Asociaciones sindicales anarquistas como Confederación Nacional del Trabajo (CNT) o Confederación General del Trabajo (CGT) prestan su papel institucional a los Comités de Defensa de la República (CDR) para presionar en escenarios políticos y sociales a los que estos últimos no pueden acceder. La convocatoria de la huelga general del 3 de octubre -en defensa del referéndum del 1-O- y la celebración de diversos actos públicos formarían parte de esta estrategia de choque.
Los servicios de información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado investigan la red de relaciones que mantienen los CDR con diferentes asociaciones sindicales. Según estas fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, las diferentes entidades han estructurado una agenda de propósitos comunes a la que pretenden sumar a la población civil.
El acto más destacado -por influencia entre la ciudadanía- fue la convocatoria de una huelga general en Cataluña el 3 de octubre en defensa del referéndum del 1-O y contra la "represión policial". La movilización fue convocada por asociaciones sindicales como los citados CGT o CNT, pero también por Coordinadora Obrera Sindical (COS), Intersindical-Confederación Sindical Catalana (I-CSC) e Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC).
La Guardia Urbana cifró en 700.000 personas los asistentes a la manifestación que ese día se celebró en Barcelona y que fue replicada en buena parte de los principales municipios catalanes. Los propósitos anarquistas de las asociaciones sindicales podrían encajar en la protesta contra las actuaciones policiales. Pero fueron los Comités de Defensa de la Huelga -herederos de los Comités de Defensa del Referéndum y ahora convertidos en Comités de Defensa de la República- los que revistieron la convocatoria de eslóganes a favor de la independencia de Cataluña. Así lo sostienen las fuentes policiales consultadas por EL ESPAÑOL.
Tiranteces internas
Desde entonces, la relación entre ambas partes ha fructificado en la convocatoria de diversos actos y manifestaciones, la mayoría de las veces reflejados en redes sociales. Como ejemplo, los actos celebrados el pasado 8 de marzo en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Asociaciones sindicales convocaron manifestaciones en toda España. CNT y CGT hicieron lo propio en Cataluña. Y en muchas localidades, como en Sabadell, representantes de estos sindicatos y miembros de los CDR se expresaron bajo la misma pancarta.
La relación entre los CDR y las asociaciones sindicales, no obstante, no siempre es buena. Hace dos semanas, tras la detención de Carles Puigdemont en Alemania y la entrada en prisión de Jordi Turull, Carme Forcadell, Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa, los Comités trataron de forzar a los sindicatos para la convocatoria de una huelga general.
Esa es la conclusión de unos audios ya publicados por EL ESPAÑOL, en el que los CDR diseñan la estrategia de "sabotajes" para trasladar la tensión política a las calles catalanas: "Esperaría a ver qué pasa con Puigdemont cuando los sindicatos [CNT y CGT] hagan la convocatoria, que será a final de semana o principios de la semana que viene, ya será una huelga de país indefinida", se podía escuchar.
Las estructuras de los CDR
De acuerdo a las pesquisas policiales, los CDR se organizan en estructuras desiguales, que pueden ir desde un pequeño grupo de miembros -de apenas una docena- hasta los más multitudinarios. Sus actividades, no obstante, están perfectamente coordinadas.
La estrategia de los Comités pasa por azuzar el escenario social, especialmente en respuesta a determinados momentos políticos. Han asumido el poder de convocatoria que antes tenían la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, de los encarcelados Jordi Cuixart y Jordi Sánchez.
"También en Barcelona varios CDRs harán acciones un poco más heavys repartidas por la ciudad y otras más festivas rollo ANC con los niños. La intención es que haya distracción policial, que tengamos a todos los Mossos repartidos y la Policía Nacional por toda Cataluña y que no puedan", comentaban en los audios descritos.
Mensajes que reflejan la red de relaciones que los CDR mantienen con otras entidades. También con asociaciones sindicales anarquistas, a las que -según estas pesquisas- utilizan como tapadera para convocar actos y manifestaciones.