Cuatro de la madrugada del domingo. Un coche con tres jóvenes a bordo llega derrapando al Servicio de Urgencias del Centro de Salud Águilas-Norte. Los chicos bajan del vehículo, corren hacia la puerta y comienzan a aporrearla: el vigilante de seguridad les abre y a partir de ese momento empieza una secuencia propia de una película gore. Diego, de 25 años, presenta un grave corte en la arteria del antebrazo derecho fruto de un accidente doméstico, pero al entrar al SUAP en vez de dejarse ayudar muestra una conducta violenta hacia los sanitarios. "Iba gritando que se moría mientras se dirigía al box, sin dejar que le atendiésemos, solo nos insultaba, amenazaba de muerte y manchaba de sangre las instalaciones y a nosotros mismos", tal y como relata uno de esos sanitarios a EL ESPAÑOL.
La situación es de riesgo para la plantilla del Servicio de Urgencias porque en ese momento no llevaban puesto un EPI, solo la mascarilla para protegerse del coronavirus, y desconocen si el paciente padecía algún tipo de enfermedad contagiosa como la hepatitis, el VIH, incluso la COVID. "Iba desangrándose porque se había caído sobre una mesa de cristal de su casa, pero estaba tan alterado que tuvimos que llamar al 112 para reclamar la presencia de la Policía Local y la Guardia Civil".
El guardia de seguridad se empleó a fondo tratando de contener a Diego y acabó recibiendo una patada. "No sabemos si el paciente se encontraba bajos los efectos de las drogas o el alcohol porque no se tranquilizaba a pesar de que se lo pedían el chico y la chica que le acompañaban". Diego estaba totalmente fuera de control. "Al final le pegó un puñetazo a un médico", lamenta este sanitario. En el Centro de Salud Águilas-Norte se personaron dos patrullas de Policía Local y una de Guardia Civil que se encontraron todas las instalaciones ensangrentadas y a un adolescente iracundo.
"El chico agredió al médico golpeándolo en la cara y además comenzó a dar puñetazos al mobiliario de las instalaciones, así como a salpicar a propósito con su propia sangre todas las paredes, material estéril, muebles y habitaciones contiguas del centro médico", según coinciden en relatar a este diario fuentes sanitarias y policiales. "A mí me salpicó con su sangre en la cara, pero los seis agentes que inmovilizaron al joven acabaron empapados", precisa de forma gráfica este sanitario.
La Policía Local de Águilas tiene un vídeo al que ha accedido EL ESPAÑOL que demuestra que Diego manchó con su sangre la sala de observación, el box y una camilla, entre otras estancias y materiales. El joven ni siquiera deponía su conducta tras ser esposado porque en la grabación se escucha con claridad como siguió insultando a los miembros de las Fuerzas de Seguridad: "¡Me cago en los muertos de los guardias! Me da igual si me quedo en el calabozo (...)".
El personal del SUAP, a pesar de las amenazas, insultos y la agresión a un compañero, mostró su profesionalidad curando al joven antes de que una ambulancia le trasladase al Hospital Rafael Méndez de Lorca para que un cirujano le atendiese dada la gravedad el tajo que presentaba en el antebrazo. "El Servicio de Urgencias quedó cerrado al público temporalmente porque había tanta sangre que no era aconsejable abrirlo a otros pacientes", apuntan fuentes policiales y sanitarias. "Tuvimos que limpiar el SUAP", corrobora un sanitario que estaba de servicio aquella madrugada.
Se negó a un análisis
"Lo que más nos molesta es que se respetó el derecho del paciente a negarse a ser sometido a un análisis de sangre para comprobar si padecía alguna enfermedad contagiosa, como la hepatitis o el VIH, cuando lo que debería de haber prevalecido es el interés sanitario de las catorce personas que estábamos en las instalaciones y de los policías locales y guardias civiles que intervinieron: todos nos manchamos con su sangre", sentencia este testigo de los hechos. De momento, el Ayuntamiento de Águilas ha activado el protocolo de seguridad laboral para someter a los implicados en este incidente a distintas pruebas para verificar que el paciente violento no les ha contagiado ninguna enfermedad.
