El chófer de la familia Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, al que el excomisario José Manuel Villarejo aludía bajo el seudónimo de 'El Cocinero', fue agasajado con dinero de los fondos reservados del Ministerio del Interior destinado a transportes, comidas en lujosos restaurantes, tentempiés en hoteles de cinco estrellas e incluso la compra de una pistola mientras se prolongaron sus tareas de espionaje a la familia Bárcenas.
El topo, infiltrado en el entorno más cercano del extesorero del PP, ya que acompañaba permanentemente al matrimonio Bárcenas, cobró durante dos años (2013 y 2014) unos 2.000 euros al mes a cambio de recabar información y localizar el inmueble en que Luis Bárcenas y su mujer ocultaban documentos con información explosiva y comprometedora sobre el Partido Popular. El juez que investiga los papeles de Bárcenas considera acreditado que la información se ocultó a los jueces que tenían en marcha investigación contra el PP.
Por aquel entonces ya se habían iniciado en los Juzgados las pesquisas sobre la trama Gürtel. Fue ahí cuando el chófer fue captado por los comisarios Villarejo, Enrique García Castaño y Andrés Gómez Gordo, asesor de seguridad de Dolores de Cospedal cuando era presidenta de Castilla-La Mancha.
Ríos recibió el encargo de espiar a los Bárcenas y conoció cuál iba a ser su recompensa: 50.000 euros repartidos en 25 mensualidades. Además, fue agasajado con otros 2.574,53 en comidas y aperitivos en algunos de los establecimientos más caros de Madrid. Todo ello cargado a esa partida presupuestaria secreta de Interior.
El sumario de los papeles de Bárcenas, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, desgrana una ingente cantidad de documentos. El juez José de la Mata pidió al Gobierno la desclasificación de los documentos que guardara el Ministerio del Interior sobre la operación Kitchen y entonces aparecieron centenares de tickets de gastos cargados a la partida de fondos reservados.
Hay facturas de elevado importe en algunos de los restaurantes favorito de Villarejo, como el establecimiento Rianxo, donde el comisario grabó, entre otros, los encuentros que mantuvo con Dolores Delgado, actual fiscal general.
Uno de los gastos cuya factura pasaron a Interior asciende, por ejemplo, a 207 euros. Se trata de la cuenta por una comida en una suntuosa marisquería del centro de la ciudad muy cerca del Santiago Bernabéu. El precio del lenguado de la casa asciende a 50 euros. Era uno de los restaurantes que visitaban repetidamente.
Según los documentos que obran en el sumario de caso, la Policía cree que existen serios indicios que involucrarían a altos cargos gubernamentales en la operación Kitchen, como por ejemplo los exministros María Dolores de Cospedal y Jorge Fernández Díaz o su secretario de Estado Francisco Martínez. Los investigadores apuntan también a que el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estaría al tanto de las labores de espionaje presuntamente orquestada.
Aparecen igualmente facturas del restaurante del exclusivo Hotel Villa Magna, en pleno Paseo de la Castellana. Una sola factura correspondiente a una comida llegó a importar 250 euros .
En otros restaurantes las facturas superaban habitualmente el centenar de euros, como ocurrió en un almuerzo celebrado el 8 de julio de 2014: se pagaron 127 euros con cargo a los fondos reservados.
Solo billetes de 500
Las grabaciones halladas en uno de los domicilios de Villarejo permiten también comprobar la manera en que se formalizaban los pagos. Las conversaciones que el excomisario grabó arrojan detalles del modo en que se retribuía a Ríos mensualmente, cada cuatro semanas de servicio.
-Ahí tienes, no te he podido conseguir nada más que billetes de 500 tronco, es que no hay, se lamenta Villarejo.
-Nada, lo que le gustaba a esta señora...Pitufeo.
-No, no hay problema, estoy acostumbrado, le dice Sergio.
-Eh... ¿Sabes? Búscate la vida y tal para el cambio.
-Ya conozco un par de bancos que...
Además de todos estos gastos pagados con dinero de los fondos reservados, entre los documentos recabados por los investigadores figura la compra de una pistola por valor de 700 euros en una armería del barrio madrileño de Chamberí.
El arma, una glock, una semiautomática, la compró el comisario Enrique García Castaño para el chófer que él y el resto de compinches tenían infiltrado en el círculo más próximo al extesorero.
La operación, según los informes de Asuntos Internos, "habría tenido un resultado positivo y estaría coordinada por el entonces secretario de Estado de Seguridad (con conocimiento del "Asturiano" -Mariano Rajoy, según Villarejo- y del "Largo"), sin que exista constancia hasta el momento de que el material incautado haya sido obtenido en el marco del procedimiento judicial".
Todo está siendo investigado en dos Juzgados de la Audiencia Nacional: por un lado, el Juzgado Central de Instrucción número 5 indaga la trascendencia de los documentos robados en relación a la caja b del PP a cargo presuntamente de Bárcenas.
Paralelamente, el Juzgado Central de Instrucción número 6 investiga el desarrollo de la operación Kitchen y quiénes están implicados en el robo de documentos.
En las conversaciones grabadas por el excomisario se revela la presunta implicación de Andrés Gómez Gordo en la captación de Sergio, al que conocía previamente.
Los investigadores otorgan a Gómez un papel especialmente importante. Había sido, durante muchos años, el responsable de seguridad de la antigua secretaria general del PP.
Según los investigadores, Gómez Gordo volcó en un disco duro la "información sensible" en poder de Bárcenas que Ríos habría sustraído.
"Quitarle a Bárcenas los papeles"
Villarejo no se andaba con remilgos. En sus libretas expone la finalidad de la operación Kitchen, que no era otra, a juicio de la Policía, que "la posible ubicación de documentación que LB tendría oculta en un escondite solo conocido por él".
En esas mismas notas se hallaron indicios que llevan a la Policía a sostener que la operación "estaría dirigida por órganos superiores y/o directivos del Ministerio del Interior". La carpeta en la que estaban guardados todos los documentos relativos al caso llevaba el nombre de "Interior".
En otro de sus apuntes, el entonces comisario plasma una de sus últimas indagaciones sobre los objetos o el patrimonio que Bárcenas podía tener oculto: "La última información de interés fue en la última cita donde confirmó el domicilio donde LB pudo esconder joyas, así como un cuadro de gran valor. Sería en casa de Beltrán Gutiérrez, ahora imputado en el sumario de las tarjetas de Bankia", decía en aquel entonces, en octubre de 2014.
Villarejo decía que la operación buscaba "quitarle al Bárcenas los papeles que le comprometían al Presidente". "Yo se lo he trasmitido a Paco (el secretario de Estado de Fernández Díaz en Interior). Pero también díselo a Paco. Dile, oye, voy a tirar para adelante con el tema del 'Cocinero'".