La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, advirtió este viernes en Rabat de que si España opta por sacar a Brahim Ghali de España "con opacidad", de la misma forma en que entró, "es optar por el estancamiento y empeoramiento de las relaciones" bilaterales.
En una declaración hecha en el ministerio de Exteriores y tras reunirse con su ministro, Naser Burita, la embajadora, llamada el martes a consultas a la capital marroquí, no dudó en calificar de "grave crisis" la que atraviesan las relaciones hispano-marroquíes.
Karima Benyaich señaló que lo que suceda con Ghali "es un test para la independencia de la Justicia española, en la que confiamos plenamente", pero también otro test para saber si España "opta por reforzar sus relaciones con Marruecos o prefieren colaborar con sus enemigos".
Para la embajadora, "España ha optado desgraciadamente por la opacidad para actuar a espaldas de Marruecos, acogiendo y protegiendo a este criminal y verdugo poniendo como pretexto las razones humanitarias y ofendiendo así a la dignidad del pueblo marroquí.
Marruecos, dijo, "no busca favores ni complacencia, sino que se respete el espíritu del partenariado y se aplique la ley española" sobre Ghali, acusado de "graves hechos relacionados con crímenes contra la Humanidad, violaciones a los derechos humanos y violaciones a mujeres".
Este jueves, el ministro Naser Burita dijo que la embajadora no volverá a Madrid "mientras dure la crisis y la verdadera causa de la crisis", en referencia tanto al futuro de Brahim Ghali cuando reciba el alta hospitalaria de un hospital de Logroño como a explicaciones por parte española de cómo entró Ghali en territorio español.
La crisis diplomática entre ambos países es la más grave registrada desde 2002, a causa de la invasión del islote de Perejil por fuerzas marroquíes y su posterior desalojo por soldados españoles.
"Falsos pretextos"
El Frente Polisario se ha pronunciado este viernes, alegando que la "agresividad" de Marruecos hacia España no se debe a "falsos pretextos" como la acogida de Brahim Ghali, sino que deriva del "fracaso político" que habría supuesto que los países de la Unión Europea no siguiesen la estela fijada en diciembre por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
El Ministerio de Exteriores de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) considera que Rabat no ha asumido el "amargo fracaso" de su "aventura agresiva y expansionista". El Polisario ha identificado en un comunicado como "consecuencia inmediata" de este "error político" la reciente "agresividad" política exhibida contra España y Alemania, basada en "pretextos falsos" y "argumentos falaces" como serían la acogida de Ghali.
De la misma forma, ha instado a la UE, la ONU y la Unión Africana a "redoblar sus esfuerzos para poner fin a la ocupación ilegal" y favorecer el plan de autodeterminación del pueblo saharaui, que Rabat rechaza de plano.
"La comunidad internacional esta llamada a asumir sus responsabilidades", ha añadido el Polisario, que ha acusado al Gobierno marroquí de "obstaculizar" los esfuerzos de Naciones Unidas para poner fin al proceso de descolonización y de incumplir las obligaciones suscritas en el acuerdo de paz de 1991.