El pasado 9 de septiembre. Irene Montero, ministra de Igualdad, acusa a Vox de tener “ideas machistas y racistas”. Bien. A nadie le sorprende el posicionamiento. 22 de julio; la misma protagonista acusa al Partido Popular de “utilizar vilmente el feminismo” para “atacar” al Gobierno por el llamado caso Dina. Bueno… Se puede ir más atrás. El pasado marzo Pablo Iglesias, vicepresidente segundo, acusa al ministro de Justicia de “machista frustrado” por no estar de acuerdo con el borrador del anteproyecto de Ley de Libertad Sexual. Y más atrás aún: en febrero de este año, recién nombrada, Irene Montero llama a la policía machista por sus actitudes cuando una mujer denuncia una violación y genera la crítica en el cuerpo.
¿Y Fernando Simón? ¿Por qué han sido los últimos en pronunciarse?
El epidemiólogo y director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), el rostro de la Covid-19 en España, aupado y denostado a partes iguales, volvía el pasado jueves a la misma brecha en la que no deja de tropezar. Si ya levantó polvareda con la polémica portada en la que aparecía retratado como una especie de James Dean sanitario, si ya levantó polémica participando en el programa de televisión de Jesús Calleja; lo ha vuelto a hacer ahora en una entrevista en YouTube con los hermanos alpinistas y escaladores Iker y Eneko Pou.
-Fernando, no nos ha quedado muy claro si te gustaban las enfermedades infecciosas o las enfermeras infecciosas.- Preguntaba uno de los hermanos, en un tono igual de machista que la respuesta de Simón pero que ha pasado desapercibido porque no es tan políticamente rentable.
-No les preguntaba si eran infecciosas o no, eso se veía unos días después.- Respondía el epidemiólogo.
El comentario machista ha venido a provocar la reacción en múltiples frentes, demasiados, para Fernando Simón. El Consejo General de Enfermería le ha pedido que pida disculpas -cosa que finalmente ha hecho este martes-, el Partido Popular ha presentado una queja denunciando sus comentarios. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, la vicepresidenta Carmen Calvo; la titular de Defensa, Margarita Robles y el del Interior, Fernando Grande-Marlaska, todos han dicho públicamente que debía disculparse.
Sin embargo, entre esas voces, se echaba de menos la de las más indicadas precisamente para denunciar el machismo. Cinco días han tardado Irene Montero y el Instituto de la Mujer en posicionarse. Tan dados a sentar cátedra, 120 horas han tardado en denunciar el machismo y romper el silencio que reinaba por esos lares. El Ministerio de Igualdad cuenta con 14 asesores y a nadie se le ocurrió hacerlo antes.
Cinco días
“Nos ha sorprendido que no se hayan manifestado antes. Estamos seguros de que la ministra (Montero) y todos aquellos que componen el Ministerio están de acuerdo con nuestro planteamiento. Porque entendemos que no van a estar en contra de los derechos de las mujeres y, por extensión, los de las enfermeras”.
Quien habla es Pilar Fernández, vicepresidenta primera del Consejo General de Enfermería. Ellos, el organismo, son los responsables de representar a los 316.094 enfermeros, hombres y mujeres, que hay en España. Es a ellos a los que les corresponde el dolor de las palabras de Simón. Especialmente cuando el director del CCAES ha incurrido en ese micromachismo en un momento en el que los enfermeros se juegan la vida como primer muro de contención frente a la pandemia de la Covid-19 que tan fuertemente está golpeando a este país.
Pero el dolor de las palabras de Fernando Simón tiene otra cara en la misma moneda. Al margen y a pesar de las enfermeras, las mujeres han sido las otras damnificadas. Y ahí se han quedado solas durante cinco días. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el Ministerio de Igualdad la tarde de este martes y desde la institución han aclarado que correspondía al Instituto de la Mujer pronunciarse. Este diario también ha llamado al Instituto y no ha obtenido respuesta, aunque unas horas más tarde Gimeno compartía su aplauso hacia las disculpas de Simón y, más tarde, lo hacía la propia Montero.
“Nosotros estamos aquí para manifestar el disgusto de las enfermeras”, explica Fernández. “Defendemos la dignidad de la mujer y las enfermeras y ahora los 316.094 enfermeros estamos disgustados. Esperamos que los responsables políticos tomen nota pero nos sorprende, y no muy gratamente, que no se hayan pronunciado, o hayan tardado tanto, personajes como Montero”, añade.
-Ya hubo críticas con Fernando Simón posando en la portada de una revista o participando en un programa de televisión. Ahora de nuevo. ¿Creen que la situación es apta para este tipo de apariciones?
-Tenemos que trabajar todos unidos. Lo que menos conviene a las personas con hambre, sin trabajo, o que se están muriendo es que no seamos respetuosos. No podemos frivolizar. Todos los que ocupan cargos tienen que cuidar de no herir las sensibilidades de los que no están en una situación como las de ellos.
Simón, acorralado y alabado
El pasado jueves 29, Fernando Simón comparecía en una de sus habituales ruedas de prensa y, tras desgranar las sangrantes cifras de contagios y decir que no descartaba el confinamiento absoluto, disculpaba a los periodistas porque tenía prisa. “Siento irme tan rápido, pero hoy tengo un compromiso importante”, decía al final de su declaración. Unas horas después estaba en el programa de YouTube de Iker y Eneko Pou. En las declaraciones machistas que ahí dijo, no pareciera que acabara de notificar 23.580 casos más de contagios, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.
El lunes, tras las críticas del PP y del Consejo General de Enfermería, se sumaban a ello el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la de Defensa, Margarita Robles. “Una persona que ha trabajado cerca de los colectivos sanitarios, estoy seguro que va a aclarar las cosas y va a manifestar su apoyo y admiración a todos ellos sin distinción, y en particular a la enfermería”, decía Illa. Robles las calificó de “unas declaraciones desafortunadas”, y añadió que “cuando los responsables políticos nos equivocamos, hay que pedir disculpas, creo que es lo importante”.
Este martes se sumaron la vicepresidenta Carmen Calvo y Fernando Grande-Marlaska. “Tendrá que decir algo, porque eso no puede formar parte de un país donde las mujeres pedimos respeto”, pedía Calvo. “Si alguien como Simón tiene esos ramalazos, aún queda mucho camino”, añadía Grande-Marlaska unos minutos antes de que Fernando Simón compareciera, efectivamente, pidiendo disculpas.
“Lo siento”, ha dicho Fernando Simón. “Ha quedado claro que tengo mucho camino para aprender y hacerlo mejor. Trataré de no cometer errores de este tipo”, ha añadido y ha extendido sus explicaciones “a las personas y colectivos a los que pude molestar”.
E Igualdad vio su oportunidad. Los únicos ministerios que han salido a presionar a Fernando Simón para que se disculpara son aquellos que obran en manos del PSOE. Ni Igualdad ni el Instituto de la Mujer han hecho su labor de crítica al machismo de Fernando Simón. Sólo se han pronunciado una vez que el director del CCAES se ha disculpado y lo han hecho para alabar su labor. “Es una disculpa que no busca subterfugios”, ha dicho la directora general del Instituto, Beatriz Gimeno. “Te honra, Fernando”, ha apuntalado Irene Montero. Curiosamente, lo único que han dicho es bueno. Poco más y sale reforzado.