Pese a la precipitación inicial del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien el pasado domingo llegó a afirmar que "no hay daños importantes" para que Madrid u otros lugares pidiesen la declaración de "zona catastrófica" por la borrasca Filomena, cada vez son más territorios los que la reclaman. Este jueves, como se esperaba, lo hacía el alcalde de la capital de España, José Luis Martínez-Almeida, mientras que otros alcaldes de la Comunidad de Madrid, en este caso socialistas, lo están estudiando.
El proximo martes lo hará el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en la reunión de su Consejo de Gobierno. El Ejecutivo castellanomanchego percibe ahora una "escucha activa" por parte del Gobierno central. Así lo declara a EL ESPAÑOL su consejero de Fomento, Nacho Hernando, quien estrecha los contactos con los ayuntamientos más afectados por el temporal. Las comunicaciones en la región se han visto enormente perjudicadas durante toda la semana, tanto por carretera como las ferroviarias.
La pretensión de Page es lograr que la reclamación sea conjunta de todas las administraciones de la región. El consejero Hernando afirma que el Gobierno de Pedro Sánchez, finalmente, ha sido "sensible a la situación que hemos vivido" y que por ello "están convencidos de que hay que ofrecer soluciones".
Y eso afecta tanto a los consistorios como a otros actores. Albacete y Toledo ya han dado su respaldo al gobierno autonómico. La alcaldesa de esta última ciudad, Milagros Tolón, también del PSOE, anunciaba este jueves en una rueda de prensa que el consistorio hará una valoración "exhaustiva" de los daños provocados en el patrimonio de la ciudad. Otros municipios afectados, como Tarancón, en Cuenca, también se han manifestado en la misma línea.
Empresarios y sindicatos
Pero además Page quiere sumar a los empresarios de la región e incluso, como explica a este periódico su consejero de Fomento, a "los sindicatos".
El planteamiento, que evita por el momento cifrar en una cantidad concreta la ayuda -como sí ha hecho la ciudad de Madrid, en 1.400 millones de euros- es que los daños en Castilla-La Mancha son de mayor calado que en otros lugares, pues no afectan solo a mobiliario urbano e infraestructuras, sino al tejido empresarial y laboral de la zona.
Nacho Hernando relata cómo se ha perdido un 40% de la cosecha de aceituna o cómo la borrasca ha hundido naves industriales o provocado la muerte de centenares de reses de ganado. Unos daños sufridos por muchos empresarios pero también, dice, por empleados que han tenido que trabajar extra, u otros que han perdido horas de trabajo.
Para encontrar otra nevada igual en Castilla-La Mancha hay que remontarse a más de un siglo atrás. Fue en 1904 cuando cayó nieve con similar intensidad sobre tierras manchegas.
A juicio del Gobierno de Page, del mismo color político que el de Sánchez, el actual Ejecutivo de España está al día en cuanto a ayudas por causas catastróficas, tras haberse sustanciado el pasado verano las relativas a la Dana (depresión aislada en niveles altos) sufrida por varias regiones españolas en septiembre de 2019. Un fenómeno que afectó entonces de manera singular a la localidad albaceteña de Caudete, que visitó en agosto la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias.
El Ejecutivo castellanomanchego confía en tener este mismo viernes controlada la situación en las carreteras, que han sufrido importantes cortes e incidencias. También en el transporte ferroviario, incluidos los corredores del AVE por Ciudad Real hasta Alicante y desde Alcázar a Madrid.
El consejero de Fomento asegura que, pese a las dificultades por Filomena, el caldenario de vacunación de la Covid-19 ha continuado. El miércoles se administraron 3.700 dosis, lo que eleva a casi 30.000 las vacunas puestas desde el inicio de la campaña en el mes de diciembre.
Pero para restablecer plenamente la normalidad y reparar todos los daños, Page reclama una importante ayuda, aún por cuantificar, del Estado central.