El calendario llega al día de la Fiesta Nacional del 12 de octubre en el momento de mayor incertidumbre de las últimas décadas. Ello se verá reflejado en el propio acto, una concentración simbólica en el Palacio Real en la que se suprime el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas, y en el que la lista de invitados, debido a la segunda oleada del coronavirus, será más reducida que nunca.
No habrá besamanos. Y en las calles, sin desfile, las únicas notas de color que asomarán entre las nubes grises las pondrán las acrobacias de los siete pilotos de la Patrulla Águila. Ellos teñirán, como ya es tradición, el cielo de la capital con los colores de la enseña nacional.
El Día de la Hispanidad se celebrará en plena crisis sanitaria, económica, social, política e institucional. La guerra abierta entre la Comunidad de Madrid y Moncloa, así como la declaración de un nuevo estado de alarma para confinar nueve ciudades de la región se sitúa como telón de fondo de un acto al que presumiblemente acudirán tanto los presidentes autonómicos como el Ejecutivo de Pedro Sánchez, del PSOE y de Unidas Podemos.
Allí acompañarán al Rey Felipe VI, cuya figura ha estado situada en el centro del debate político a lo largo de las últimas semanas. Su ausencia, forzada por el Gobierno de coalición, en la entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona ahora dos semanas incendió una polémica cuyas primeras chispas vienen de lejos, pero que fueron avivadas por Pablo Iglesias seis días antes, en el Consejo Ciudadano de Podemos: "Es nuestra tarea fundamental avanzar hacia la república en España".
Tras la llamada de Don Felipe a Carlos Lesmes, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, lamentando su ausencia y comunicándole que le habría gustado comparecer en el acto como venía siendo tradición, se desencadenó una sucesión de ataques por parte de algunos dirigentes de la formación morada, entre ellos el ministro Alberto Garzón, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y el portavoz parlamentario Pablo Echenique. Todos ellos acusaron al Monarca de "maniobrar contra el Ejecutivo".
Ése es el contexto en el que se alcanza el 12 de Octubre más descafeinado y amargo que se recuerda. El Ministerio de Defensa, ante un nuevo avance de la Covid-19, reestructuró los actos que tendrán lugar en la mañana de este lunes en el Palacio Real.
La primera medida fue la de reducir al máximo la afluencia de los militares de las Fuerzas Armadas. Para ello, se ha suprimido el tradicional desfile militar que recorría las grandes arterias madrileñas, los paseos del Prado, Recoletos y de la Castellana.
El principal y único evento tendrá lugar en el Patio de la Armería del Palacio Real. Se trata del mismo lugar en el que, hace meses, tras el fin de la desescalada y la entrada en la llamada "nueva normalidad", se celebró un acto de Estado por las víctimas del coronavirus.
Sin 'besamanos'
El evento organizado pretende, así, evitar la multitudinaria aglomeración de personalidades y de público que suele producir en la Fiesta Nacional. La presencia de los efectivos de los tres ejércitos será, en gran medida, de carácter testimonial. Una sección de la Armada, otra del Ejército del Aire, otra del Ejército de Tierra y otra de la Unidad Militar de Emergencias (UME). También comparecerá una representación de la Guardia Civil, dado su carácter militar.
En todo caso, el planning se sigue modificando a día de hoy con el fin de que todo resulte perfecto dentro de las posibilidades de la situación actual. La mayor representación la ostentará la Guardia Real, la unidad que protege directamente al Rey y a la Casa Real.
Sin desfile
En el acto tradicional era costumbre ver el despliegue por la ciudad de los vehículos terrestres, los blindados, los elementos propios de la artillería y los soldados desfilando por las calles de Madrid. Nada de ello podrá verse este año. Tan solo la Patrulla Águila acudirá a reproducir algunas de sus maniobras aéreas. No habrá paracaidistas y tampoco un profuso desfile de las grandes aeronaves.
Será primer día de la Hispanidad al que acude el gobierno de coalición. La presencia de figuras como Pablo Iglesias o Alberto Garzón, cuyas críticas abiertas al Rey han sido palpables en las últimas semanas, será lo más llamativo.
El Gobierno y la Casa Real trabajan desde hace meses en este acto alternativo para que cumpla con las normas sanitarias a las que obliga la Covid-19. Toda la organización estará además pendiente hasta el último minuto de la evolución del virus en Madrid y las medidas que se adopten para evitar su propagación.