Màxim Huerta ha dimitido como ministro de Cultura y Deporte del Gobierno de Pedro Sánchez seis días después de asumir el cargo, según confirmaron a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de la decisión y después ha anunciado el propio exministro.
Huerta deja el Ministerio tras la publicación de una sentencia por la que se le obligó a pagar los más de 200.000 euros, además de un recargo, que no ingresó a Hacienda al dotarse de una empresa pantalla para tributar menos.
"Me voy para que el ruido de toda esa jauría no parta el proyecto" de Sánchez, ha dicho el ya exministro, en una comparecencia en el Ministerio de Cultura.
Huerta se ha presentado en todo momento como una víctima ya que asegura no haber hecho nada malo. "Vivimos en una sociedad ahogada por el ruido, descalificación, desinformación interesada, donde las explicaciones ya no tienen cabida". "Corren nuevos tiempos en los que los inocentes prefieren irse antes de que cualquier sombra de sospecha salpique" aquello que quieren defender, ha lamentado
"No importa que yo no haya cometido ningún fraude fiscal", ha dicho. "No es una condena por fraude".
Según el relato de Huerta, tributó a través de una sociedad, ahorrándose cientos de miles de euros en impuestos, "como tantos compañeros periodistas y actores". Cuando Hacienda inspeccionó esas decisiones fiscales y le reclamó lo que debía, lo hizo inmediatamente y después reclamó a la Justicia al no estar de acuerdo, sin que ésta le diera la razón.
"Minar el proyecto de regeneración"
"Lo que busca es minar el proyecto de regeneración y de transparencia del presidente Sánchez y no voy a permitirlo", ha dicho.
Huerta llevaba una semana en el ojo del huracán. Su nombramiento fue cuestionado en círculos culturales en los que se dudaba de su preparación para la gestión y su conocimiento de su industria y a los críticos se sumaron los que rescataron tuits de su cuenta personal en los que, entre otras afirmaciones, decía que odiaba el deporte, una de sus dos responsabilidades en el Gobierno.
Sin embargo, la publicación este miércoles en El Confidencial de una sentencia que le obligaba a regularizar más de 200.000 euros que no había pagado a Hacienda a lo largo de tres ejercicios causaron un hondo malestar en el seno del Gobierno.
Huerta no tributó como rendimientos del trabajo cuantiosos ingresos mientras era presentador de televisión sino que lo hizo a través de una sociedad que los tribunales aseguran que se creó precisamente para pagar menos impuestos de los que tenía obligación de satisfacer.
Al conocerse la sentencia, el equipo de Pedro Sánchez respaldó inmediatamente al ministro, que dio dos entrevistas radiofónicas explicando que había satisfecho la deuda pendiente con el fisco y que se debió a un "cambio de criterio" de Hacienda, algo desmentido por la legislación y técnicos especializados.
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