Sánchez no se siente responsable de lo que haga Arabia Saudí con las bombas que acaba de venderle
- El presidente afirmó que lo que hagan otros países "no es competencia del Gobierno".
- "Priorizamos mantener los contratos con Arabia Saudí y los contratos de trabajo en la bahía de Cádiz".
- Sánchez rechaza dar explicaciones en el Congreso por las "fake news" sobre su tesis doctoral.
Pedro Sánchez negó cualquier clase de rectificación del Gobierno en la venta de armas a Arabia Saudí. El presidente del Gobierno, que no hizo referencia a la diferencia de opiniones entre Josep Borrell y Margarita Robles, alegó que el contrato le venía "heredado" a este Gobierno del anterior Ejecutivo y que el acuerdo no tenía "relación directa" con el de las corbetas encargadas a la compañía Navantia. Sin embargo, el presidente sí afirmó que su prioridad siempre fue "mantener los contratos con Arabia Saudí y los contratos de trabajo en la bahía de Cádiz".
Durante una entrevista en LaSexta el presidente del Gobierno descartó cualquier enfrentamiento entre sus ministros pese a que el 4 de septiembre Defensa anunciase la cancelación del contrato con Arabia Saudí -devolverían los 9,2 millones de euros ya percibidos-, el Gobierno afirmase que el contrato de venta de armas estaba "en estudio" y, finalmente, este mismo jueves y a través de Borrel, anunciase que la decisión de mantener el contrato de venta ha sido del Gobierno "en su conjunto" y que se ha comunicado "oficialmente" a Arabia Saudí.
Una decisión que, según Sánchez, para nada "es una desautorización" de la ministra de Defensa, aunque sí culpó directamente a Margarita Robles de "no ver el perjuicio que anular el contrato podía provocar en otros contratos". "Por este motivo, el presidente del Gobierno, que soy yo, entra", y por ese motivo la intención del Gobierno fue siempre la de priorizar "mantener los contratos con Arabia Saudí y los contratos de trabajo en la bahía de Cádiz". El mismo jueves 13 de septiembre la asamblea de trabajadores de Navantia decidió suspender los paros que habían protagonizado en días anteriores y Susana Díaz, la presidenta andaluza, agradeció a Sánchez "dar seguridad" a los 6.000 trabajadores de los astilleros de Cádiz.
Sin embargo, la mayor polémica la generó Isabel Celaá, portavoz del Gobierno, quien en la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros señaló que los misiles vendidos al país asiático "son armas de precisión que no se van a equivocar matando a yemeníes". ¿Dimitirá alguien del Gobierno si se acaba demostrando que estas armas se han utilizado para matar civiles? La respuesta, tras rechazar responder si se ha puesto algún tipo de condición al gobierno saudí, ha sido doblemente contundente: "Lo que hagan otros países no es competencia del Gobierno" y "lo mejor es que no se utilicen esas bombas ni esos proyectiles".