El PSOE vuelve a estar dividido. Por el futuro del PSOE en Andalucía y por el discurso sobre Cataluña en el conjunto de España. Pero, se pregunte a quien se pregunte, todos aseguran compartir una preocupación: Vox. La irrupción del partido, con 400.000 votos y 12 escaños en las elecciones andaluzas del pasado domingo, ha llevado a la líder regional, Susana Díaz, a asegurar que su primera misión es cortarle el paso a las instituciones. Eso se traduce en evitar que el partido que lidera Santiago Abascal sea determinante en la formación de gobierno o incluso se integre en él tras un pacto con el PP y con Ciudadanos.
¿Cuáles son las opciones del PSOE? La mayoría absoluta que suman PP, Ciudadanos y PSOE le deja muy poco margen de maniobra que ha decidido emplear centrando la atención en Ciudadanos. Díaz, en tanto que líder del partido más votado, ha anunciado una ronda de contactos con todos los partidos menos Vox para tratar de levantar un cordón sanitario contra la extrema derecha, pero fuentes del PSOE andaluz aseguran que no ha habido acercamientos aún ni se han fijado fechas para las primeras reuniones.
El plan A de Díaz ya ha sido expresado. Consiste en pedir apoyo a Ciudadanos para que el PSOE siga al frente de la Junta y así no dar la llave a Vox. Ambos partidos suman 54 escaños, uno menos que la mayoría absoluta, y la fórmula podría ser viable si cuenta con un voto a favor o la abstención de dos diputados de Adelante Andalucía, la coalición de Podemos e Izquierda Unida.
Ciudadanos ha excluido esa posibilidad. Se presentó contra Díaz como proyecto alternativo, tras haber roto el pacto de investidura y denunciado su incumplimiento. Además, la cercanía de otras elecciones (europeas, autonómicas en 13 comunidades y municipales el 26 de mayo) complica ese posible acercamiento. Al contrario, Marín ha asegurado que quiere ser presidente y pide al PSOE que o bien le apoye o bien se abstenga ante un pacto con el PP. Así, dicen en Ciudadanos, se evitaría también que Vox tuviera capacidad de influencia, como pide Díaz.
El veto es mutuo. Ni el PSOE está dispuesto a apoyar al tercer partido ni Ciudadanos a respaldar a la principal perdedora, contra la que hizo campaña.
Una opción in extremis
¿Hay alguna otra opción? Varios miembros de la Ejecutiva federal que encabeza Sánchez ven como posibilidad un compromiso a medio camino entre las dos posiciones, ahora aparentemente irreconciliables.
"Susana tiene que irse. Y creo que entenderá que está demasiado quemada. Puede que se dé cuenta tras la investidura de otro presidente o antes", explica un miembro de la Ejecutiva. "Quién ocupe la presidencia de la Junta podría ser determinante para que Ciudadanos nos apoye", según esta fuente.
La operación pasaría por que el PSOE ofreciese a Ciudadanos un pacto que venciese las resistencias naranjas a apoyar a los socialistas. La llave sería que Díaz saliese de escena y que Ciudadanos pudiese decir que se ha cobrado su cabeza como sacrificio en pro de la regeneración. De esa manera, el PSOE podría mantener la presidencia de la Junta al tiempo que Díaz dejaría la primera línea, como quiere unánimemente el equipo de Sánchez.
Ciudadanos, tercera fuerza en el Parlamento Andaluz, podría decir que es determinante para impulsar la regeneración en Andalucía con Díaz como un importante trofeo al tiempo que justifica un "no" al PP por la negativa de Juanma Moreno a ceder la presidencia y el imprescindible concurso de Vox.
"Susana tiene que querer"
Varios miembros de la Ejecutiva ven este escenario como un posible plan b que se podría intentar in extremis antes de resignarse a perder la Junta a manos de un pacto entre PP, Ciudadanos y Vox, pero otras fuentes aseguran que es demasiado pronto para pensar en una posibilidad así y lo ven muy improbable. "Para empezar, necesitarías a Adelante Andalucía igualmente y, además, Susana tiene que querer. Y no parece estar muy por la labor", señala otro miembro de la Ejecutiva, que descarta la posibilidad.
Fuentes del PSOE andaluz aseguran que, antes de nada, lo principal es buscar que Ciudadanos rechace a Vox como llave de Gobierno. Y a partir de ahí, ya se verá. Sin embargo, tanto la presidenta como también su equipo se resisten como gato panza arriba a dejar el liderazgo del PSOE andaluz.
"Susana Díaz tiene mi apoyo para intentar, hasta las ultimas consecuencias, ser la presidenta de Andalucía", dijo este martes Sánchez en una entrevista e Telecinco. De esa manera, el jefe de filas apoya el plan A de Díaz, pero no su continuidad al frente del PSOE-A si no logra el Gobierno.
Al mismo tiempo, Sánchez pidió a los socialistas andaluces que "reflexionen en los órganos deliberativos sobre cuáles son las cuestiones que tenemos que hacer mejor para recuperar los 400.000 votantes que se han quedado en casa".
"Hemos ganado las elecciones, el partido funciona y ha sido renovado hace poco. ¿Por qué tendríamos que irnos?", se preguntan por su parte fuentes del PSOE-A.