El destino de la estabilidad en el África subsahariana -y, por ende, de Europa- se sostiene sobre la fragilidad de Mali. Los reiterados golpes yihadistas, la criminalidad de bandas dedicadas al tráfico de todo lo imaginable y las consecuentes crisis humanitarias azuzan un conflicto que parece no tener fin. Al menos, a corto plazo. Ahora, el Ejército español toma el mando en la región para apaciguar el polvorín en el que se ha convertido la región.
Sobre los hombros del general de brigada Enrique Millán Martínez recaerá esta responsabilidad. Desde el 31 de enero y hasta finales de noviembre de 2018, el militar asumirá el mandato de una de las misiones más complejas que pueden asumir las Fuerzas Armadas en el escenario internacional: ostentar el mando de la EUTM-Mali, la misión de adiestramiento de las tropas locales proyectada por la Unión Europea.
Para eso, el Congreso de los Diputados aprueba este miércoles, 24 de enero, la ampliación del contingente español desplegado en Mali: de los 140 efectivos con los que contaba hasta ahora, a los 292. El coste de la misión, ha apuntado la ministra de Defensa María Dolores de Cospedal en comisión parlamentaria, será de 88,57 millones de euros.
Esos 292 efectivos tendrán una misión compleja en sus manos. Además de diseñar las estructuras de la EUTM-Mali, tendrán que brindar la protección necesaria al contingente internacional desplegado en la zona, integrado por 22 naciones europeas, que participan en el adiestramiento y asesoramiento a las tropas locales.
Una dificultad añadida
El Ejército español inició su despliegue en abril de 2013 y, desde entonces, diez rotaciones han pasado por el país africano. La del general Enrique Millán Martínez será la undécima, y tendrá que lidiar con una dificultad añadida para desempeñar su función: la descentralización del adiestramiento que hasta ahora se efectuaba en bases concretas hacia otros escenarios.
Desde el Ministerio de Defensa apuntan a que esta decisión "obliga a un incremento en los esfuerzos logísticos y de protección". Ese incremento se traduce en la ampliación del número de efectivos, pero también de vehículos: el Ejército español ya ha iniciado el traslado de 17 vehículos protegidos.
En fechas recientes -9 y 11 de enero-, sendos aviones Antonov trasladaron este material extra, con su desembarco en la base militar de Koulikoro. EL ESPAÑOL ya contó cómo es la vida de los efectivos españoles en este escenario, ubicado al sureste del país. También ha comenzado el traslado de los soldados que cumplirán con la misión.
Estos movimientos han supuesto la queja de Unidos Podemos, que no descartan iniciar acciones legales contra Defensa por iniciar el despliegue de efectivos en Mali antes de que el Congreso apruebe la decisión.
Con este nuevo despliegue, España asumirá el mando para apaciguar el polvorín yihadista de Mali. Los efectivos del Ejército ya han sufrido las consecuencias de esta inestabilidad: cabe recordar los sucesos que tuvieron lugar en junio de 2017, cuando un comandante -de descanso, en bañador y chanclas- repelió un ataque terrorista en el resort Le Campement Kangaba.
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