Casado pone paz en el PP vasco y defiende sus "derechos históricos" sin reprobar a Cayetana
El presidente del PP se pone del lado de Alfonso Alonso frente a las críticas de tibieza frente al nacionalismo.
14 septiembre, 2019 17:32Noticias relacionadas
Las espadas están en alto y el debate es, en realidad, profundo. ¿Es compatible la foralidad, el reconocimiento de la singularidad del País Vasco y de Navarra, que se traduce en términos económicos y de autogobierno, y la defensa de una igualdad de derechos y deberes de todos los españoles, residan donde residan?
La respuesta a la pregunta ha originado un nuevo vendaval en el PP, un partido que, como recordó este sábado su presidente, Pablo Casado, no es federal sino que debe hacer gala de un discurso compacto y nítido. Pero esta semana, el discurso y hasta las formas saltaron por los aires cuando la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, acusó al PP vasco de posiciones "tibias", de "contemporización con el nacionalismo", que según ella son un fracaso no sólo en lo ideológico sino también en lo electoral.
En las últimas elecciones generales, el PP no logró ningún diputado al Congreso por ninguna de las tres provincias y un mes después, sufrió un serio retroceso en las municipales y europeas. Fruto de ese descalabro es la convención política que este sábado clausuraron el propio Casado y el exministro Alfonso Alonso, presidente del PP en la comunidad.
El PP vasco estaba de uñas y Alonso regó su discurso de su visión de España, que según él debe combinar tanto la defensa de Euskadi, sus "derechos históricos" y un modelo de convivencia en el que quepan los ciudadanos nacionalistas, con una defensa de la igualdad de los españoles y de un proyecto compartido. La foralidad dentro de la España constitucional, lejos de ser una apuesta que coquetea con el nacionalismo, como defiende Álvarez de Toledo, puede conseguir el efecto contrario. "Ese encaje es el mejor antídoto ante el nacionalismo", dijo Alonso.
Casado, con el PP vasco
Casado desembarcó en Vitoria conciliador y, sin nombrar (ni desautorizar) a Álvarez de Toledo, hizo una efusiva defensa del PP vasco, al que aseguró deberle su vocación política. "¡Yo también soy del PP vasco!", proclamó. Y es que el presidente del PP cree que el ejemplo del PP vasco, que colocó sobre el escenario el nombre de sus militantes y cargos asesinados por ETA, debe ser una fuente de inspiración para toda la organización. Incluso aunque ahora esté en horas bajas.
"Cuando alguno de las filas nacionalistas dice: ¿Qué sentido tiene el PP cuando ya no existe ETA? Yo tengo que decir muy claramente: No existe ETA porque existe el PP", dijo Casado, reclamando al PP vasco que cuente más en el conjunto de España. "No sólo necesitamos la personalidad, necesitamos la influencia del PP vasco. Yo quiero ser influido por esta organización", pidió.
Pero Casado fue mucho más allá y reivindicó tanto la foralidad como la figura de Alfonso Alonso, de quien se enorgulleció de ser amigo personal. Podría haber pasado de puntillas y así rehuir el debate, pero no.
"Si el PP defiende la foralidad es porque es constitucional. No es alternativa, no va contra la Constitución. Es plenamente constitucional. Los derechos históricos son los que hacen nación, pero la nación en el 78 decide ser constitucional", explicó. "Esos fueros son constitucionales" y "es el nacionalismo el que no está en la parte del foralismo constitucional". "El problema de la foralidad y del cupo vasco es cómo lo utilicen", según él.
El asunto trae cola, ya que no se queda en el plano teórico, ni mucho menos. El concierto económico, o cupo vasco, ha sido objeto de radical oposición por parte de Ciudadanos, el único entre los grandes partidos que se opuso en 2017 a su renovación. Ciudadanos lo considera un privilegio y cree que hay que eliminarlo, aunque se trate de esquemas amparados por la Constitución y las sentencias de los tribunales. Álvarez de Toledo está, en eso, más cerca de estas tesis que de las de su propio partido. El hecho de que airee sus diferencias, incluso reconociendo que su sinceridad puede provocar conflictos, es uno de los motivos por los que importantes dirigentes del PP recomendaron a Casado que no la eligiese como portavoz en la Cámara Baja.
Donde Casado no hizo las delicias del auditorio fue al reclamar de nuevo la unidad del centroderecha, una idea que conoce el nombre de España Suma y que abandera el PP, con Álvarez de Toledo entre sus principales impulsoras. El PP vasco rechaza esta idea, precisamente porque Ciudadanos y Vox no aceptan conceptos como el de la foralidad y su andamiaje jurídico. Casado fue muy claro al recordar que esa coalición es especialmente conveniente allí donde no se han obtenido escaños y los votos a las tres formaciones no han servido para lograr representación.
Casado pidió "la unidad del centro derecha para recuperar el rumbo de España". "O unimos los que tenemos las mismas ideas para ganar las elecciones, o no gobernaremos", advirtió.
Alonso defiende la foralidad
Antes que él, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, hizo una encendida defensa de la foralidad y los "derechos históricos" de Euskadi y se declaró "patriota vasco" además de "patriota español".
"¿Y esto de la foralidad para qué sirve? ¿Cómo que para qué sirve? Sirve porque es el punto de encuentro y de unión posible entre los vascos y entre los vascos y el resto de España y lo ha sido siempre. Porque es nuestro cauce para la libertad y para la lealtad. Bien utilizado sirve para hacer más fuerte a España", según él.
Sus palabras llegan tras la enorme polémica desatada tras las palabras de la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, criticando la estrategia del PP vasco. "Los errores que se cometieron en el PP vasco fueron porque se apartaron de esa consigna de que lo moral es lo eficaz, y se creyó que acercándose a posiciones más tibias, más de contemporización con el marco del nacionalismo se podía obtener un mejor resultado. Ya se ha demostrado que esa posición ha fracasado", dijo en una entrevista en Es Radio.
Álvarez de Toledo y el baloncesto
Alonso hizo una referencia irónica a Álvarez de Toledo, de origen argentino. "Mañana juega el Alavés contra el Sevilla. Quiero que gane el Alavés. A las 14 también es la final del Mundial de baloncesto. Como es España-Argentina, yo quiero que gane España, aunque yo respeto profundamente a los argentinos [ríe] Leeis las cosas que pasan y parece que es una cosa terrible. ¡No es verdad! Somos compañeros, amigos. Ni polémicas ni polémicos. Salís de aquí, se acabó esa broma y trabajamos todos juntos. No somos niños", ha pedido. "La gente nos tiene que ver también contentos y no enfadados unos con otros. Nunca más. No quiero ninguna discusión más sobre esas cosas", según él. "¡No tenemos tiempo para tonterías!", ha dicho.
El portavoz en el Parlamento Vasco, Borja Semper, había respondido con dureza el viernes. "Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución", dijo en referencia a Álvarez de Toledo.
En palabras de Amaya Fernández, secretaria general del PP vasco, en una entrevista que este sábado publica EL ESPAÑOL, "atacar la foralidad no sólo es atacar en este momento al PP vasco, que es quien está haciendo bandera de la foralidad, sino es debilitar al constitucionalismo".