El Gobierno de España ha intervenido al de la Comunidad de Madrid y le ha impuesto el estado de alarma para confinar perimetralmente la capital y nueve ciudades más. Tras la no ratificación de la orden de Sanidad -que limitaba la movilidad de los ciudadanos- por los tribunales este jueves, la urgencia de evitar un éxodo masivo en el Puente del Pilar impulsó a Pedro Sánchez a darle un ultimátum a Isabel Díaz Ayuso. Y éste se ha cumplido.
"Hay que evitar como sea otro estado de alarma, es la muerte", dijo Ayuso, de pie ante un atril y delante de 24 banderas de la Comunidad de Madrid y de España. Junto a ella, Sánchez advertía: "Debemos estar listos para todos los escenarios". Era el lunes 21 de septiembre, durante la cumbre de los dos mandatarios en Sol.
Después de 18 días de bronca continua y una sola tarde en que se atisbó la distensión -cuando Salvador Illa anunció un "acuerdo en el seno del Grupo Covid-19" que no sobrevivió ni dos horas-, este jueves por la noche el presidente del Gobierno le dio un ultimátum a la de la presidenta madrileña: o emitía una nueva orden con las restricciones dictadas por Illa, o pedía la declaración del estado de alarma, o el Gobierno se la imponía unilateralmente.
El objetivo urgente era evitar la salida del 1,5 millón de madrileños que suelen escapar de media de la capital durante el Puente del Pilar que la casualidad del calendario y el galimatías normativo han provocado tras el auto del TSJM, que este jueves rechazaba la ratificación de la orden del ministro Illa "por falta de soporte jurídico" para limitar derechos fundamentales.
Ayuso pidió "tiempo". Sánchez le dio "hasta la mañana del viernes". Y el presidente convocó un Consejo de Ministros extraordinario sin hora definida para tener a todo su gabinete en guardia. Mientras él viajaba a Barcelona, como primer ministro de jornada del Rey Felipe VI, corría el reloj.
Y a las 12.00 horas se reunió formalmente el Gobierno para aprobar la intervención de Madrid: se impone el estado de alarma y se aplican de manera inmediata las restricciones a la capital y nueve ciudades más: Alcalá de Henares, Alcobendas, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Torrejón de Ardoz, Móstoles y Parla.
"No hay acuerdo", explicaban las fuentes del Gobierno madrileño, antes de la comparecencia del consejero, Enrique Ruiz Escudero para insistir en los criterios regionales, y explicar un plan que no se aplciará. "Tras la reunión, los ministros de Sanidad, Salvador Illa, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparecerán en rueda de prensa, a partir de las 12.30 horas", explicaban fuentes del Ejecutivo central, y disipaban las dudas: Sánchez daba un puñetazo en la mesa e intervenía Madrid.
Aun así, y anunciado oficialmente que el Ejecutivo ya estaba sentado alrededor de la mesa de Moncloa, Ayuso llamó a Sánchez, pero el presidente estaba decidido desde anoche. Fuentes del Gobierno confirmaron a este periódico que "si no se da el escenario uno ni el dos, se dará el tres", es decir, la imposición unilateral del estado de alarma en Madrid por acuerdo del Consejo de Ministros.
Así, se dan circunstancias novedosas dentro de lo excepcional de la situación. Éste es el primer estado de alarma circunscrito a un territorio concreto de la historia de la democracia. Y el Consejo de Ministros que lo declara no está presidido por el jefe del Gobierno, sino por su número dos, la vicepresidenta primera del gobierno, Carmen Calvo.