreso con un sistema de mayorías reforzadas.
Asimismo, plantea incluir un mecanismo de elección directa del presidente del Gobierno a través de sufragio universal en dos vueltas y con circunscripción única estatal.
Por último, desarrolla en varias fases la forma de articular el derecho a decidir, primero con un referéndum en el que debería respaldarse el cambio constitucional en toda España y "en cada uno de los pueblos que lo integran".
En el caso de que esa reforma sea rechazada por algún "ente federado" el gobierno de esa "región, comunidad, país o nación", tendría que disolver el parlamento y convocar elecciones, según el documento de Bescansa recogido por Efe.
Seis meses después de la formación del nuevo gobierno, "el parlamento territorial someterá a votación una propuesta de consulta vinculante" -que deberá aprobarse con el 55 por ciento de los votos- para preguntar a la ciudadanía si desea que se celebre un referéndum para ejercer el derecho a decidir la plena integración en el Estado o la creación de un nuevo marco jurídico independiente.
Si es aprobada la celebración de esa consulta, se procederá a su inmediata convocatoria, y se celebrará en los cien días posteriores a su aprobación en el parlamento. En el caso de que la mayoría del electorado apostase por celebrar un referéndum sobre la independencia, se trasladaría al Congreso de los diputados la tarea de preparar su organización en una comisión mixta con participación de todos los grupos parlamentarios de la Cámara Baja y del parlamento territorial correspondiente.