El PSOE cree que negociar el acuerdo "integral" que reclama Pablo Iglesias a cambio de votar a favor de la investidura supondría sembrar la semilla de la autodestrucción de sus expectativas electorales. Los socialistas no son (nunca) un bloque monolítico, pero ese es el parecer de Pedro Sánchez y de su jefe de gabinete y estratega en jefe, Iván Redondo. Ellos lideran, de momento sin apenas disensión interna, la rotunda negativa a incluir ministros de Unidas Podemos en el Ejecutivo. Especialmente si esos ministros son nombrados libremente por Iglesias.
"No queremos acabar como la UCD", explican fuentes socialistas. Unión de Centro Democrático (UCD) pasó de gobernar España con 168 diputados logrados en 1979 a ser irrelevante en 1982 con 11, desangrada por la división interna que se llevó por delante al mismísimo presidente del Gobierno, Adolfo Suárez.
"UCD saltó por los aires, entre otras cosas, porque cada ministro hacía lo que quería, y lo decía en público, hasta que Suárez perdió el control de su propio partido. Eso se acabó en 1982 con Felipe y desde entonces en el Gobierno ha podido haber disensiones, pero siempre ha tenido una dirección política clara. Ni con Felipe ni con Aznar ni con nadie se ha cuestionado jamás la autoridad del presidente. Por mucho que diga Iglesias, ¿podemos apostar lo mismo?", se interrogan las mismas fuentes, que ocupan un cargo de responsabilidad y son cercanas al restringido núcleo duro que toma las decisiones sobre la estrategia.
"Con Iglesias en un Ministerio, tendrá agenda, atención y recursos para hacer su propia política. No sería un Gobierno, serían dos", explican.
El propio jefe del Ejecutivo aludió a las dificultades con Iglesias para incluirlo en Consejo de Ministros. "Un Gobierno tiene que gozar de una cohesión interna absoluta y en asuntos de Estado hay discrepancias de fondo con Unidas Podemos", dijo Sánchez en una entrevista en TVE este jueves. Cataluña fue el elemento esgrimido. "¿Unidas Podemos estaría en un Gobierno que aplique el artículo 155 de la Constitución? ¿Estaría en un Gobierno que piensa que no son presos políticos sino políticos presos?", se preguntó.
"Discrepancias de fondo"
"Es evidente que existen diferencias y discrepancias de fondo que harían que un Gobierno de esas características como el que está proponiendo Unidas Podemos es un Gobierno que se va a paralizar por sus propias contradicciones internas", dijo el candidato a la investidura, expresando de forma sutil que un Ejecutivo de coalición está condenado al fracaso.
En el PSOE ya se preparan para las elecciones. Y lo que se hace antes de unos comicios es campaña electoral. Esta lunes, Cristina Narbona, responsable de su redacción en las últimas convocatorias, presentó una "síntesis" de las propuestas socialistas. Fue esgrimido como un documento de base, pero 24 horas después los propios socialistas lo daban por amortizado, asegurando que Iglesias no tenía ninguna intención en negociar.
También el martes, el PSOE aseguró que Iglesias le había exigido ser vicepresidente en el Gobierno de Sánchez. Los socialistas no lo expresaron abiertamente, con nombres y apellidos, sino a través de fuentes anónimas. Pero ese mensaje fue acompañado de una fuerte crítica a Iglesias por centrarse en los cargos y no en las políticas. Dos días después, utilizando la misma vía, el PSOE aseguró estar dispuesto a aceptar a ministros de Unidas Podemos que no tengan perfil técnico sino político, algo rechazado por Iglesias. De nuevo, el PSOE volvió a lamentar que Iglesias sólo esté interesado en el poder.
Precampaña electoral
No son pocos los observadores que creen que estos movimientos no están encaminados a lograr un acuerdo sino precisamente a lo contrario, de tal manera que Iglesias aparezca como el principal responsable por su sed de moqueta. De esa manera, mientras las elecciones se van acercano inexorablemente, los socialistas creen que su mensaje va calando en la sociedad.
"Las elecciones pueden ser inevitables", aseguran las fuentes consultadas. "En estos momentos, el acuerdo con Iglesias es muy difícil y la gobernabilidad después de la investidura, también", razonan. No en vano, Sánchez y su equipo no se cansan de recordar que sólo con Unidas Podemos no se suma la mayoría absoluta sino que serían necesarios votos de partidos nacionalistas e independentistas.
"Si no vamos a elecciones ahora porque formamos Gobierno, probablemente habría que ir seis meses después por la inestabilidad que generaría Podemos en el Consejo de Ministros", auguran las mismas fuentes. "Y ya nos habríamos cargado la imagen del presidente, la de una coalición de izquierdas y probablemente nuestras expectativas electorales", razonan.
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