Este martes, en las movilizaciones por la Diada, los partidos independentistas trataron de mostrar músculo en las calles frente al Estado. A la cabeza, el president de la Generalitat, Quim Torra. "Aquí hicimos un referéndum el 1-O y declaramos la independencia política el 27 de octubre. Que el señor Pedro Sánchez tenga la valentía de ver el clamor del pueblo de Catalunya. ¿O es que la respuesta de España siempre será la misma, sea el señor Rajoy sea el señor Sánchez?", se preguntó.
En realidad, la respuesta que más varía es la de los partidos independentistas, en cuyo seno hay muchos matices. Entre sí y dentro de cada uno. Pero este miércoles, tras los mensajes desafiantes escuchados en Barcelona lanzados tan solo unas horas antes, PDeCAT y el PSOE han acordado una resolución que pide al Gobierno dialogar con la Generalitat siempre dentro de la ley.
La moción fue presentada por el PDeCAT y defendida por su portavoz, Carles Campuzano, que ha logrado el apoyo del PSOE al aceptar una enmienda de los socialistas que circunscribe todo diálogo al "marco del ordenamiento jurídico vigente". ERC se descolgará finalmente al considerar que el texto original era mejor, por lo que podría no prosperar.
Respaldo al diálogo dentro de la Constitución
La iniciativa no tiene consecuencias prácticas, pero refuerza el diálogo emprendido por el Gobierno de Sánchez y contrasta con las voces más duras dentro de los partidos independentistas, que rechazan todo diálogo con el Gobierno y apuestan por elevar la tensión y mantener una movilización constante de cara a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés.
El texto hay que leerlo entre líneas. En él se pide al Gobierno un diálogo con la Generalitat "en el que todos pueden defender sus ideas", una referencia velada a permitir que la Generalitat exponga sus prioridades respecto a un nuevo referéndum de autodeterminación o la libertad de los políticos presos. Eso deberá hacerse "sin impedimientos", dice la moción.
Los límites del PSOE
Sin embargo, la enmienda del PSOE incluye la ley como tope, algo que los partidos independentistas han intentado desbordar la Constitución y el Estatuto de Autonomía hacer ahora un año, con la aprobación de leyes de desconexión y la celebración de un referéndum suspendido por los tribunales.
Según la redacción de la moción, las negociaciones deben "aspirar a acordar los cauces legales y democráticos que permitan a la sociedad catalana determinar su futuro". Para los independentistas eso se traduce en un referéndum para hacer de Cataluña un país independiente. Para el Gobierno de Pedro Sánchez, un referéndum sobre un nuevo Estatuto de Autonomía que mejore el autogobierno catalán.
ERC decide rechazarla finalmente
Fuentes de ERC explicaron por qué su partido no votará con el PDeCAT, socio en la Generalitat. "Entendemos que en democracia se tiene que poder hablar de todo. El límite es el respecto a los derechos fundamentales y políticos, el respecto a los principios democráticos, que son invariables. La ley, en cambio, es mutable, es fruto de un contexto y no puede ser el argumento para poner límite al diálogo", explican.
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