Eduardo Fungairiño: el fiscal indomable sobre una silla de ruedas
-Eduardo Fungairiño Bringas (Santander, 1946) falleció en Madrid el 30 de junio.
-Comenzó su carrera en la Audiencia Provincial de Barcelona, donde trabajó entre 1973 y 1980. Después, pasó a la Audiencia Nacional, donde fue la acusación popular de algunos de los principales juicios contra la banda terrorista ETA, como el del atentado de Hipercor de Barcelona. En 1990, la banda armada intentó atentar contra él enviándole un paquete bomba que fue desactivado por la Policía. Fungairiño también fue el representante del Ministerio Público en el famoso juicio del caso del aceite de colza. En 1997 fue nombrado fiscal jefe de la Audiencia Nacional hasta su cese en el año 2006. Desde allí pasó a ejercer su trabajo como fiscal de la Sala Penal del Tribunal Supremo.
-Sufrió un accidente a los 19 años que le dejó en silla de ruedas de por vida. Desde su llegada a Madrid en los años 80 siempre vivió con su hermana, Trinidad.
Para recordar
Eduardo Fungairiño siempre fue crítico, indomable y un hombre sin pelos en la lengua. Nunca tuvo reparo en manifestar su clara posición sobre asuntos políticos, lo que le trajo algunas enemistades. Poco antes de jubilarse, concedió una entrevista a EL ESPAÑOL en la que se mostró partidario de la cadena perpetua y de ilegalizar los partidos independentistas.
"El nombre (de la prisión permanente revisable) me parece una cursilada: ¿por qué no lo llaman cadena perpetua, como en todas partes?", se preguntaba con la claridad y sencillez que le caracterizaban. "Siempre es susceptible de revisión, en todos los países. Se trata de que el que mata o comete un crimen execrable y terrible sepa que va a estar todo el tiempo en la cárcel hasta el final físico de sus días, a menos que tenga un comportamiento excepcionalmente bueno y por tanto acredite una reinserción", manifestaba.
Fungairiño también apostó en aquélla entrevista por cambiar la Ley Electoral para prohibir los partidos independentistas. "Si son claramente independentistas, sí. Si son solamente nacionalistas, lo que preferiría es que los partidos se presentaran en toda España, de tal forma que los votos de los partidos nacionalistas tuvieran repercusión solo en las elecciones de las comunidades autónomas. Habría que ir a un cambio de la Ley Electoral para que los partidos nacionales, los que tienen vocación de gobernar España, fueran los que intervinieran en las elecciones nacionales. Una minoría nacionalista no tiene por qué influir en el resto de España", dijo.