Una vez que Pedro Sánchez se ha asegurado su permanencia en La Moncloa durante un largo período, Pablo Casado se ha propuesto patearse todos los rincones de España para presentarse ante los ciudadanos como la única alternativa real al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
La única cita electoral de la temporada 2021 será Cataluña, donde los conservadores pondrán todas sus energías hasta febrero. El resultado electoral será el pasaporte que utilizará para revalidar su giro al centro tras la fracasada moción de censura de Santiago Abascal.
Con ese viraje a la moderación, en el que hay cinco millones de votantes en juego, Casado ha colocado la vista en las próximas elecciones generales. Hasta que ese día llegue, el Partido Popular se esparcirá por todos los rincones del país para presentarse como un "partido útil", "que escucha a los ciudadanos" y que "trabaja para resolver sus problemas".
En el lado opuesto "a los olvidados" situará a Sánchez, a quien señalará por ser un presidente que "vive bunkerizado en Moncloa y preocupado solo de mantenerse en el poder cueste lo que cueste".
Visitas
El presidente del Partido Popular multiplicará sus salidas y visitará todos los rincones del país para mantener reuniones con los sectores más afectados por la crisis. En el último semestre del año, Casado se ha dedicado a recorrer España de Norte a Sur, se ha visto con hosteleros y comerciantes y ha visitado bancos de alimentos, centros educativos concertados e incluso explotaciones agropecuarias. El líder de la oposición fue también el primer líder nacional en acudir al municipio canario de Arguinenín, la "zona cero" de la crisis migratoria.
La estrategia del PP incluye también salir a la calle a manifestarse contra las leyes "más lesivas" desarrolladas por el Gobierno de Sánchez e Iglesias. Casado y su equipo más cercano secundaron las manifestaciones que se desarrollaron por todas las ciudades de España contra la Ley Celaá y se comprometió a derogar este cambio normativo cuanto llegue a Moncloa.
La ofensiva de los conservadores no acaba solo alzando la voz contra la política de Sánchez e Iglesias. El PP utiliza de plataforma las cinco comunidades autónomas donde gobierna para desarrollar su futuro programa de Gobierno. El último ejemplo ha sido precisamente con la polémica ley educativa: en las regiones donde gobiernan los conservadores, se adelantó el plazo de inscripción del próximo curso para esquivar, al menos durante un tiempo, aplicar la nueva ley.
Único líder
Casado quiere proyectarse como el único líder capaz de arrebatar La Moncloa a Pedro Sánchez y, para ello, quiere mostrarse ante la opinión pública como un dirigente que antepone los intereses generales al interés partidista. El líder del PP ha ofrecido llegar acuerdos de Estado en temas como los Presupuestos, la ley electoral, un pacto por la educación y la despoblación, también contra la violencia de género, las pensiones, política internacional y Defensa, inmigración y un pacto por el agua.
El PSOE, de momento, ha rechazado cualquier acercamiento al PP y solo se ha interesado en un asunto: en la renovación de los órganos judiciales. El motivo que les impulsa a pedir ayuda a los conservadores son las mayorías que se necesitan en el Parlamento para sacar adelante esos nombramientos: el respaldo de tres quintos del Congreso de los Diputados y del Senado.
Casado, de momento, mantiene el listón alto: o Unidas Podemos sale de la ecuación de la renovación o no hay acuerdo posible.