Gabriel Rufián ofreció en julio la abstención de ERC para facilitar un Gobierno que naciera de un pacto entre PSOE y Unidas Podemos. "Septiembre nos complica la vida a todos", explicó entonces, como advertencia en toda regla ante la Diada, los aniversarios del intento de independencia unilateral de 2017 y la cercanía de la sentencia del Tribunal Supremo. Septiembre llegó y Rufián volvió a ofrecer sus votos a cambio de nada. Seguía siendo igual de fácil, pese a lo que había dicho. Por él no iba a quedar.
Todo haría pensar (y hace aún pensar) que la abstención de ERC sigue siendo más que una posibilidad. Por muchos motivos. Los partidos llamados a estar en la oposición creen que está más que amarrada. Sin embargo, desde septiembre a noviembre han cambiado muchas cosas que prometen, como poco, complicarla.
ERC tiene ahora más difícil abstenerse, aunque los riesgos de no hacerlo puedan ser, al final y en el momento decisivo, lo que decante la balanza en favor de Sánchez. Por eso ahora el partido de Oriol Junqueras reclama insistentemente un gesto o una concesión: para hacer tragable lo inevitable.
El resultado electoral
Las elecciones del 10 de noviembre trajeron a la CUP, que se presentaba por primera vez. Y eso pegó un mordisco al electorado de ERC. Los republicanos pasaron de 15 diputados en el Congreso a 13, perdiendo más de 160.000 votos. En la calle Calàbria, sede de ERC, podría asumirse como inevitable, ya que la CUP y ERC son partidos que hacen frontera y comparten parte del electorado y el discurso. Además, la participación cayó ligeramente respecto a abril.
Pero, mientras ERC bajaba, Junts per Catalunya subió. No le afectó la abstención sino que sumó casi 30.000 votos y un escaño. Y el partido de Puigdemont también comparte electorado con ERC. Es más, JxCat y ERC mantienen desde hace años un farragoso y cruento pulso por la primacía en Cataluña. Con la posible inhabilitación de Quim Torra en el horizonte, las elecciones catalanas podrían precipitarse.
La cercanía de las elecciones en Cataluña condiciona a ERC y por eso sus dirigentes reclaman el citado "gesto". Según sus portavoces, consistiría en volver a la Declaración de Pedralbes, de hace un año, y la posterior negociación entre Elsa Artadi (JxCat), entonces consellera de Presidencia, Pere Aragonés (ERC), vicepresident de la Generalitat y más que probable candidato a la presidencia, y la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Cuando descarriló, había acuerdo en torno a una mesa de partidos con la inédita figura de un relator.
El gesto que pide Junqueras
Ahí es donde quiere volver Junqueras a cambio de la abstención. O, más concretamente, a un compromiso por escrito para que eso sale adelante. El gesto no se traduciría en un avance concreto hacia la independencia, pero sentaría las bases de cara a otros, por ejemplo al hilo de la negociación sobre los Presupuestos del Gobierno. Y, lo más importante, sería un importante logro que capitalizaría en exclusiva ERC frente a Junts per Catalunya. La negociación tiene muchas caras y podría formar parte de un paquete en el que se incluyese la investidura de Sánchez, los Presupuestos de la Generalitat y los del Ayuntamiento de Barcelona. PSOE, ERC y En Comú Podem/Unidas Podemos, vertebrando la política barcelonesa, catalana y española.
ERC no tiene prisa y aunque siempre ha recordado que tiene autonomía para fijar su posición, la falta de un compromiso del PSOE le ha llevado a plantear una unidad de acción independentista con JxCat y la CUP. Parece obvio que la CUP votará "no" y que JxCat está mucho más cerca de la CUP que de ERC, pero los republicanos quieren que por ellos no quede. Y cuando toque rentabilizar la mesa de partidos, el "no" de JxCat podría ser visto como una decisión poco útil o, incluso, podrá resaltarse que es lo mismo que vota Vox.
Hermetismo en el PSOE
El PSOE es hermético en cuanto a las negociaciones con ERC. Pero no parece haber nada concreto. Calvo pidió a los independentistas que se comprometan con España. "Toca que todos pongamos por delante a España y por detrás nuestros intereses. Y cuando digo todos, digo todos, incluidos también los partidos independentistas", dijo, para la incredulidad de los republicanos.
La número dos del PSOE, Adriana Lastra, lidera los contactos con ERC. Este lunes se reunió también con Néstor Rego, diputado del BNG, al que también necesita siempre que el PSOE trabaje con la hipótesis de que EH Bildu y JxCat votarán "no". Rego aseguró que la reunión sirvió como una primera toma de contacto y que su voto aún no está decidido, con el "no" como posible opción.
El reloj corre en contra de Sánchez. ERC, de momento, parece tener tiempo. Y si en Cataluña el debate se le vuelve en contra, su precio se encarecerá.