Los jóvenes que asesinaron a golpes a Samuel Luiz se reunieron en un conocido parque público de La Coruña pasadas las cuatro y media de la madrugada del pasado 3 de julio, tan sólo una hora y media después de cometer el crimen.
Habían dejado al muchacho brasileño agonizando, inconsciente en brazos del inmigrante senegalés Ibrahima. Este intentó protegerle, sin éxito, con su cuerpo, para resguardarle de la lluvia de patadas y puñetazos que recibió durante la brutal persecución. Samuel murió en brazos de este sin papeles, que se jugó la vida por defenderle, y cuyo gesto ha reconocido el Ministerio de Interior otorgándole el permiso de residencia en España.
En un primer momento, los agresores se dispersaron, temiendo ser indentificados cuando llegara la Policía al lugar de los hechos. Tal y como figura en el sumario, al que ha podido acceder EL ESPAÑOL, la brutal paliza se había iniciado ante la discoteca El Andén y desde allí los jóvenes persiguieron a Samuel a lo largo de 150 metros. Tal y como adelantó este periódico, fueron tras él por la Avenida Buenos Aires. Hasta que lo remataron al final de esa avenida, ante la playa de Riazor.
Una hora y media después, varios de los detenidos se dieron cita en un conocido parque de la ciudad, supuestamente para comentar lo sucedido. La Policía ha conseguido identificar a los presentes en esta reunión, gracias a la geolocalización de sus teléfonos móviles.
Las grabaciones de las cámaras de videovigilancia de varios establecimientos situados en todo el recorrido, las pruebas de ADN y la declaración de los testigos han sido determinantes para detener a seis presuntos responsables de lo sucedido: tres jóvenes de entre 20 y 25 años que hoy se encuentran en prisión, además de la novia de uno de ellos (en libertad provisional) y dos menores que permanecen ingresados en un centro de internamiento.
Están acusados de un presunto delito de asesinato consumado por la muerte de Samuel Luiz y en grado de tentativa porque también agredieron brutalmente al inmigrante senegalés Ibrahima que intentaba defenderle.
Los seis detenidos tienen nacionalidad española, aunque uno es de padres brasileños. Sólo uno de ellos, uno de los menores, cuenta con antecedentes policiales previos, aunque no por delitos contra la integridad de las personas.
El menor, con antecedentes
La investigación sigue abierta y en las próximas horas podrían producirse nuevas detenciones, según ha indicado este lunes el jefe de la Policía Judicial de La Coruña, Pedro Agudo, en una rueda de prensa ofrecida junto al delegado del Gobierno, José Miñones.
Fuentes próximas a la investigación señalan que las grabaciones de las cámaras de vigilancia de la zona (algunas situadas en distintos locales de ocio del Paseo) poseen una gran nitidez. Ello ha permitido la "plena identificación" de los implicados en el crimen.
Varios de los agresores, incluyendo los dos menores, acababan de abandonar la discoteca El Andén, ante la que ocurrieron los hechos. El principal de los sospechosos, el que inició la trifulca que acabó con el asesinato del joven, ya había sido expulsado horas antes de ese local. Tal y como reveló EL ESPAÑOL, había mantenido una actitud agresiva durante el tiempo que permaneció dentro del local.
En un momento de la fiesta inició una violenta bronca con su pareja. Uno de los empleados le condujo hasta la puerta tras advertir ese comportamiento,. "Vete afuera a reflexionar", le señaló.
Posteriormente, al apreciar que se había calmado, le permitieron acceder de nuevo al lugar. Allí, mezclado entre el gentío, disfrutando con sus amigos y amigas aquella noche, estaba también Samuel Luiz. Ni él ni las personas que acompañaban a la víctima se cruzaron con los agresores. Tampoco se conocían.
Aunque la sala El Andén incumplió la obligación de identificar en un libro de registro a todos sus clientes, los testimonios recogidos por la Policía han sido muy valiosos para reconstruir lo ocurrido.
Además, el comisario Pedro Agudo, jefe de la investigación que ha permitido detener a los presuntos asesinos del joven, ha desvelado en rueda de prensa que las pruebas de ADN implican a dos de los detenidos.
ADN en una botella
Uno de los agresores sorprendió a Samuel por la espalda y lo inmovilizó con la técnica del mataleón. Le pasó un brazo alrededor del cuello hasta que logró obligarle a doblar las rodillas y lo derribó en el suelo.
Entonces el primero de los agresores se sentó a horcajadas sobre el chico. Le retuvo con ambas piernas mientras seguía golpeándole con los puños en la cara hasta dejarle inconsciente. Precisamente de Samuel son los restos de tejido de piel hallados en el cuerpo del joven brasileño. El ADN coincide.
La Policía también ha hallado ese tipo de restos biológicos del segundo detenido en los restos de la botella rota que apareció junto al cuerpo de Samuel. Este objeto fue presuntamente utilizado para golpearle durante la mortal paliza. Ese arrestado, aseguran fuentes de la investigación, había abandonado la discoteca El Andén con la botella en la mano.
Aunque el crimen tuvo tintes homófobos, la investigación policial apunta a que ese no fue el motivo principal del asesinato. En principio, todo apunta además a que los agresores no conocían a la víctima.
Samuel Luiz había abandonado el pub El Andén poco antes de las tres de la madrugada junto a su amiga Lina, como ha informado EL ESPAÑOL.
Disputa por un móvil
Lina utilizó su teléfono móvil para hacer una videollamada a su novia Vanessa, que no había podido acompañarles esa noche. En un momento de la conversación Lina giró el móvil y una pareja de jóvenes (el primer detenido y su novia) pensó que les estaban grabando.
Al ver el móvil, el varón se dirigió a Samuel agresivamente y le increpó: “O paras de grabar o te mato, maricón”, según ha declarado Lina ante la Policía. Samuel apenas tuvo tiempo de contestar: “Maricón de qué”, cuando recibió el primer puñetazo en la cara y un compañero del agresor le arrebató el móvil de las manos.
Tras encajar otro golpe, Samuel emprendió la huida por el Paseo Marítimo, mientras su amiga pedía ayuda. Un grupo de entre siete y diez jóvenes, amigos del primer agresor, le persiguió hasta darle caza. Fue entonces cuando uno de ellos consiguió derribarlo y el primer detenido, presuntamente, lo inmovilizó en el suelo mientras seguía golpeándole en la cara con ambos puños hasta dejarlo inconsciente.