"El independentismo tiene su ejército y va de provocación en provocación, como si estuviera pensando en unas elecciones dentro de unos meses. Pero después está el ejército de Ciudadanos, que es peligrosísimo, porque es capaz de jugar con todo para agitar más la situación. Necesitamos que el nuestro sea el tercer ejército, desde nuestras convicciones, sin buenismos. ¡Se acabó la broma!"
El PSOE estrena estrategia y eleva el tono. Así lo explica un destacado miembro de la Ejecutiva federal, pero no hay más que escuchar a Pedro Sánchez para darse cuenta de que el tono de las últimas semanas y, en especial, de los últimos días, es de una contundencia inusitada.
Si la semana pasada dijo que Quim Torra es "el Le Pen de la política española", este lunes aseguró que "no es más que un racista al frente de la Generalitat". "Tan ultraconservadores y racistas son las declaraciones de VOX como las declaraciones y escritos de Torra", según el líder del PSOE.
El PSOE cree haber encontrado en Torra el filón perfecto. Ve en su "xenofobia" y "racismo", expresado en numerosos artículos contra ciudadanos españoles no independentistas, un motivo más que justificado para alzar la voz en defensa de la igualdad y la tolerancia que recoge el ideario socialista.
"Nosotros siempre estamos por la igualdad, pero en este caso es más fácil que nunca, porque el colectivo al que desprecia son españoles. Y son muchísimos", según otro dirigente socialista.
Recuperar posiciones electorales
Pero, además, en el PSOE creen que es precisamente en el asunto territorial donde el partido debe recuperar terreno político y atraer votantes. "Lo que está claro es que utilizando las mismas estrategias se consiguen los mismos resultados", explica un miembro de la Ejecutiva en referencia a la estrategia seguida por el PSC en las últimas elecciones catalanas.
Los socialistas se vieron muy superados por Ciudadanos, que se llevó buena parte de la histórica su base social mientras Miquel Iceta hablaba de diálogo, llegando a proponer indultos para los políticos en prisión en caso de que fuesen condenados. Esa posición, en la recta final de la campaña, fue vista por el equipo de campaña de Iceta como su mayor y más caro error.
Ahora, el PSOE cree que su deber es denunciar a Torra sin ahorrar calificativos. A ello consagró la mayor parte de su Ejecutiva de este lunes, 21 de mayo, fecha en la que hace un año Sánchez recuperó el liderazgo del PSOE hace un año. Pero en Ferraz no se descorchó ninguna botella de champán (ni de cava). Ni siquiera se trató expresamente el asunto en la Ejecutiva. Según colaboradores de Sánchez, "con la que está cayendo no hay mucho que celebrar".
En el PSC ven bien que el PSOE endurezca el tono. "Puigdemont ha cometido un error histórico al nombrar a Torra y no ha calibrado bien el efecto que podrían tener sus escritos. La imagen de Torra está muy deteriorada y le está haciendo mucho daño. El PSOE hace bien en alzar la voz", explica un responsable de los socialistas catalanes, que no cree que los amargos reproches de Sánchez al nuevo president puedan debilitar la situación del partido.
El nuevo discurso de Sánchez también gusta a los referentes del partido más críticos con sus titubeos sobre el modelo territorial o el concepto de plurinacionalidad, consagrado en el último congreso del partido pero ahora proscrito de todas las comparecencias públicas. "Sánchez puede haber encontrado la tecla. El asunto es España y tenemos que tener una voz reconocible", explica un ex alto cargo del PSOE aún con ascendencia en el partido.
El toque de atención de Guerra
Mientras Sánchez desplegaba sus mensajes, muy estudiados, en una rueda de prensa, el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra aseguraba que Ciudadanos ha sido premiado en Cataluña y lo será en el resto de España por acertar con su discurso territorial. "Ha llegado el momento de que los progresistas se despojen de los prejuicios y proclamen su patriotismo". "La unidad de España no es otra cosa que la igualdad entre españoles", dijo Guerra en una conferencia en Sevilla.
Para el actual equipo del PSOE, no se trata de imitar a Albert Rivera ("ya no podemos fichar a Marta Sánchez", se lamenta algún dirigente con ironía) sino dar más volumen a su discurso, explicar que la lucha contra la xenofobia es una cuestión fundamental y "prepolítica", tanto como el respeto a la ley, y recuperar el mensaje de la cohesión territorial, los derechos sociales de los españoles y una convivencia que no se puede negociar con el separatismo.
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