Reforzar la defensa de la base de Koulikoro, en el corazón de Mali, se ha convertido en una prioridad tras el ataque yihadista del pasado mes de febrero. Nunca se había vivido un suceso similar en la instalación en la que está desplegado un nutrido grupo de militares españoles. Pero la contundencia del golpe ha obligado a tomar medidas. Entre otras, se han instalado cámaras con capacidad infrarroja y medios de detección de drones.
El Ejército español está desplegado en el país africano en el marco de la misión EUTM Mali, de la Unión Europea, en materia de asesoramiento y adiestramiento en las tropas locales. En términos geopolíticos se considera que la región es la "frontera avanzada" de España y de Europa. Yihadismo, contrabando y tráfico de seres humanos se unen en un cóctel de inestabilidad que amenaza con extenderse hacia el Mediterráneo.
El contingente español en Mali está compuesto por unos 300 efectivos, repartidos entre Bamako y Koulikoro. Es en esta última posición donde se concentra el grueso de militares, alrededor de 250. Se trata de una región relativamente tranquila, atendiendo a los cánones de un país con fuertes vaivenes de inestabilidad. Allí, el Ejército adiestra a las tropas malienses que tratan de afianzar vestigios de seguridad en el país.
El ataque
Es precisamente en esta base donde se registró el ataque yihadista del pasado mes de febrero. Una brigada de Jama'at Nasr al-Islam Wal Muslimeen, facción integrada en Al Qaeda del Magreb Islámico, se precipitó con coches combas contra el acuartelamiento. Los terroristas también abrieron fuego con fusilería ligera.
Eran las dos de la madrugada y el Ejército español, con ayuda del personal maliense que también estaba de guardia, repelió la agresión. En concreto, abatieron al conductor de uno de los vehículos cuando trataba de entrar con él en la base para detonarlo en su interior. El otro coche no pudo seguir sus pasos, dado que la deflagración en el exterior bloqueó el acceso principal al recinto.
No hubo que lamentar heridos entre los militares españoles. Sí hubo dos heridos entre los soldados malienses que hacían guardia.
Obras de acondicionamiento
Desde entonces, el Ejército -junto a las otras fuerzas internacionales desplegadas en Koulikoro- ha reforzado las medidas de seguridad en la base. Como ya contó EL ESPAÑOL, se pusieron en marcha unas obras para construir un nuevo acceso más protegido.
Pero hay más. Ya se han instalado cámaras con capacidad infrarroja, que dotarán de más medios a los efectivos que estén de guardia para detectar cualquier posible intrusión en las inmediaciones de la base. Recordemos que el ataque yihadista fue de madrugada, y que sólo la rápida actuación de los militares españoles frustró la intentona terrorista. Ahora dispondrán de más medios para visualizar movimientos junto a las instalaciones.
También se han adquirido medios de detección de drones. En otros emplazamientos duramente golpeados por Al Qaeda o Estado Islámico, las organizaciones terroristas han hecho uso de estos medios para obtener información o directamente para cometer sus atentados. Y no sólo los yihadistas; en Mali hay otros grupos criminales que amenazan con desestabilizar el país.
En cualquier caso, fuentes militares consultadas por este diario sostienen que la amenaza de un ataque contra la base de Koulikoro es "baja"; el nivel de guardia, no obstante, se ha extremado desde la acción yihadista del pasado mes de febrero.