Diego, de 25 años, según fuentes policiales, fue detenido por los supuestos delitos de atentado contra un médico, desobediencia y resistencia contra agentes de la autoridad, así como amenazas graves de muerte. El adolescente solo pasó unos horas en los calabozos, a pesar de que las mencionadas fuentes resaltan que es "conocido policialmente por numerosas actuaciones". Algunas de ellas se produjeron cuando Diego era menor de edad y la más reciente está relacionada con un accidente de tráfico en el que supuestamente se dio a la fuga tras colisionar contra la terraza de un bar del municipio aguileño.
Vigilancia 24 horas
El domingo por la mañana, Diego, ni corto ni perezoso, tras quedar en libertad se plantó en el mismo Centro de Salud Águilas-Norte para que le hiciesen la primera cura en el antebrazo. Este incidente ha provocado indignación y críticas entre la plantilla del SUAP. "Llevamos años reclamando que el Servicio de Urgencias adscrito al Centro de Salud Águilas-Norte cuente con vigilancia privada 24 horas al día", subraya Julia Martínez, presidenta de la Junta de Personal del Área 3 de Salud.
"En esas instalaciones el personal sanitario ha recibido varias agresiones físicas y verbales en más de una ocasión". Prueba de ello es que hace un año un médico y un enfermero tuvieron que cogerse una baja porque estaban amenazados de muerte por unos pacientes. El último incidente se produjo el pasado verano cuando un hombre que había sido apuñalado en una reyerta, llegó acompañado de un familiar y este empezó a dedicar todo tipo de improperios a la plantilla.
"Toda la Junta de Personal del Área 3 de Salud lamentamos que los profesionales de ese centro tengan que aguantar con frecuencia este tipo de agresiones, tanto verbales como físicas, y por ello exigimos a la Consejería de Salud que amplíe a 24 horas el servicio de vigilancia en Urgencias", subraya Julia Martínez en representación de todos los sindicatos. En la actualidad, el guarda de la empresa privada de seguridad presta servicio de lunes a jueves; de 20 horas a 3 de la madrugada; viernes y sábado, de 15 horas a 6 de la madrugada, y los domingos, de 10 horas a 6 de la madrugada.
"Existen demasiadas horas sin vigilancia", alerta Julia Martínez. Todo ello a pesar de que el historial de incidentes en las instalaciones es amplio y de que el centro médico está cerca de un barrio relativamente problemático. Además, en el SUAP, en cada turno de 24 horas, como mínimo, hay tres médicos, tres enfermeros y un celador. La edil de Sanidad de Águilas, María Dolores García, ha "condenado" la agresión que sufrió un médico durante la madrugada del domingo y que según ha podido saber este diario ya sido denunciada por el propio facultativo.
Más seguridad
"Esta situación de riesgo pone de manifiesto la necesidad de que desde la Gerencia del Área III y del 061 se dé una respuesta de forma inmediata a las demandas que desde este Ayuntamiento venimos realizando en materia de seguridad", según ha reflexionado la concejal. El PSOE en el Pleno de septiembre sacó adelante una moción donde reclamaba la necesidad de dotar de personal de seguridad a jornada completa, tanto a los centros de salud Águilas-Norte y Águilas-Sur, como al Servicio de Urgencias de Águilas.
La concejal también lamentado la conducta que mostró el detenido, un vecino de la localidad, de 25 años: "Estando el detenido en la sala de observación, comenzó a proferir amenazas de muerte contra los allí asistentes, al tiempo que vertía sangre intencionadamente por paredes, material estéril, muebles, habitaciones contiguas y pasillos, incluyendo a los agentes y sanitarios".
Desde la Consejería de Salud avanzan a EL ESPAÑOL que el Servicio Murciano de Salud (SMS) está estudiando la petición de los sindicatos de ampliar el horario del vigilante en el SUAP: "En cuanto a la petición sobre vigilancia desde el SMS se está valorando la revisión de los horarios y se comunicará cuando se adopte una decisión al respecto".