"Pedimos medicinas para los ancianos y nos dieron morfina y sedación", denuncian las residencias
El presidente de la patronal de las residencias exige en esta entrevista con EL ESPAÑOL que el Gobierno dé la cifra real de ancianos fallecidos.
9 mayo, 2020 02:57Noticias relacionadas
- Hasta 70 muertos al día en sus casas por coronavirus sólo en Madrid: las dramáticas llamadas al 091
- 30 días como comandante en la morgue del Palacio de Hielo: "Leía el nombre de todos los fallecidos"
- "Habrá dos oleadas más de Covid-19": un informe del Ejército alerta de futuros repuntes de la enfermedad
Cuando Ignacio Fernández-Cid acabó de estudiar Ciencias Empresariales en la Universidad Complutense le ofrecieron la oportunidad de gestionar un grupo promotor con el que lanzar un centro para la tercera edad. Era el año 1984. Dijo que sí, y en ello lleva desde entonces.
36 años después, el presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED), la patronal que representa a 1.200 empresas de residencias de ancianos en toda España, afronta como muchos otros el mayor reto sanitario en un siglo, al frente del sector quizá más castigado de todos.
El coronavirus no está teniendo piedad con los inquilinos de los centros, y algunos datos refieren ya más de 15.000 muertos solo en estos recintos a lo largo y ancho del país. Es la cifra no oficial de la tragedia.
La pandemia ha golpeado con inclemencia a un sector que arrastraba años de precariedad, de situaciones tan inhumanas como dantescas, de falta de personal, de salarios bajos, de recortes en las plantillas.
En la mayoría de los casos los familiares no han podido despedirse de sus seres queridos. Otros denuncian desde hace semanas que no recibían información de los centros. A veces la única señal llegaba cuando era ya demasiado tarde: tan solo la llamada comunicando la muerte del familiar. En algunos de esos centros han fallecido más de 100 personas.
Dice Fernández-Cid a EL ESPAÑOL que es preciso mejorar. Establecer estos días un trato más fluido con las familias. Explica también que se están viviendo allí dentro situaciones de extraordinaria dureza. Apunta directamente como responsables de la situación a las autoridades sanitarias. Y reconoce también que las residencias tienen cosas que mejorar.
No tenemos test, no tenemos PCR, y necesitamos que nos los envíen para hacer las muestras
La situación está siendo realmente dramática.
Se ha rebajado la tensión, los centros están ahora mucho más controlados y no tenemos esa angustia con la que vivimos las semanas pasadas. Date cuenta de que llamabas a un hospital pidiendo ayuda porque detectabas a una persona con problemas y con síntomas y al llamar al geriatra de referencia, este te decía que no, que no lo podías ingresar.
Llamas para derivar a una persona y no te dejan. Las residencias somos como las casas de las personas mayores. No somos lugares de diagnóstico. Tenemos servicios mínimos en comparación con un hospital. Allí están acostumbrados a tratarles. Nosotros no podemos jugar a lo que no somos.
¿Qué sucedía al llamar al hospital?
No nos dejaban derivarlos allí. Si llamas diciendo que tu padre está en la residencia directamente ni te atienden. Eso es una angustia tremenda. Hay muchas familias que se han enfadado porque no les hemos derivado a su padre o a su madre al hospital. Oiga, pero es que no nos han dejado. Y nos dicen: "¿Cómo va a ser posible?".
Se lo prometo, no nos han dejado. Pero si una persona mayor desde su casa necesita ir al hospital, ese procedimiento no ha cambiado. Si tienes una urgencia, lo llevas a urgencias y ya está. El problema ha sido las personas que estaban en los centros. Por eso las familias no lo entendían. Y esa orden las han dado las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas.
Eso es muy duro.
Es cruel, durísimo, claro que sí.
O sea, yo si tengo a mi padre en una residencia y le llevo yo mismo a urgencias, en ese caso le atienden.
Sí.
Y si está en una residencia y llaman desde allí, no le atienden ni van a buscarle.
Sí, así de duro es. Y así de terminante te lo digo. Es como si los aislaran. De hecho, lo absurdo es que el Ministerio de Sanidad sacó un dossier de actuación con los protocolos para hacer los test rápidos. Como una especie de guía. En ella se decía que al primero que diera positivo se dejaban ya de hacer test en esa residencia. Se asume el contagio total y se pone a todo el mundo en aislamiento.
Se da por hecho que todos están contagiados.
Se da por hecho el contagio, sí, y se pone a todo el mundo aislado sin salir de su habitación. Esa guía de actuaciones establecía tres casos: en hospitales y centros penitenciarios, se entendía que salía positivo pasabas al siguiente paciente, o al siguiente recluso. Si el test rápido salía negativo, a continuación se le hacía una PCR, para confirmar y asegurar. Pero en el caso de las residencias no. ¿No es eso establecer distintas categorías de ciudadanos?
¿Qué se está haciendo mal?
Estamos en un momento en que las cosas están bastante más tranquilas, pero ojo, que algunos expertos ya están empezando a decir que el virus no se ha ido. El virus va a estar aquí mucho tiempo. Tenemos que acostumbrarnos. Y no es fácil porque estas personas llevan dos meses metidas en una habitación.
No ha habido una afectación igual en todas las comunidades autónomas como ya sabes, principalmente Madrid, Cataluña y las dos Castillas.
No tenemos test, no tenemos PCR, y necesitamos imperiosamente que nos los envíen para hacerles la muestra. Lo suyo sería hacer esos, y nos los rápidos, que son altamente erróneos.
Los mayores están en las habitaciones, pero los profesionales de las residencias están entrando y saliendo de las habitaciones, porque no saben quiénes son positivo y quiénes no. Pedimos que se les hagan a todo el personal y a todos los residentes. Por que si no no sirve de nada.
