Fue una de las medidas estrella. Tanto el PSOE como Unidos Podemos llevaban en sus programas electorales subir impuestos a las grandes fortunas como una medida para probar que se podía gobernar de otra manera, sin gravar a las clases medias y acentuando la progresividad global del sistema fiscal.
Por eso, las propuestas para subir el IRPF a los contribuyentes que cobren más de 130.000 euros y el 1% extra sobre patrimonios de más de 10 millones de euros fueron presentadas como la constatación de que era posible. Unidos Podemos reivindicó como un éxito propio la medida, contenida en el borrador de los Presupuestos remitido a Bruselas.
Las cifras presentadas el lunes por el Gobierno indican que el nuevo gravamen sobre el patrimonio logrará unos ingresos de 339 millones de euros para las arcas públicas. La estimación contrasta mucho con la de su socio, Unidos Podemos, que cifra la recaudación en 600 millones.
Este martes, la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Ione Belarra, defendió el cálculo de la formación morada, aunque se remitió a las cifras facilitadas por el Gobierno, ya que es quien dispone de un cuerpo de técnicos y de datos actualizados. En ningún momento se ha informado de cómo se han calculado las estimaciones ni a cuántas personas afectaría.
El impuesto de patrimonio está cedido a las comunidades autónomas y su recaudación varía mucho de una a otra. La ley para todo el país fija como exenciones las cifras de patrimonio por debajo de 700.000 euros y la vivienda habitual, si no supera los 300.000 euros. Pero las comunidades autónomas pueden modular tanto estas condiciones como la bonificación del impuesto, que va variando. Madrid, sin ir más lejos, lo tiene bonificado al 100%. Nadie que resida en la comunidad lo paga.
Fuentes de Hacienda explican que no hay prevista una reforma de calado del impuesto para que el Estado gestione ese 1% sino que seguirán haciéndolo las comunidades.
"Las medidas del impuesto sobre el patrimonio tendrán efecto si las comunidades autónomas las aplican. El Gobierno les abre la puerta a hacerlo", explican desde el departamento que dirige María Jesús Montero.
El impuesto ya no se aplica en multitud de países porque creen que las grandes fortunas pueden recurrir a otras opciones fiscales que les eviten el gravamen. De hecho, el propio Sánchez ha asegurado recientemente, aunque referido a otro impuesto, que "la gente rica no paga el IRPF".
Por lo tanto, la recaudación de este impuesto tiene pocas garantías. Por otra parte, según los últimos datos publicados por Hacienda, del ejercicio de 2016, el impuesto recauda 1.003 millones, por lo que para algunos analistas es más que dudoso que con la contribución de las fortunas de más de 10 millones se recaude un tercio adicional, según el Gobierno, o dos, según Unidos Podemos.
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