"Alguna vez se sabrá toda la verdad, se destapará todo lo que ocurrió. Yo no sé si la conoceré. Estoy a punto de cumplir 70 años. Pero son ellos los que tienen la sartén por el mango. Por ahora no quieren reconocer lo que ocurrió porque no les interesa. Han salido de rositas. Y este sábado, que se cumplen 15 años de lo que ocurrió, seguimos sin saber qué pasó".
26 de mayo de 2003. Sobre esa fecha se escribe la mayor tragedia que ha sufrido el Ejército español en tiempos de paz. Quien arranca las líneas de este texto es Paco Cardona. Su hijo, el sargento Francisco José Cardona Gil, perdió la vida en el accidente del Yak-42, un avión de fabricación soviética en el que viajaban los militares españoles que regresaban de su misión en Afganistán.
Como el sargento Cardona, otros 61 efectivos del Ejército español -y los 13 miembros de la tripulación- murieron en la mayor tragedia de las Fuerzas Armadas en tiempo de paz. La desgracia se sostiene entre el desgarro de sus familiares y la desolación del desconocimiento.
"Esto es David contra Goliat", señala Paco Cardona en conversación con EL ESPAÑOL. En el féretro que recibió con el cuerpo de su hijo había, además, restos mortales de otros compañeros.
A continuación recogemos diez lagunas que marcan los 15 años de la tragedia del Yak-42.
1.Los contratos desaparecidos
El Gobierno español subcontrató a la agencia NAMSA de la OTAN para el traslado de los efectivos españoles desde Afganistán hasta España. Pagó 149.000 euros. Ese fue el primer paso de una cadena de seis subcontratas hasta llegar a la compañía Ukranian Mediterranean (UM Airlines), que percibió por los servicios 38.000 euros.
UM Airlines dispuso el avión Yak-42 en el que viajaron los 62 militares del Ejército español y una tripulación de 13 personas, compuesta por 12 ucranianos y un bielorruso. La aeronave partió desde Kabul (Afganistán) y se siniestró cerca del aeropuerto de Trebisonda (Turquía).
Los familiares de los fallecidos han requerido en varias ocasiones los contratos para seguir el rastro comprendido entre NAMSA y UM Airlines. El ministro socialista José Bono les entregó parte de esa documentación. El 25 de mayo de 2016, el Consejo de Estado inquirió a Defensa a que entregase los papeles que tuviese en sus manos, si bien desde el Ministerio siempre han sostenido que han facilitado toda la documentación de la que disponían.
Aún hoy hay varios contratos que permanecen desaparecidos.
2.Las condiciones del avión
José Antonio Fernández, comandante del Ejército de Tierra, le dijo a su mujer antes de embarcar: "Reza por mí que este avión es una mierda". Las familias de los fallecidos lamentan las condiciones de seguridad del Yak-42: los efectivos españoles habían presentado hasta 14 quejas en fechas previas al accidente.
"Tartana" o "piratas aéreos" son algunos de los términos empleados por los militares para definir aquel trayecto pocos días antes de la tragedia. El Ministerio de Defensa tenía la potestad de comprobar el estado de la aeronave, pero no lo hizo creyendo que lo haría la agencia NAMSA. También se criticó la poca cantidad de combustible con la que volaban.
3.La tripulación
Doce ciudadanos ucranianos y uno bielorruso componían la tripulación que viajaba a bordo del Yak-42. A los pocos días de que se desatase la tragedia se conocieron, a través de investigaciones periodísticas, las condiciones en las que viajaban los profesionales.
Acumulaban 23 horas de trabajo, lo que se traducía en un cansancio físico y mental inapropiados para iniciar otro vuelo. Los militares españoles, además, lamentaron la presencia de la tripulación en la cantina poco antes de partir: "Consumieron alcohol", apuntan los familiares de los fallecidos. "No tenían el adiestramiento de cabina porque la compañía ucraniana no la ofrecía", añadió el ex ministro de Defensa, José Bono, en declaraciones a La Sexta.
4.La caja negra
Hacía un mes y medio que la caja negra del Yak-42 no funcionaba. ¿Los motivos? Se desconocen. Las únicas grabaciones que existen se sustentan en las conversaciones que la tripulación de la aeronave mantuvo con el personal de la torre de comunicación de Trebisonda.
5.Identificación de los cuerpos
"Por qué esas prisas" es la pregunta que se hacen los familiares de las víctimas del Yak-42. Un equipo de las Fuerzas Armadas se trasladó hasta Turquía para identificar los restos de los 62 efectivos españoles. Lo hicieron en una noche en una vieja cámara frigorífica de pescado cedida por las autoridades turcas.
El resultado: muchas de las familias de los fallecidos recibieron féretros que, o bien contenían restos mortales de otra persona, u otro cuerpo. Uno de esos casos es el del sargento primero José Manuel Sencianes, cuyos restos fueron entregados a una familia que no era la suya y posteriormente incinerado. La verdadera familia de Sencianes advirtió el error, pero nunca pudo enterrar al militar, como era su deseo.
