Oriol Junqueras seguirá en prisión. Es una mala noticia para el independentismo y una buena noticia para la apuesta de Carles Puigdemont por volver a ocupar la presidencia de la Generalitat.
Los dirigentes de Junts per Catalunya, la candidatura de Puigdemont, arremetieron este viernes contra la decisión del Tribunal Supremo de mantener la prisión preventiva para el líder de ERC. "Es un escándalo que avergüenza a cualquier demócrata con un mínimo senstido de la Justicia", escribió el expresident en Twitter. "Ya no son presos políticos, son rehenes", dijo, refiriéndose también a los otros tres referentes independentistas, incluidos dos diputados electos, que siguen en la cárcel madrileña de Estremera.
Puede que de puertas afuera la candidatura de Junts per Catalunya esté muy indignada y, sin duda, no comparte los argumentos jurídicos del Supremo. Pero desde el 21 de diciembre, Puigdemont libra con ERC una intensa y soterrada pelea por el poder que ha aflorado en numerosas ocasiones públicamente que condiciona todas las estrategias.
Su propia situación judicial, que lo convierte en un prófugo de la Justicia y que hará que sea detenido en cuanto ponga un pie en Cataluña, le dificulta volver a ser president. Muchos, incluidos dirigentes independentistas y también dentro de su partido, creen que es imposible que sea elegido porque el reglamento del Parlament no contempla una investidura a distancia y Cataluña a duras penas podría gobernarse diariamente desde Bruselas. "No se puede tener un presidente por Skype", llegó a decir el diputado de ERC en el Congreso Gabriel Rufián.
La debilitada estrategia de ERC
En ERC albergaban la posibilidad de que Junqueras, como exvicepresident de la Generalitat, pudiera suceder a un Puigdemont sin vuelta posible. Tras la decisión del Supremo, la opción no está totalmente descartada, ya que el líder de ERC puede pedir permiso al juez para acudir al Parlament. Si se lo concediera, podría someterse incluso a la investidura. Pero desde prisión todo se complica. Es mucho más difícil imaginar a Junqueras como un cadidato válido o, dicho de otra manera, resulta más o menos tan inverosímil como Puigdemont desde Bruselas.
Fuentes de Junts per Catalunya aseguran a este periódico que "Junqueras nunca ha sido una opción" y lamentan que sus socios de ERC sigan en shock tras las elecciones. "Durante la campaña creían que las elecciones las tenían ganadas y que así se impondrían, pero la aparición de Puigdemont los descolocó y ahí siguen, sin estrategia", explican.
"Y si no, elecciones"
"Nosotros nos mantenemos fieles a la coherencia con la que nos presentamos a las elecciones. Eso pasa por que Puigdemont sea president. Y si no, habrá elecciones porque no contemplamos otra opción. Eso es lo que prometimos y lo que quieren los votantes independentistas", explican.
Junts per Catalunya cuenta con que ERC está condenada a entenderse con Puigdemont, quiera o no quiera. Su candidatura se impuso en el ámbito independentista, aunque los comicios los ganase Ciudadanos, y ERC no facilitará un Govern de Inés Arrimadas o de Miquel Iceta si los partidarios de la autodeterminación no se ponen de acuerdo.
Por otra parte, es a una ERC en horas bajas, tras el revés del 21-D y sin un candidato a la altura de Junqueras a quien teóricamente menos podrían interesarle unas nuevas elecciones, por lo que, según razonan en el entorno de Puigdemont, si se mantiene firme, ERC no podrá despegarse y su investidura dependería de que el Estado abandonase lo que consideran una persecución política.
Que JxC va en serio puede probarlo su último argumentario, distribuido a la prensa. "Os pedimos que no hagáis caso a las especulaciones. Insistimos: Junts per Catalunya sólo tiene un plan [hacer presidente a Puigdemont]. Cualquier otro plan es aceptar el 155”, dice el texto.
Si la formación considera sin ambages que proponer como president al hasta ahora vicepresident, que lleva más de dos meses en prisión, es aceptar el 155 y ser cómplice de Mariano Rajoy, parece que el órdago puede ir en serio.
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