El pasado 7 de junio se cumplieron 50 años del episodio que cambió la historia reciente del País Vasco y de España. El guardia civil José Antonio Pardines se erigió como primera víctima mortal de ETA. Sus verdugos fueron los terroristas Iñaki Sarasketa y Txabi Etxebarrieta. El primero fue detenido por el Instituto Armado. El segundo murió en un tiroteo con los agentes que le perseguían.
Etxebarrieta es el primer asesino de ETA. Perdió la vida en un paraje conocido con el nombre de Benta Haundi, en las proximidades de Tolosa (Guipúzcoa). Coincidiendo con los últimos estertores de la banda terrorista, que recientemente escenificó su disolución definitiva, se ha recuperado su figura en los altares del martirio de la izquierda abertzale.
Manifestaciones, actos y propaganda honran su figura. El último gesto, pedir que Benta Haundi sea reconocido Bien Cultural con la categoría de Sitio Histórico.
Así lo señala el arquitecto Iñaki Uriarte en un artículo de opinión publicado en el diario Gara. En él esboza la figura de Etxebarrieta, "el primer miembro muerto de un proceso de liberación nacional". También justifica la existencia de ETA: "la defensa armada como único y último recurso".
La petición de Uriarte apunta a un trámite oficial, destacando el "valor histórico" y el "valor emocional" que reúne Benta Haundi. El arquitecto ha solicitado al Departamento de Cultura del Gobierno Vasco que se reconozca este lugar como Bien Cultural con la categoría de Sitio Histórico, atendiendo a una Ley de Patrimonio Cultural Vasco en ciernes.
50 años del crimen
El origen del suceso tuvo lugar en una carretera que conducía a la localidad de Villabona. Los terroristas Iñaki Sarasketa y Txabi Etxebarrieta, a bordo de un coche, se toparon en un control de la Guardia Civil con el agente Pardines. Cuando el agente comprobaba la matrícula del vehículo, los terroristas le dispararon a bocajarro. Pardines murió al momento.
Los dos terroristas huyeron hasta la casa de un colaborador en Tolosa. Al intentar salir del pueblo se encontraron con otra patrulla de Instituto Armado, iniciándose un tiroteo. Etxebarrieta fue alcanzado y murió por las heridas. Sarasketa huyó, pero fue detenido a las pocas horas.
La petición de COVITE
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), por su parte, ha enviado una carta al consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, en la que solicita que rechace la petición del arquitecto Iñaki Uriarte. “¿Se declararía Bien Cultural el lugar donde fue abatido uno de los terroristas de Dáesh de los atentados de Cataluña? Sería escandaloso y probablemente las instituciones actuarían para que nunca llegara a ocurrir”, señalan desde COVITE.
Desde el Colectivo también señalan que supondría una infracción de la Ley 12/2016, de 28 de julio, de reconocimiento y reparación de víctimas de vulneraciones de derechos humanos en el contexto de la violencia de motivación política en la Comunidad Autónoma del País Vasco entre 1978 y 1999, en la que se hace referencia a que “la convivencia futura requiere el reconocimiento de la injusticia de la violencia y del daño causado, así como el reconocimiento de la dignidad de las víctimas, todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, la justicia y la reparación”.
El Colectivo denunció en marzo de este año la creación de una asociación denominada Alde Zaharreko Etxebarrieta Memoria Elkartea (Asociación de la Parte Vieja por la Memoria de Etxebarrieta) dedicada a Etxebarrieta también por infringir esta ley y por “tratarse de un ataque directo a la memoria de Pardines y, por extensión, de todas las víctimas del terrorismo”.
Asimismo, COVITE advierte de que declarar Benta Haundi como Bien Cultural supondría “un peligro para las nuevas generaciones”, que pueden crecer teniendo como referente “a un terrorista que abrió la veda a los más de 850 crímenes de ETA”. Al tomar la decisión de asesinar a José Antonio Pardines, la primera víctima mortal de ETA, “la responsabilidad de Txabi Etxebarrieta en la trayectoria de la banda terrorista es decisiva, razón por la que es particularmente grave que se le encumbre como héroe y que el lugar donde fue abatido pueda ser considerado Bien Cultural”, afirman desde el Colectivo.