Los dos policías llevaban toda la mañana patrullando las calles de la ciudad. En torno a la una y cuarto de la tarde su coche enfilaba la última rotonda de la Avenida Martínez Catena, dirección El Tarajal, en la frontera de Ceuta. Una persona se les acercó gritando para alertarles de que había un joven colgado del cuello en una de las barandillas de hierro del paseo marítimo. El chico, inmigrante marroquí, pendía de un cable metálico y su cuerpo apenas respondía.
El chico, días después de cruzar la valla que separa la localidad marroquí de Castillejos hasta pisar suelo ceutí, se había intentado suicidar en el paseo de la playa de la ciudad vecina. Según relatan fuentes policiales a EL ESPAÑOL, los agentes lograron salvarle la vida in extremis.
Rápidamente salieron del coche, echaron a correr hacia el lugar y cortaron el cable del que colgaba inerte, que le rodeaba y presionaba el cuello. Después le bajaron y lo colocaron en posición de cúbito supino. Tras esta primera operación le practicaron maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar) para mantenerle con vida mientras aguardaban la llegada de los sanitarios.
Ausencia de pulso y convulsiones
En la primera exploración comprobaron que el joven no respondía. Tampoco respiraba. Le tocaron en la zona de la yugular y en el pulso y no producía señal ni movimiento alguno. No había reacción tampoco en sus pupilas, las cuales estaban totalmente dilatadas.
De forma inmediata uno de los agentes procedió a la reanimación cardiopulmonar básica. Su compañera se apresuró a retirar el cable que aun le rodeaba el cuello y le presionaba con fuerza en esa zona.
Minutos después el joven empezó a convulsionar. Expulsó líquido por las vías respiratorias altas, y los agentes continuaron las maniobras de reanimación.
De esta manera, mediante estímulos y observación permanente, lograron mantener con vida al joven hasta la llegada de los servicios sanitarios. Finalmente, fue trasladado al Hospital Universitario de Ceuta, donde continúa ingresado.
Los dos efectivos de la Unidad de Participación Ciudadana, como muchos otros compañeros a lo largo de toda la semana, llevan trabajando día y noche durante muchas jornadas, y han vivido momentos de gran tensión, tanto física y emocional; situaciones que no dejan a nadie indiferente.
Otra de estas situaciones se vivió este jueves, cuando dos policías nacionales localizaban a las hijas de una ciudadana española entre los menores que habían entrado en Ceuta en las últimas jornadas. La madre había recibido un aviso desde la familia de las menores en Marruecos de que ambas habían entrado por El Tarajal, así que se desplazó desde Cataluña, donde vivía, cruzando toda la península para encontrarlas.
Las niñas, de 13 y 14 años de edad, permanecieron con su padre en territorio marroquí desde poco después de su nacimiento y hasta que este falleció en 2018. Gracias a las indicaciones de la madre dos agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) las localizaron.
Ambos se encontraban prestando servicio en el Polígono Industrial del Tarajal, donde miles de personas permanecen alojadas en ese lugar habilitado como centro de atención de la Cruz Roja.