José Manuel García-Margallo no da puntada sin hilo. El exministro del Gobierno de Mariano Rajoy volvía a evidenciar este jueves su enfrentamiento ad infinitum con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. En una entrevista a Catalunya Ràdio, deslizaba que su enemiga política podría ser la sustituta de Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid. "Ella aspira a todo, ganas no le faltan", ironizaba Margallo, para quien Santamaría "tiene una ocasión de oro para medirse electoralmente".
García-Margallo ponía así el foco en la vicepresidenta como hipotética sucesora de Cifuentes. Con un auténtico regalo envenenado. Para ello, argumentaba que, electoralmente, "la batalla de Madrid se va a leer en clave española", por lo que "la dirección nacional" del PP "debe tomar las riendas del asunto y nombrar cuanto antes un candidato que tenga popularidad, notoriedad, conocimiento y prestigio, si queremos tener un resultado brillante".
"Todavía no ha encabezado, que yo sepa, ningún cartel"
Ya puestos a elucubrar, el exministro sugería un nombre, el de su principal rival en el Ejecutivo de Rajoy: "Yo creo que debe salir alguien del Consejo de Ministros. Probablemente, a lo mejor, la vicepresidenta, que ha demostrado ser una magnífica gestora, podría ser un cartel atractivo en Madrid". Además, argumentaba el exministro, el hecho de "haber ganado en una comunidad autónoma es una magnífica credencial para aspirar a la presidencia del Gobierno".
"La vicepresidenta tiene una ocasión de oro para medirse electoralmente. Todavía no ha encabezado, que yo sepa, ningún cartel, y las probabilidades en Madrid son muy altas", afirmaba. La número dos del Ejecutivo, dijo el exministro, "tiene un gran conocimiento, probablemente no haya ningún político en España que tenga el conocimiento que ella tiene" y "ha demostrado una eficacia en la gestión de los asuntos más que notable". ¿Realidad o puro sarcasmo?
Una batalla que viene de atrás
No es ningún secreto que Margallo es uno de los principales enemigos políticos de Santamaría en la derecha española. Sin ir más lejos, en una entrevista con EL ESPAÑOL, el exministro evidenciaba sus diferencias con la todopoderosa vicepresidenta en la forma de enfrentar el problema catalán.
Margallo lleva ya mucho tiempo exhibiendo sus diferencias con la vicepresidenta del Gobierno. Allá por noviembre de 2016, el exministro ya irritó sobremanera a Rajoy al denunciar la existencia de diferentes clanes en el Ejecutivo presidido por el líder del PP.
Como en su día contó EL ESPAÑOL, Margallo evidenció ante los medios las profundas diferencias entre el grupo llamado G8 y el grupo de los sorayos. A su juicio, por un lado estaban los más liberales, "que creen que el mercado lo arregla todo" (sorayos) y, por otro, los que vienen, como él mismo, de la democracia cristiana, que creen que "tiene que haber unas reglas para que el mercado funcione" (G8). Su grupo, que se reunía “de vez en cuando”, seguirá viéndose porque son todos "amigos" y "probablemente los más fieles a Mariano Rajoy".
Desde que salió del Gobierno, Margallo no ha ahorrado en críticas destinadas a Santamaría. La penúltima, este jueves, consiste, como se ha dicho, en un regalo envenenado: proponerla como candidata a sustituir a Cifuentes en Madrid. Parece obvio que en el futuro habrá más dardos o regalos del exministro contra su enemiga íntima.