La exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, habría pedido al excomisario José Manuel Villarejo y sus colaboradores que introdujeran micrófonos y material electrónico para hacer "un barrido" en el Congreso de los Diputados.
Así se desprende de una de las grabaciones presentes en el sumario de la Operación Kitchen, cuyo secreto levantó hace un par de semanas el juez Manuel García-Castellón, titular del Juzgado de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional.
En la conversación, grabada por Villarejo, el excomisario afirma tener información comprometedora sobre la que fuera mano derecha de Mariano Rajoy durante sus dos gobiernos. Sobre cómo, entre los años 2009 y 2010, Soraya le habría pedido a su equipo que realizara un barrido en el despacho de Mariano Rajoy en la Cámara Baja.
"Pero es que tenemos todas las pruebas de la Soraya entrando en el Parlamento con electrónica, ¿me entiendes?", le dice al excomisario su socio Adrián de la Joya, también implicado en esta y otras causas con él. "¡Con mi gente!", exclama Villarejo.
Esto sucedió, según narra el expolicía, durante el segundo gobierno consecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Rajoy era el jefe de la oposición y Soraya la portavoz parlamentaria del Grupo Popular.
Fue la propia Soraya, dice Villarejo, quien introdujo el material en el Parlamento. La número dos de Rajoy, luego vicepresidenta del Gobierno, lo habría hecho ella misma para evitar los controles de seguridad. El excomisario dice que después les ofrecieron pagarles "con unas facturas chungas".
Imagen de Soraya
Entre el material almacenado por el excomisario, dice el informe presente en el sumario elaborado por la Unidad de Asuntos Internos que investigó el caso, "todas las pruebas de facturas falsas que hicieron con Paco Villar y el grupo parlamentario Grupo Popular para justificar unos pagos de la imagen de Soraya" e incluso "todas las grabaciones entre Bárcenas y el puto Rajoy hablando de toda la mierda" obtenidas en el marco de la operación Kitchen.
Según los investigadores de la Unidad de Asuntos Internos, dirigentes del PP como María Dolores de Cospedal y altos cargos de Interior como el exministro Jorge Fernández Díaz o el secretario de Estado Francisco Martínez, para espiar y robar al extesorero Luis Bárcenas.
El objetivo sería sustraerle información comprometedora sobre la financiación del partido, empleando para ello integrantes de la cúpula policial y el dinero de los fondos reservados del ministerio.
Para ello los comisarios Villarejo, Enrique García Castaño y Andrés Gómez Gordo, asesor de seguridad de Dolores de Cospedal cuando era presidenta de Castilla-La Mancha, habrían captado al chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, encargándole la tarea de ejercer como agente doble a cambio de 2.000 euros al mes durante 25 meses.
Además, Villarejo le habría asegurado el ingreso al cuerpo de Policía Nacional, cosa que finalmente logró.
"A ver cómo la salva el Troll"
Entre los legajos del sumario que narran la operación orquestada, según el juez, con la colaboración de altos cargos del Estado en la época de Rajoy, aparecen esas conversaciones que vinculan a Sánez de Santamaría con Villarejo y su camarilla de turbios colaboradores.
En una de ellas charla sobre el tema con su colega José Luis Olivera Serrano, quien entonces era responsable de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), el ariete de la Policía Nacional contra la corrupción. Su nombre aparece de forma recurrente en las conversaciones. Al otro lado de la estancia, Adrián de la Joya, el empresario amigo del excomisario, otro habitual de las oscuras operaciones de Villarejo.
- Mira, hubo un momento en que el señor Rajoy tenía unas serias dudas de que le estaban grabando en su despacho del Congreso..., le dice Olivera a Villarejo.
- Sí...
- Y pidió ayuda para que se le hiciera un barrido y se le viera porque no se fiaba de nadie.
- Y la ayuda se la hizo Villarejo, dice el propio excomisario.
- Y el que le hizo el barrido se llama Villarejo, pero Villarejo para poder hacer el barrido, no fue Villarejo con los aparatos, los aparatos los metió dentro una señora...
- ... Que ahora es vicepresidenta del Gobierno.
- ... Que ahora es vicepresidenta del gobierno, ¿eh? Y metió los aparatos de Villarejo para hacer un barrido en el Congreso. ¡Fíjate! Esa historia (se ríe).
- Preciosa, reconoce Villarejo.
- Preciosa, admite Olivera.
- Es telita, ¿eh?, interviene de la Joya.
- Eso a ver como la salva el TROLL (en referencia a Félix Sanz Roldán, director del CNI, en ese momento coordinado por la vicepresidenta) ¿Eso es mentira? No, mire usted, Rafael Redondo entrando en el Congreso y a ella no la registran porque va con la maleta.
- Hablé yo todo con nuestros técnicos.