Una representación de la disuelta ETA asume que no ha conseguido sus objetivos, aunque cree que todavía hay opciones de lograrlos, al tiempo que reconoce "todo el daño causado", pero vuelve a clasificar a las víctimas entre aquellas que estuvieron "en el centro mismo del conflicto a propósito y quienes no han estado ahí".
El diario "Gara" adelanta este lunes un fragmento de una entrevista realizada en las últimas semanas, antes del anuncio de disolución, a una representación de ETA, en la que justifica su fin diciendo que "los revolucionarios" no pueden pararse en "ensoñaciones" sino que deben hacer "estrategias adecuadas para convertir en realidad los sueños".
Se muestran convencidos de que cuando ETA surgió "había un pueblo condenado a morir" y que "hoy hay un pueblo que quiere ser dueño de sí mismo" y consideran que la organización terrorista ha sido un "actor fundamental para poner en marcha y dar cuerpo al proceso de liberación".
Reconocen que "los objetivos intermedios que preveía ETA -reconocimiento nacional y derecho de autodeterminación- no se han conseguido todavía", pero creen que "hay opciones de lograrlos" y que "en Euskal Herria hay fuerza, valentía e inteligencia suficiente" para lograr otra "realidad política y social".
Los representantes de ETA aluden al proceso de reflexión y amplio debate que desencadenó la decisión de su disolución y denuncian que, en estos años, han visto con "preocupación la obsesión por enturbiar cualquier intento, sobre todo por parte del PNV y Urkullu".
"Parece que han preferido ensuciar la situación a encarar las oportunidades que ofrece esta nueva situación para las próximas décadas. Parece que temen que la nueva situación deje en evidencia sus carencias y el hecho de que no tienen problema en ejercer de bastón del régimen", agregan.
Defienden que "ETA es más que una mera organización" y que es "el reflejo del compromiso con la lucha por Euskal Herria" y subrayan que "los militantes de ETA" mantendrán ese "sentimiento" hasta "su muerte". "A nivel de sentimientos seremos de ETA siempre", aseguran.
En cuanto al amplio consenso concitado en el debate sobre la disolución de la banda terrorista, los miembros de la extinta organización creen que esto evidencia que seguramente lo tenían que haber hecho antes, aunque opinan que si lo hubieran hecho mal la "base sería más débil y los riesgos más graves".
Consideran que la disolución de ETA "no desata por sí misma todos los nudos y consecuencias del conflicto" e insisten en que "habrá que seguir trabajando en el tema de presos y exiliados", que a partir de ahora "serán únicamente miembros de EPPK y continuarán haciendo ahí sus aportaciones".
ETA reconoce "todo el daño causado y el gran sufrimiento que ha provocado ese daño". "Hemos dicho que lo sentimos de verdad y hablado de todo el daño causado", subrayan.
En cuanto a la diferenciación entre víctimas dicen que "ETA ha dicho algo que, por otro lado, cualquiera sabe: que ha habido quienes han estado en el centro mismo del conflicto, a propósito y por su responsabilidad y quienes no han estado ahí".
"En la acción contra Aznar, con un coche-bomba, aquella explosión mató a una mujer, pero prácticamente nadie la puso por delante del Aznar que salvó la vida. Eso sí es categorización", defienden.
Insisten en que "no es intención de ETA rebajar el daño de nadie, ni despreciar a nadie" y que "sin ninguna intención perversa, al valorar lo hecho durante años ha descrito algunas realidades".