El barco Ocean Viking, fletado por las oenegés de Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée, lleva a bordo a 356 migrantes y vara desde hace ya ocho días en el Mediterráneo Central. El Open Arms, a menos de una millas de la isla de Lampedusa, acoge en su buque a 134 personas y hoy cumple 16 días bloqueado en estas mismas aguas. Entre todos suman 490 personas y todos ellos buscan el mismo objetivo: un puerto seguro.
La responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras, Raquel González, ha asegurado a EL ESPAÑOL que "todos los puertos de la Unión Europea son calificados como seguros". A continuación, González no ha descartado la opción de España, aunque esto no está en sus manos porque no tienen la "capacidad política para tomar esa decisión".
"Para evitar el sufrimiento humano, lo lógico sería desembarcar en Italia o Malta. Lógicamente venir a España o Portugal serían más días, pero aceptaríamos el puerto seguro que nos faciliten", ha manifestado.
El pasado martes, día 13, el capitán del Ocean Viking comunicó formalmente a Italia y Malta que abandonaba la zona frente a las costas libias donde había llevado a cabo los rescates y navegaba hacia aguas internacionales a la espera de que se le designase un puerto seguro para desembarcar. A esta hora, ninguno de los dos países han dado una respuesta a la ONG.
En concreto, según ha detallado la organización, los rescates se llevaron a cabo en cuatro operaciones diferentes entre el 9 y el 12 de agosto. Entre los rescatados hay 4 mujeres, 103 menores de 18 años -de los que 92 están solos-. Del total de niños, 14 tienen entre 13 y 15 años y 3 niños son menores de 5 años.
Los rescatados, de 12 nacionalidades aunque la mayoritaria sudanesa, iban en cuatro botes de goma precarios. El viernes 9 fueron rescatados 85 migrantes; al día siguiente, otros 85; el domingo, 81 personas y el pasado lunes, 105.
El barco puede aguantar unos días sin atracar, pero su autonomía está limitada porque no pudo repostar combustible hace unos días como era intención de su tripulación. Su "capacidad óptima" es de entre 200 y 300 personas, una cifra inferior a las 356 que ya hay a bordo.
"Queda claro por lo que han pasado"
La técnica de Asuntos Humanitarios de MSF, Yuka Crickmar, que se encuentra en el barco y ha tenido la oportunidad de hablar con algunos de los rescatados, asegura que "cada persona con la que he hablado ha sido encarcelada, ha sufrido extorsión, ha sido forzada a trabajar en condiciones de esclavitud o tortura".
Además, Crickmar ha revelado que algunas de esta personas tiene en su cuerpo grabada cicatrices provocadas por fuertes golpes. "Al mirarles a los ojos queda claro por lo que han pasado estas personas. Me decían que estaban listos para morir en el mar, en lugar de pasar otro día más sufriendo en Libia".
Por otro lado, la responsable de Relaciones Externas de MSF ha denunciado las políticas migratorias de la Unión Europea: "Ceder el flujo migratorio del Mediterráneo a terceros países es una política inhumana". En esta línea considera que el blindaje de las fronteras "utiliza el sufrimiento de miles de personas como moneda de cambio aceptable".
"La Unión europea sí tiene responsabilidad, no solo los países que hacen frontera sur sino toda la UE porque es una frontera común". González insta a las instituciones europeas a cumplir sus "obligaciones legales básicas" y a que "paren las campañas punitivas contra oenegés" porque, a su juicio, están sufriendo una campaña de criminalización contra ellos acusándoles de "taxistas del mar" y de estar "en connivencia con las mafias". "Todo esto yo lo desmiento rotundamente", ha sentenciado.
La ruta más mortífera del mundo
El Mediterráneo central es actualmente la ruta más mortífera del mundo. En este sentido, Gónzalez llama a los Estados miembros de la UE a ponerse de acuerdo para aprobar "un mecanismo de desembarco seguro y permanente para los supervivientes de los naufragios y que puedan pedir asilo y protección" para evitar situaciones como la del Open Arms y Ocean Viking.
Por otra parte, cerca de isla italiana de Lampedusa se encuentra fondeado el barco del Open Arms. El fundador de la organización, Óscar Camps, volvió a hacer en la tarde del viernes otro llamamiento de ayuda "ante la situación de completo desamparo" que viven los 134 migrantes que están a bordo. La salud física y psicológica de estas personas empeora con el paso de las horas, mientras el Gobierno italiano se niega a autorizar su desembarco.
"Amenazas de suicidio. Conatos de violencia. Todas las personas están física y psicológicamente rotas. Al límite. Necesitan ser evacuadas de forma inmediata", asegura la organización española en las redes sociales.
La embarcación lleva desde el 1 de agosto en el Mediterráneo esperando un puerto y desde el 14 de agosto está en aguas italianas, pero sin poder acercarse a tierra, pues el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se niega a permitirlo.