¿Por qué siguen sin ingresar a los ancianos cuando ya no está colapsado el sistema?
¿Les enviaban medicinas?
Hemos llamado para decir: "Bueno, si no me dejas derivarte a la persona, dame por favor medicación". Mucho antibiótico, mucho paracetamol... Nosotros pedíamos retrovirales, hidroxicloroquina, que se demostró muy eficaz en su día contra la malaria. Pero la medicación en determinadas áreas sanitarias no nos la han proporcionado.
¿Podría decirme alguna?
No. En determinadas áreas sanitarias no nos los han enviado. Y no hay derecho. La Federación lo que pretende no es poner el dedo a nadie en el ojo, sino poner de manifiesto una serie de problemas que hemos tenido, y que siguen estando.
¿Por qué seguimos con los mismos criterios restrictivos de derivación hospitalaria? ¿Por qué siguen sin ingresar a los ancianos cuando ya no está colapsado el sistema? Sí nos enviaron eparina, corticoides, antibióticos, morfina y sedación.
¿Desde dónde enviaban la morfina?
Desde los hospitales. Si no podemos derivarle a la UCI o intubarlo, pues a esa persona evidentemente tenemos que sedarla. Nuestros médicos están capacitados para administrarla, sobre todo cuando esa medicación se la han suministrado desde el hospital.
En las últimas semanas decenas de familiares han relatado a EL ESPAÑOL situaciones trágicas en las residencias: llamadas a diario para preguntar por sus familiares, sin obtener nunca respuesta. Otros solo recibían novedades cuando su padre o su madre acababa muriendo.
Si en algo tenemos que mejorar, claramente es en ese aspecto. Tu imagínate que tienes de repente, de la noche a la mañana, un cuarto o un tercio de tu plantilla de baja, en cuarentena, por los contagios o por el miedo al contagio. Aun así en las residencias nos hemos volcado mayoritariamente en la asistencia a los mayores. Y seguramente que hemos fallado en la comunicación con las familias, y en varias ocasiones, en varios medios, ya me he disculpado con ellos. Podíamos haberlo hecho mejor y de otro modo.
Tienen que saber que estábamos atendiendo a las familias. A medida que se fue desarrollando todo este proceso empezamos a adquirir tablets para hacer videollamadas con las familias. Ha habido varias empresas que nos las donaron, y la comunicación ha sido entonces más sencilla. Me disculpo en nombre del sector, habría que haberlo hecho de otra manera.
Algunos medios hablan de más de 15.000 muertos en las residencias. Ese dato no cuadra con las cifras oficiales.
Y les faltaban por contabilizar unas cuantas regiones. ¿A cuántos nos vamos en realidad? Yo me pregunto, ¿por qué no salen las cifras? Nos los piden a nosotros, pero las residencias tenemos la obligación de volcar los datos todos los días de la semana a las consejerías de las comunidades autónomas. Ellos lo hacen los datos martes y los viernes al Ministerio de Sanidad. Nosotros las damos todos los días.
¿Por qué Sanidad no da los datos completos? ¿Por qué tienen que estar los periódicos investigando las cifras comunidad por comunidad? No coinciden las cifras con las que están dando. El otro día leía el informe de unos ingenieros que decían que habría que aumentar un 76 % el número de muertos, y por tanto nos íbamos a 43.000.
En el gobierno de la Comunidad de Madrid las discrepancias son constantes entre PP y Ciudadanos. La presidenta Díaz Ayuso anunció hace semanas que 204 residencias ya se habían armado de recursos sanitarios para luchar frente a la pandemia, pero ese mismo día Alberto Reyero (Cs), su consejero de Políticas Sociales, lo desmintió públicamente. ¿Cuántas residencias hay medicalizadas hasta el momento?
Llevo dedicado a este mundo de los mayores desde el año 1984. Profesionalmente, he sacado los dientes por este sector, y te digo que no sé lo que es una residencia medicalizada. ¿Qué se entiende por eso? ¿Llevar a unos médicos de atención primaria unas horas a la semana para que valoren las historias clínicas y los tratamientos que se administran a los ancianos? ¿Eso es medicalizar un centro? Yo entiendo que no, bajo ningún concepto.
Necesitaríamos recursos humanos, de forma permanente en el centro, y no una visita puntual. Yo no estoy de acuerdo con que se hayan medicalizado 200 residencias. Hasta donde yo sé, eso no es así.
Otro de los problemas que nos hemos encontrado es ese cambio constante de interlocutores normales nos ha hecho polvo. Tanto los ministerios como las consejerías. Nuestros interlocutores de repente proceden del mundo de la Sanidad. En nuestro día a día andamos perdidos. ¿Quién nos conoce a nosotros? Pues quienes nos hacen la norma, los que hacen los conciertos, los que nos sancionan a veces si las cosas se hacen mal: es decir, las consejerías de políticas sociales. Ese es nuestro mundo. Si nos ponen en manos de otra consejería que no nos conocen, la coordinación es muy difícil.
Este mismo viernes, un informe del Ejército de Tierra aseguraba que es preciso prepararse para dos nuevas oleadas más en los próximos meses. Y que no se espera una vacuna hasta dentro de un año y medio. ¿Van a tomar ustedes alguna medida?
No tenemos ni idea de lo que tenemos delante. Algunos expertos han dicho que parte de la población que está inmunizada no es así, y que no habrá inmunidad que valga. Nos han ido llegando noticias contradictorias.
Lamentablemente el virus es muy traidor, y va cambiando mucho. Es totalmente dispar cómo reacciona de unas personas a otras. Lo lógico es que las autoridades sanitarias nos provean de las herramientas que vayamos necesitando. Sin eso va a ser imposible.