"Mire: yo me equivoqué. Me equivoqué cuando defendí que este país tenía que tener un gobierno aunque fuera muy de derechas como el suyo, y acertó Pedro Sánchez. ¿Sabe por que? Porque a la hora de la verdad..."
Ahí, justo a "la hora de la verdad", el Parlamento de Andalucía, especialmente las filas del PP, se convirtió en un verdadero gallinero que la presidenta de la cámara, Marta Bosquet, trató de aplacar para que Susana Díaz, la líder del PSOE en la comunidad, pudiera continuar explicando por qué fue un error la abstención de su partido ante la investidura de Mariano Rajoy en 2016, cuando el país se acercaba a las terceras elecciones seguidas sin Gobierno.
Entonces, Díaz defendía que con 84 diputados, el PSOE debía irse a la oposición y desbloquear la investidura del líder del PP por responsabilidad de Estado. Sánchez fue forzado a dimitir en el partido, donde enarboló el "no es no" a Rajoy. Había defendido un entonces imposible pacto con Podemos y partidos independentistas que menos de dos años después lo acabó llevando a la Moncloa a través de una moción de censura y, este enero, gracias a una investidura en toda regla.
"Me equivoqué y acertó Pedro Sánchez. ¿Sabe por qué? Porque lo hicimos por generosidad con España. Queríamos que España tuviera un Gobierno y pensábamos que su partido, cuando le tocara a la inversa, podría poner España por delante de sus intereses. Y nos habrían llevado a terceras, a cuartas, a quintas votaciones hasta que hubieran cedido con la ultraderecha para alcanzar el Gobierno. España le preocupaba más bien poco", continuó Díaz.
Sus declaraciones, a última hora del martes, generaron una enorme resaca el miércoles en sectores del PSOE que defendieron la abstención, también cuando esa posición política acabó siendo ligada a la candidatura de Díaz a las primarias del PSOE contra Sánchez. Defender la abstención acabó siendo defender a Díaz. Y viceversa. Ahora, ni una ni otra encuentran destacados partidarios en el PSOE y menos en público.
"Debate superado"
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aseguró estar "convencido" de que Díaz, "buena amiga", "quería decir otra cosa". Y, acto seguido, desmontó la argumentación de su compañera. "Si entonces acertó Pedro Sánchez, hoy estaba equivocado, habida cuenta de que ha pedido la abstención al PP [para su propia investidura]. Creía que este debate estaba superado", dijo en una entrevista en la Cadena Cope. "El 100% del partido" ve "positiva la abstención", según él. "Si hoy le vemos la bondad" para "desbloquear España" es "casi como reconocer que entonces lo hicimos bien".
Page fue en público mucho más diplomático que en privado una infinidad de dirigentes y referentes del partido que apoyaron a Díaz. "De las cosas en las que me he equivocado en la vida, apoyar a Susana es de las más graves", en palabras de un referente clave en su candidatura y otrora un defensor a capa y espada. "¿Qué es lo que pretende? ¿Cree que Pedro la va a perdonar por decir esto? ¿Cree que los demás no tenemos principios? Se ha convertido en un hazmereir, ha perdido la cabeza", explica, relacionándolo con la intención de Díaz de presentarse al próximo congreso regional del partido para seguir al frente y ser candidata a la Junta de Andalucía.
Desde que el PSOE salió del Gobierno regional, en el ejército sin fisuras que comandaba han surgido grietas y muchas voces críticas que creen que su carrera política está acabada. El poder que ejercía de pegamento en el partido ha desaparecido y, con él, la unidad. Ella, en paralelo, dice haber aprendido la lección y es una de las más rotundas defensoras del Gobierno de Sánchez, incluida su política de alianzas con Podemos e independentistas.
"Que asuma la responsabilidad"
"¿No se equivocaría cuando después de dejar Andalucía para tratar de liderar el PSOE regresó y se volvió a presentar tras haber hecho de los andaluces su segundo plazo? Susana tiene que pensar que si la abstención fue un error y eso nos desangró por dentro, nos llevó a enfrentarnos unos con otros y le hizo perder la Junta, ella misma debería asumir en primera persona la responsabilidad por ese error", según otro socialista muy conocido, partidario de Díaz, que ha ocupado importantes puestos de dirección antes del último congreso socialista.
Otros cargos del partido en la actualidad, que ocupan responsabilidades institucionales en el Gobierno de Sánchez (pese a haber apoyado a Díaz) o en federaciones como Extremadura, Aragón o la Comunidad Valenciana, consideran que la líder del PSOE andaluz no sólo se está enmendando a sí misma sino dejando en mal lugar a los que dieron la cara por ella en el congreso y todavía creen que, con la información que tenían entonces, hicieron lo correcto. "Nos sentimos defraudados, engañados", explica un alcalde. "De lo que no se da cuenta es de que puede perder aún más el respeto de los suyos, de los que tiene más cerca, porque todo suena muy desesperado y se evidencia su debilidad", según esta fuente.
En público, apoyos de la candidatura de Díaz y de la abstención se mostraron también críticos. Es el caso de Elena Valenciano, que defendió la posición en el histórico y bronco Comité Federal.
También el de Nino Torre, entonces secretario general de las Juventudes Socialistas.
Tanto Valenciano como Torre están hoy fuera de la política. La primera fue vetada como candidata a liderar el grupo socialista europeo en la Eurocámara cuando era eurodiputada y no repitió en las listas en 2019. Torre dejó la política cuando dejó de ser diputado en Asturias y pasó a la actividad privada. Ahí está una de las claves. Muchos de los que se significaron muy decididamente y se enfrentaron a Sánchez y el "no es no" acabaron en el ostracismo o fuera de las instituciones una vez éste recuperó el timón del partido.
Pero Díaz aspira a repetir como líder del PSOE andaluz y candidata a la Junta y que Sánchez apostara por otro candidato podría ponérselo muy difícil.
Su equipo defendió este miércoles la decisión. "Se pide muchas veces autocrítica y ayer dijo que se equivocó ¡eso le honra como política y como persona!", según José Fiscal, portavoz parlamentario. "Se reconoce, con la perspectiva que da el tiempo que no se puede esperar nada constructivo del PP, que fue una equivocación". "Nos equivocamos al pensar que el PP antepondría los intereses de España y actuaría con la misma generosidad y sentido de estado que el PSOE", dijo por su parte Verónica Pérez, secretaria general del PSOE de Sevilla.
Los más cercanos a Díaz trataron de reconducir el debate espetándoselo al PP por la irresponsabilidad que critican en él. En otras palabras: trataron de centrarse en el error de pensar que el PP sería tan generoso como ellos. Sin embargo, la abstención ante Rajoy fue presentada en 2016 como una operación que sólo se validaría como un intercambio en el futuro. Por eso, la autocrítica de Díaz parece, por una parte, incompleta. Según sus críticos, un intento desesperado por obtener el respaldo de Sánchez o, al menos, por no tenerlo en contra cuando llegue la otra "hora de la verdad": el congreso del PSOE andaluz.