La carta en la que 66 diputados del PSOE en la pasada legislatura pidieron este miércoles al PP que se abstuviera en la investidura de Pedro Sánchez como ellos hicieron ante la de Mariano Rajoy ha escocido entre los que defendieron el "no es no" hasta el final.
La carta reivindica el "sacrificio" que ellos hicieron entonces. "Si no sois capaces de formar una mayoría de investidura con más votos que nosotros, sería razonable que os abstuvierais sin condiciones, como hicimos nosotros. No os pedimos que asumáis nuestros valores o apoyéis nuestras políticas. Os pedimos que no bloqueéis la formación de gobierno. No os pedimos la abstención a favor de un gobierno socialista. Os pedimos que os abstengáis para que España tenga un gobierno. No os pedimos que hagáis nada que no hayamos hecho antes nosotros", dice la misiva.
"Ahora es el momento de la reciprocidad", añade el texto, firmado por todos los diputados socialistas que se abstuvieron menos dos: Dolores Galovart, que pidió su reingreso en la carrera judicial como jueza, y Soraya Rodríguez, que ingresó en las listas de Ciudadanos a la Eurocámara y se mantiene en silencio.
Los diputados firmantes se sienten plenamente legitimados para firmar esa carta, entre otras cosas porque por su posición en 2016 acabaron pagando un alto precio. Pedro Sánchez, que dimitió de todos sus cargos para no abstenerse, acabó ganando las primarias del partido y acometiendo muchos cambios. El "no es no" se impuso finalmente a la abstención en las primarias del partido en las que votaron los militantes.
Insignes dirigentes y referentes de la época, como Eduardo Madina, Micaela Navarro, José Andrés Torres Mora o Ignacio Urquizu o bien ya no están en el Congreso o bien no están siquiera en política. Algunos fueron purgados en las listas, como Antonio Pradas, diputado por Sevilla y hombre fuerte del PSOE andaluz en la Cámara Baja.
Por contra, los diputados del "no es no" han sido premiados. Sólo fueron 15 (frente a 68), pero entre ellos están los hoy presidentes del Congreso y del Senado, Meritxell Batet y Manuel Cruz, la ministra de Defensa. Los demás son, casi sin excepción, miembros de la Ejecutiva del partido o de la dirección del grupo o, al menos, han logrado portavocías de área.
Pero, con la carta, han quedado de alguna manera desacreditados por sus compañeros. Uno de los encargados de hacerlos ha sido, paradójicamente, el propio Sánchez, el primero que hoy pide la abstención al PP que en 2016 le negó a Rajoy hasta el punto de dejar todos sus cargos por coherencia con su posición. Con su posición de entonces.
"Deja mal al presidente"
"Esta carta deja muy mal al presidente. Desacredita su posición de entonces", aseguró uno de los miembros más destacados del grupo del "no es no" tras conocerla. "¡Hay varios que están furiosos!", explican fuentes socialistas. "No le veo sentido a la carta", explica otro diputado del "no es no", porque según él "no va a contribuir en nada a que el PP cambie de posición. ¿Alguien cree que va a hacer mella?", se pregunta.
Los que están exultantes son muchos de los diputados que en 2016 se abstuvieron por convicción, apoyaron a la Gestora del partido y fueron muy criticados por parte de la militancia. "Está claro que teníamos razón y ahora se ha demostrado. Nosotros sí podemos pedir al PP que se abstenga. Que lo haga Pedro, que nos castigó por lo que ahora le pide a Casado, es delirante", explica uno de ellos.
Ábalos movió la carta
En la lista de firmantes llama la atención la presencia de firmas como la de José Luis Ábalos o Adriana Lastra, que se abstuvieron pero que no sólo sobrevivieron sino que ahora dirigen el partido. En un caso parecido está Rafael Simancas, que en las primarias apostó por Patxi López y que ahora es el secretario general del grupo parlamentario.
Los tres, pero especialmente los dos primeros, justificaron su posición por disciplina para con los órganos del PSOE y por cultura de partido, ya que todos han ocupado antes responsabilidades en la Organización de la formación política. Pero ahora también reclaman la abstención al PP, en esta ocasión, y a tenor de lo que han firmado, por la convicción de que es lo mejor para España.
Fuentes al corriente de la gestión de esta misiva aseguran además que Ábalos no sólo firmó la carta sino que, ayudado por otros diputados de la época, se encargó de pedir a algunos de sus compañeros que la rubricasen también.