El PSOE ha recibido un chute de adrenalina con la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos. Ni en Moncloa ni en Ferraz es posible encontrar críticas al procedimiento, por más que los socialistas siempre están dispuestos a criticar casi todo, especialmente a sí mismos.
Franco une al PSOE, especialmente con un presidente socialista en Moncloa que, sólo por eso, ya tendrá una entrada en la Historia reciente de España. Las críticas de partidos independentistas y de Unidas Podemos, en principio con acreditadas trayectorias antifranquistas, que han acusado a Pedro Sánchez de exhumar "con honores" al dictador han acabado por servir como pegamento interno entre los socialistas, que no dan crédito a la naturaleza de los reproches.
Ahora, se impone la pregunta. ¿Beneficiará electoralmente la exhumación a algún partido? ¿A cuál? En el PSOE hay los que dudan sobre si puede beneficiar mucho o poco, pero nadie cree que pueda perjudicar. En Moncloa se felicitan de que el proceso salió "milimétricamente" como estaba previsto y eso incluía la publicidad suficiente para convertirlo en un gran acontecimiento pudiendo negar al mismo tiempo las acusaciones de electoralismo.
El PSOE espera subir
En el PSOE esperan un repunte en las encuestas que se publicarán en los próximos días, de manera que eso acabe con el declive de las últimas semanas, especialmente agudizado en los momentos de mayores disturbios en las calles de Barcelona. La violencia en Cataluña permitía explotar la imagen de un Gobierno que no es capaz de garantizar la seguridad, como PP, Ciudadanos y Vox se esforzaron en destacar. Pero eso pasó y los socialistas creen que, a la larga, si no hay más disturbios, la "templanza" en las decisiones que todos los días reivindica Sánchez acabará por desacreditar las posiciones de la derecha sobre Cataluña.
Después vino Franco y en el PSOE creen que tan solo la exposición mediática les beneficia. Ha sido, en términos generales, positiva para el Gobierno y los socialistas creen que los asuntos que tienen mucha relevancia social movilizan, sean cuales sean, según las fuentes consultadas. Con que revitalicen al núcleo duro socialista que estuviese un poco desencantado, el impacto ya es positivo.
Indecisos y gestión
Sin embargo, hay otros dos elementos que en el PSOE destacan especialmente. El primero es el de los indecisos, que deciden tarde su voto y pueden ver en la exhumación un elemento que les haga decantarse. Según los estudios del CIS, también el último poselectoral, un grupo decisivo de votantes elige partido en la última semana.
Por otra parte, Sánchez recupera apariencia de gestión tras un período en el Gobierno en el que no ha sido capaz de sacar ni unos Presupuestos ni, tras el 28 de abril, una investidura adelante. "Se da la imagen de que Sánchez cumple y este es un ejemplo de gestión perfecto. Lo prometió y, cuando pudo, lo hizo. Además, lo llevó a cabo de una manera adecuada y con dignidad para la familia", explica un socialista al tanto de las encuestas.
En el horizonte sigue habiendo varios nubarrones que pueden perjudicar la campaña del PSOE, imprevistos aparte: la economía ocupa un lugar muy destacado, pero los socialistas creen que ya no hay que temer muy malas noticias antes de la jornada de votación. La última Encuesta de Población Activa (EPA), fue publicada este mismo jueves sin que tuviera un impacto en la campaña porque Franco estaba siendo desenterrado.
Cataluña figura entre los asuntos que podrían cambiar el rumbo de la campaña. El último es la propia campaña. Sánchez no es el líder más cálido en los mítines y no aspira nada más que a no perder el debate del próximo 4 de noviembre.