No estaba previsto, pero por alusiones, ha sido Pablo Casado quien ha defendido la "abstención técnica" del Partido Popular ante la solicitud del Gobierno de prorrogar durante seis meses el estado de alarma. El líder de la oposición ha dado la réplica al ministro de Sanidad, Salvador Illa, justo cuando el presidente del Gobierno abandonaba el Hemiciclo.
Pedro Sánchez solo escuchó la intervención de su ministro y esquivó al resto de oradores en un debate histórico: ningún Ejecutivo de la historia reciente ha pedido al Congreso estar en un estado excepcional durante los próximos seis meses.
Sin un papel con el que guiarse, Casado ha dibujado un panorama desolador en la tribuna ante la "ausencia" del presidente y recorrió todos los fallos en gestión que ha cometido el Gobierno desde que el 14 de marzo decretó el primer estado de alarma: "La eficacia se ha visto demostrada en el número de contagios y fallecidos en esta pandemia", remarcó.
A continuación, justificó su abstención "para no dejar a las comunidades sin ningún mecanismo jurídico" y subrayó que su partido acudirá a Europa para defender un recurso contra lo que ellos consideran que es un "atropello" constitucional: dejar al Parlamento sin controlar al Gobierno: "Esta Cámara es la que representa la soberanía nacional, no el consejo interterritorial de consejeros de Sanidad", alegó.
La idea de que el Partido Popular ha querido negociar con el Gobierno hasta este mismo jueves es uno de los mensajes que ha querido transmitir Casado: "Planteábamos ocho semanas de estado de alarma", pero el Ejecutivo ha optado por cerrar un acuerdo de seis meses ininterrumpidos y solo "rendir cuentas" ante el Parlamento cada dos meses.
Casado acusó directamente al Gobierno de "dejar abandonadas" a las comunidades autónomas a su suerte y le culpó de "no asumir con coraje, determinación, eficacia y patriotismo" la lucha contra esta pandemia. El líder del PP puso como ejemplo a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente de Francia, Emmanuel Macron, como líderes que sí están a la altura de las circunstancias.
Apoyo "abrumador"
El Gobierno aprovechaba este jueves el debate sobre la instauración de seis meses de estado de alarma para confrontar abiertamente con el PP, tras confirmarse a última hora del miércoles que los populares se abstendrían en la votación. El ministro de Sanidad se dirigía a la bancada del primer partido de la oposición para solicitarles el apoyo ya que, afirmaba, "tienen que decidir si son un partido de Estado o están con la ultraderecha".
Abundando en el argumento, Illa instaba a Casado a "consolidar la nueva posición política que estrenaron el pasado jueves en esta misma cámara" aludiendo al discurso en el que el presidente del PP defendió con vehemencia el no a la moción de censura presentada por el líder de Vox, Santiago Abascal.
El titular de Sanidad decía esperar que "por el bien de todos" el PP votase sí y añadía que "les pido que unan sus fuerzas al Gobierno, para dar una respuesta contundente a la segunda ola que amenza la salud y las vidas de los ciudadanos. Como ustedes dijeron la semana pasada, es el momento de la política adulta" concluía.
En su turno de réplica, escuchado ya a Casado, Illa acusaba al líder de la oposición de haber querido convertir el debate parlamentario sobre el estado de alarma en "el partido de vuelta" de la moción de censura. "Vemos, con estupor, que esto se ha convertido en unas primarias de la derecha, entre el señor Abascal y usted, pili y mili" afirmaba con sorna. El titular de Sanidad le reprochaba igualmente el voto del Grupo Popular dado que, a su juicio, "la abstención es la inanidad en materia sanitaria". En un tono más bronco que de costumbre, Illa afirmaba dirigiéndose al líder popular que "mi único adversario es el virus, el suyo, a tenor de su intervención, parece que siga siendo, exclusivamente, el Gobierno".