Los funcionarios de prisiones de la provincia de Toledo, la provincia con mayor incidencia de coronavirus en toda Castilla-La Mancha, exigen a Interior suspender los permisos penitenciarios de los reclusos de sus cárceles. Piden también aislarles como se hizo durante los tres meses del estado de alarma para preservar la integridad y la salud de todos los internos.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes penitenciarias, los trabajadores de las prisiones de Ocaña consideran que debería aplicarse la misma medida que Prisiones acaba de imponer en los siete centros de Madrid, donde ya se han suspendido las comunicaciones y las salidas de los reclusos hasta nuevo aviso.
Una medida que no afecta a las comunicaciones ordinarias en los locutorios de la prisión.
Los trabajadores en las cárceles de Toledo explican lo peligroso es que los presos continúen saliendo de permisos semanales en el estado en el que se encuentra ahora mismo España en general, Madrid, por cercanía, y su provincia en particular.
Por cercanía, por conexión con el Tren de Alta Velocidad (AVE), la ciudad manchega es casi una prolongación, que muchos emplean como un apéndice de Madrid, tanto para vivir como para trabajar.
"Cuando salen, muchos van a sus pueblos en distintas zonas de Madrid. Pasan por las estaciones de autobuses. Y a la vuelta, lo mismo. Están en contacto con mucha gente", explican desde el centro de Ocaña I.
Prisiones cerradas
Las prisiones más próximas a Madrid son como una extensión de las de la capital. "Por eso es absurdo que no se les aplique el mismo criterio que a las de la Comunidad de Madrid. Si tienen que viajar a la ciudad en sus permisos, lo hacen. Si les dan un permiso de seis días, se van a sus casas. Eso está pasando, y ahora eso supone un peligro".
Además de la Comunidad de Madrid, las prisiones afectadas por estas medidas -supresión de vis a vis y de salidas al exterior- son las del País Vasco, Castilla y León y Las Palmas de Gran Canaria. Es una situación análoga a la que vivieron los reclusos durante el estado de alarma, cuando Interior confinó y aisló a los 50.800 internos que pueblan el sistema penitenciario español.
Por el momento, las restricciones se revisarán en tres semanas. Después, se decidirá si la medida se prorroga o se cancela. Sin embargo, en regiones con tanta incidencia como Castilla-La Mancha, los trabajadores se plantean que sería preferible optar por el aislamiento de una población tan vulnerable como es la de las cárceles.
"Compañeros contagiados"
"En marzo, suspendieron los permisos en Madrid y, por añadidura, se suspendieron en las prisiones cercanas. Cuando los presos salen de permiso, intentamos que se guarde cuarentena. Pero en Ocaña II tenemos una incidencia de positivos relativamente alta, por desgracia. Hay varios compañeros contagiados", indican fuentes del sindicato Acaip.
Hace aproximadamente un mes, saltó la alarma en Ocaña ante el ingreso de una mujer contagiada por la Covid-19. Hubo que poner también a 20 funcionarios en cuarentena por haber estado en contacto con el monitor de un curso de la penitenciaría que había dado positivo.
Los funcionarios de prisiones de la asociación Tu Abandono Me Puede Matar interpusieron entonces una denuncia ante la Inspección de Trabajo de Toledo por permitir la continuación de un curso en la cárcel pese a que el monitor de las sesiones había dado positivo.