6.Los seguros
La hoja de ruta habitual antes de emprender en vuelo de estas características pasa por contratar un seguro para cada uno de los militares que viaja a bordo. No fue el caso del Yak-42. Tras la tragedia, el Gobierno tuvo que aprobar una partida de 6 millones de euros para indemnizar a las víctimas del accidente.
Más tarde, en abril de 2003, el Tribunal Constitucional avaló que tres empresas -entre ellas, Chapman Freeborn, coorganizadora del vuelo- pagasen la indemnización de 6 millones de euros; casi diez años después de la tragedia.
7.Responsabilidades políticas
Federico Trillo era el ministro de Defensa cuando ocurrió la tragedia del Yak-42 (al frente de la cartera desde 2000 hasta 2004). Poco después del accidente, visitó el escenario en el que cayó el avión. Su gestión del suceso quedó en entredicho a los pocos días tras conocerse los detalles del trayecto: desde las medidas de seguridad hasta la polémica identificación de los cadáveres.
En 2005, tras abandonar el cargo y con el socialista José Bono como su sucesor, la Comisión de Defensa del Congreso acogió una votación para reprobar la gestión de Trillo. Se aprobó con el apoyo de todos los partidos salvo el del PP, que votó en contra.
Federico Trillo afrontó varios procedimientos judiciales, aunque nunca asumió ninguna responsabilidad jurídica por la tragedia. Especialmente sangrante fue, para las familias de los fallecidos en el Yak-42, su designación en 2012 como embajador español en Londres. El 12 de enero de 2017 -pocos días después de que el Consejo de Estado responsabilizase a Defensa del accidente-, Trillo presentó su dimisión en el cargo. Lo hizo "para no interferir en la acción del Gobierno".
8.Proceso judicial
Las familias de los fallecidos han atravesado un viacrucis judicial tras la tragedia. Por un lado, se abrieron dos procedimientos judiciales en Turquía: uno por una posible negligencia de los pilotos del avión, que se cerró sin condenas; otro contra los controladores aéreos de Trebisonda, también archivado.
En España se abrieron cinco procedimientos. No hubo condenas para Federico Trillo, pese a que se le imputó por varios delitos. También se absolvieron a varios miembros del Estado Mayor de la Defensa implicados en la gestión de la tragedia. Sobre las identificaciones de los cadáveres, el Tribunal Supremo confirmó en 2010 penas de cárcel sobre tres militares: uno murió a los pocos días a causa de una enfermedad y los otros dos fueron indultados en 2012 por el Ministerio de Justicia, en esas fechas bajo la dirección de Alberto Ruiz-Gallardón.
Otra de las causas estaba relacionada con las indemnizaciones. Como hemos contado previamente, el Ministerio de Defensa abrió una partida de unos 6 millones de euros para pagar a las víctimas. Poco después se abrió un procedimiento contra tres empresas implicados que recurrieron todas las sentencias hasta el Tribunal Constitucional, que finalmente avaló que fueran ellas las que pagaran esa cuantía.
9.Catorce años para un "perdón"
El 16 de enero de 2017, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, entonó las primeras disculpas desde instituciones oficiales a las víctimas del Yak-42 por la gestión del Ministerio en la tragedia.
"Una vez transcurridos casi 14 años desde que se produjo el trágico acontecimiento del Yak-42 que el Ministerio de Defensa cambie de opinión y reconozca la responsabilidad patrimonial (la responsabilidad objetiva del Estado) es una cuestión importante de reconocimiento de una cuestión moral. Yo no tengo problema en pedir perdón en nombre del Estado por no haber reconocido esta responsabilidad", señaló Cospedal en la Comisión de Defensa en el Congreso. Una laguna por el tiempo que transcurrió desde el suceso hasta la pronunciación de esas palabras.
10.Reconocimiento
Tras el perdón de Cospedal, algunas de las víctimas del Yak-42 pidieron un homenaje y un reconocimiento público hacia los militares fallecidas en el accidente, posiblemente en forma de desfile o acto militar.
Por ahora sólo hay un monumento memorial en Zaragoza. En la base estadounidense de Ganci, el Ejército norteamericano colocó una placa reconociendo a los "spanish heroes" que perdieron la vida en Trebisonda: "Sabemos que detrás de cada una de las desafortunadas pérdidas descansan los corazones, almas y mentes de los valientes hombres que amaban y creían sin cuestiones en su país. Para ellos, enviamos nuestro amor. Vayan con Dios".
María Paz Fernández, viuda del comandante José Manuel Ripollés, señaló por entonces a EL ESPAÑOL sus sentimientos al conocer la existencia de esa placa: "Es muy emocionante que alguien los recuerde y honre. Lo merecían y su propio país los despreció hasta el infinito".