"Cada día que estamos sobre el terreno es otro día que sabemos que el ISIS-K está buscando un punto débil en el aeropuerto para atacar tanto a Estados Unidos, como a las fuerzas aliadas y a civiles inocentes". Joe Biden no pudo ser más explícito en su mensaje a la nación de este martes. Y este jueves, la sospecha se ha confirmado, tras el ataque contra una de las entradas al aeropuerto de Kabul.
El "alto riesgo" de atentado suicida en el aeropuerto Hamid Karzai se ha multiplicado de forma exponencial en los últimos días, de la misma forma que la tensión ha crecido significativamente a ambos lados de las puertas de acceso.
La posibilidad de un atentado "existe, es real"; dijo la ministra de Defensa Margarita Robles hace apenas 48 horas, "y es algo con lo que tanto las tropas americanas como nuestras tropas que están dentro cuentan".
Hay motivos más que suficientes para desconfiar de los talibanes, tanto de sus fuerzas 'regulares' como de posibles lobos solitarios o incluso del ISIS-K, la facción afgana de Estado Islámico, una corriente que no necesariamente está bien avenida con los propios talibanes o con Al Qaeda. Y las diferencias se acrecientan en las últimas horas, con el aumento de la violencia sobre los afganos que se agolpan en los accesos del aeródromo y la prohibición de acercarse a las instalaciones.
Una sensación de amenaza creciente que ha cambiado el modus operandi de las misiones de rescate. Si bien hace unos días Robles alertaba de la posibilidad de que nuestras tropas, bien el equipo de operaciones del MOE del Ejército de Tierra, bien los zapadores paracaidistas de la base de Alcantarilla que han llegado en las últimas horas a Kabul, salieran al exterior del aeropuerto en misiones de rescate y evacuación, ahora todo ha cambiado por completo.
De momento, los muros del aeropuerto ya no son línea defensiva principal. Diversas fuentes informan de que esa la línea se ha retrasado decenas de metros ante el miedo a atentados suicidas en los accesos. Además, los soldados de cualquier nacionalidad salen de esas barreras con cuentagotas y la posibilidad de realizar incursiones más al interior se ha dispersado casi por completo. Sin embargo, ni siquiera esa situación de tensión extrema revela con claridad lo que allí sucede.
Es tan elevado el temor a un atentado que los aviones A400 del Ejército del Aire ni siquiera paran los motores cuando aterrizan en Kabul. La posibilidad de que un solo suicida o un ataque más coordinado pueda producirse en cualquier momento en las zonas de carga ha provocado que las aeronaves españolas aterricen, se dirijan a su zona asignada, carguen a las personas destinadas a la evacuación y despeguen de inmediato y en el menor tiempo posible con rumbo de vuelta a Dubái.
España tiene asignado un slot de dos aviones por jornada -ahora mismo dos A400 más están en vuelo y existe la posibilidad de un tercero realice otra extracción-, aunque se desconoce hasta cuándo serán posibles las operaciones de rescate en el aeropuerto. Todo apunta a que esta madrugada podrían finalizar las evacuaciones.
Ludivine Dedonder, ministra belga de Defensa, ha asegurado en varias entrevistas en medios de su país que EEUU ha pedido a los países aliados que agilice sus vuelos de evacuación para terminar "lo más pronto posible". "Por el momento contamos con el 27 de agosto, pero esto puede cambiar", ha apuntado en L'Echo especificando que esa fecha límite es la misma para todos los países.
Además, John Kirby, portavoz del Pentágono estadounidense, explicó en su rueda de prensa diaria que los militares norteamericanos comenzarán a priorizar "la salida de las capacidades y recursos militares" de sus tropas durante "el último par de días" antes del 31 de agosto. "Esto no significa que si usted es un evacuado y necesita salir no vayamos a intentar sacarle, pero reservaremos un parte de esa capacidad en el último par de días para primar la salida de nuestra presencia militar", explicó.
Ante esta situación, España se enfrenta a la posibilidad de disponer de apenas cuatro vuelos de evacuación más -no muchos más- hasta que EEUU empiece a dar prioridad a sus militares y la línea defensiva en el aeropuerto empiece a menguar. En cualquier caso, Margarita Robles ya explicó que España permanecerá en Afganistán "hasta el último minuto, porque eso significa hasta la última vida".
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