Querían preparar el té para toda la familia pero en la vivienda no quedaban hierbas con las que elaborarlo. Se trata de una tradición casera de la cultura marroquí. Fátima fue a buscarlo en la despensa, y ahí se percató de que se habían quedado sin provisiones. Su hijo dijo que no tardaría. Bajó a la tienda de confianza a la que suelen acudir para adquirir lo necesario, al menos durante esta interminable cuarentena. Está situada a un par de escasos minutos de la vivienda, en la calle San Francisco, en pleno centro de Bilbao.
Dice su madre que el joven Asraf, 22 años de edad, ambos de origen marroquí, bajó a cumplir un cometido en el que no se iba a demorar. Hasta que varios agentes de la Ertzaintza aparecieron para detenerle. Luego también se la llevaron a ella, pero antes de eso recibieron los golpes que les propinó con su porra uno de los agentes. "Tengo la piel morada. Entonces me desmayé. No recuerdo nada más hasta la comisaría. Mi hijo también tiene golpes por todo el cuerpo".
Lo que le sucedió al joven Asraf y a su madre ha trascendido en las últimas horas debido a las grabaciones realizadas por los vecinos desde sus balcones en el transcurso de los hechos. Su madre lo cuenta a EL ESPAÑOL en la tarde del lunes, por teléfono, cuando esperan su turno para ser atendidos en el hospital. "Nos están haciendo pruebas a mi hijo y a mí. Él tiene una herida en la cabeza, yo moratones por todo el cuerpo".
Los agentes de la Ertzaintza le denunciaron por estar en la calle sin "una razón justificada", según fuentes del cuerpo. Se trata de un requisito hoy indispensable durante el tiempo que se prolongue el estado de alarma a causa de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.
La polémica ante los hechos, grabados en distintos vídeos difundidos por las redes sociales acaba, por el momento, con una investigación de Asuntos Internos a los ertzainas que protagonizaron los hechos, según confirman a este periódico fuentes de Interior del gobierno vasco. En ella determinarán si la actuación resultó conveniente, si fue proporcionada o bien si se sobrepasaron los límites.
Mi hijo está enfermo
Eran en torno a las cuatro de la tarde cuando ocurrieron los hechos. "Le había dado dinero a mi hijo para que bajase a comprar a la tienda. Es apenas un minuto o dos de ida y otros dos de vuelta. Como tardaba más de cinco minutos ya me preocupé. Le llamé y me dijo: 'Mamá, está aquí la policía'. Bajé abajo y me encontré todo eso".
El joven regresaba ya de la tienda, con una bolsa en la mano en la que llevaba las cosas que acababa de comprar. Fue entonces cuando los agentes le preguntaron que de dónde venía. Asraf tiene la nacionalidad española en regla, al igual que su madre, pero dice su madre que todavía no se maneja del todo bien con el idioma. Padece, además, una cierta discapacidad mental: "Está enfermo, y va al médico de cabecera- Tiene que tomar tres pastillas distintas al día".
En el vídeo se puede advertir cómo el joven se aproxima al agente. Le piden que vacíe todo lo que lleva en la bolsa. Él obedece, y luego dice que está "muy nervioso" y que está "loco".
Es entonces, cuando el joven se acerca cuando el ertzaina le empuja, y le golpea varias veces seguidas con la porra. Luego, junto a uno de sus compañeros, lo pone de cara a la pared, y le coloca las esposas mientras los vecinos de la calle les increpan y abuchean desde los balcones. A los pocos segundos, justo antes de que lo metan en el coche y se lo lleven a la comisaría, aparece la madre del joven.
Fátima tiene 49 años. Según la versión oficial, la mujer obstaculizó el arresto de su hijo. "Les dije: mi hijo está loco, está enfermo, no hace nada malo. Les expliqué por qué había ido a la tienda, les pedí que esperasen a que mi marido me bajase los papeles del médico para que vieran el justificante de lo que les estaba diciendo. En el vídeo se ve cómo le llamo por teléfono. Y ellos solo me dijeron que me separase de él. Y les dije también que no se lo llevaran, que si se lo llevaban me iban a tener que llevar a mí también".
Las cámaras de los vecinos lo captan todo. La mujer se interpone entre los agentes y su hijo, pero es apartada hacia atrás sistemáticamente, una y otra vez. Hasta que en un momento dado, cuando están metiéndolo en el coche, uno de los ertzainas decide emplear también con ella la porra para disuadirla. Y de ese modo la golpea en varias ocasiones, en distintas partes del cuerpo. La mujer queda tendida en el suelo sin moverse.
"Llegué desmayada"
Durante varios minutos Fátima queda tendida en el suelo rodeada de varios efectivos del cuerpo policial. Su hijo ya está dentro de uno de los coches. En los balcones aumentan la tensión y los gritos. "Llamad a la ambulancia", piden los vecinos desde sus ventanas.
Entretanto, llegan otros agentes más. Hasta siete ertzainas se llevan también detenida a Fátima. Al poco, la incorporan y la meten en otro vehículo y se marchan a la comisaría.
La mujer ya cuenta con el apoyo de los vecinos, que le prestarán ayuda como testigos de los hechos en caso de emprender acciones legales. "Los de la tienda ya nos han dicho que lo que necesitemos que nos ayudarán. También los vecinos".
Distintas asociaciones como SOS Racismo han condenado los hechos y denuncian la "brutalidad policial" ejercida contra el joven y contra la madre "que grita desesperada por un hijo que está enfermo".
Fátima y su hijo pasaron el resto del domingo en dependencias policiales. No salieron de allí hasta las once y media de la noche. "No entiendo cómo ha podido pasar esto", dice la mujer. "Los dos estábamos al lado de casa. Al lado. Me llevaron desmayada. Ya no me acuerdo de nada más hasta llegar a la comisaría. No te imaginas los golpes que tengo encima. En la pierna, en los dos brazos, en la muñeca".