El excomisario José Manuel Villarejo ha quedado en libertad: "Por muchos maltratos y por muchas torturas que he tenido, sigo vivo", ha señalado ante los medios de comunicación nada más salir de la cárcel de Estremera.
El excomisario, que ha aparecido con un parche negro en el ojo izquierdo, ha denunciado torturas durante su estancia en la prisión de Estremera y ha señalado que por ello lleva el ojo tapado.
"A partir de ahora puedo defenderme", ha asegurado. "Esa es la única razón por la que me han tenido aquí preso", ha añadido. Y a renglón seguido ha defendido que "las cloacas no generan mierda, la limpian".
"A pesar de las muchas torturas y malos tratos que he recibido, sigo vivo y además se me han acelerado las neuronas" ha señalado el excomisario en un tono que parecía un aviso a navegantes.
"Lo único que quiero es defenderme", ha insistido y sostiene que "esa historieta de que iba a huir es mentira. Ya dije en 2016 que la huida no estaba en mis planes".
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, instructor del caso Tándem, ha acordado este mismo miércoles por la mañana la inmediata puesta en libertad de Villarejo después de que la Fiscalía Anticorrupción lo hubiera solicitado. El excomisario permanecía en prisión preventiva desde noviembre de 2017.
La petición de Anticorrupción viene directamente motivada por la decisión de la Sección Penal Cuarta de la Audiencia Nacional de retrasar hasta mediados de diciembre el primer juicio que tiene pendiente. La prisión preventiva máxima del excomisario vence el próximo 3 de noviembre, tal como explicaba María Peral en EL ESPAÑOL.
El Ministerio Público sigue apreciando el riesgo de que Villarejo huya debido a las altas penas de prisión que se solicitan contra él y a la existencia de más de veinte piezas aún en investigación. Por ello, cree necesario disponer de un margen de varios meses para el caso de que haya que volver a pedir su prisión provisional si se detecta un plan de fuga o si el encausado decide no comparecer a juicio. Tampoco se descarta el supuesto de que proceda encarcelarlo tras una eventual primera condena y mientras el Tribunal Supremo examina los recursos.
Para intentar minimizar el riesgo de fuga, el juez ha acordado que Villarejo comparezca diariamente en el Juzgado más próximo a su domicilio, se le prohíba salir del territorio nacional, se le retire el pasaporte y no pueda obtener otro.
Villarejo, por contra, ha dejado claro que no piensa huir, sino que va a declarar en la treintena de piezas en las que se le investiga. Sin ir más lejos, mañana jueves, cuando está citado en la Audiencia Nacional por dos de ellas y piensa contar "cosas muy interesantes".
"Lo único que quiero es defenderme", ha asegurado Villarejo, que ha vuelto a atribuir al exjefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, su estancia en prisión, un tiempo, ha dicho en tono irónico, "de meditación" para "pensar sobre el bien y el mal".
En tono socarrón ha defendido su labor: "Soy comisario de Policía y he tenido el honor de trabajar para mi país, y digo lo de siempre: las cloacas no generan mierda, la limpian".
Preguntado por la situación del Rey Emérito, ha dicho que le parece "injusto" todo lo que le está ocurriendo, aunque no ha querido "entrar en ese tema", y ha afirmado que él seguirá confiando en la Justicia. "Me lo han robado todo, pero no me pueden robar que siga creyendo en la Justicia porque entonces mi vida no habría tenido sentido", ha zanjado.
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