La Casa Real, incómoda con la reforma de la Constitución que alienta Pedro Sánchez

"Mi partido cree que ha llegado el momento de abrir el debate sobre la actualización de la Constitución", dijo el lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En el Congreso del PSOE celebrado durante el fin de semana previo, el partido había creado la Secretaría de Reforma Constitucional y Nuevos Derechos, a cuyo frente está el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Casa Real y Moncloa llevan tiempo hablando de este asunto, pero la particular situación del Emérito y las campañas constantes de la parte morada del Gobierno contra él y contra la Monarquía -Pablo Echenique llegó a llamar "ladrón" a Juan Carlos I hace un par de semanas- complican los avances.

"Cualquier tema referente a cambiar la Constitución es algo que incomoda a la Casa del Rey, aunque son conscientes de que hay artículos que modernizar. Pero, por ejemplo, el Monarca cita muchas veces el caso de Estados Unidos, donde las leyes se van actualizando, pero la Constitución no se toca desde 1787", cuenta una persona cercana al equipo de Felipe VI.

Aunque la idea de Sánchez es modernizar el texto constitucional en diversos apartados, -"el derecho a la salud, todo lo que tiene que ver con la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, y el ecologismo"-, esa posible reforma afectaría también a la Corona. 

El propio Sánchez se ha pronunciado a favor de acabar con la inviolabilidad del Rey: "No creo necesaria esa condición para el Jefe del Estado. Es producto de otra época legítima de nuestra democracia, pero no de una etapa democrática consolidada con más de 40 años de historia que mira hacia delante". 

En Zarzuela no se niegan a eliminar o matizar la inviolabilidad del Rey, pero es un proceso muy complicado. La inviolabilidad del Jefe del Estado está recogida en el artículo 56 de la Constitución: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Y cabe recordar que, en febrero, el PSOE votó en contra de una iniciativa en el Congreso que pedía retirarle esa especial protección al Monarca. 

El peligro de los socios

Para cambiar ese artículo hay que modificar el Título II de la Constitución, el que regula la Corona, y por tanto, aplicar el procedimiento agravado de reforma, que implica conseguir una mayoría de dos tercios en el Congreso y en el Senado, disolver las Cortes, convocar elecciones generales, que la nueva composición de las Cámaras refrende todo, y convocar un referéndum. "¿Qué Gobierno va a estar dispuesto a semejante proceso?", se pregunta una persona cercana al equipo de Felipe VI.

Eso no quita para que en la Casa Real estén convencidos de que hay que introducir modificaciones para adecuar la Constitución a los tiempos que corren. Tan es así, que Zarzuela y Moncloa ya trabajan en cómo podría ser esa reforma. Pero preocupa el precio que podría haber que pagar en la actual coyuntura.

Cuando nació la Princesa Leonor, en 2005, ya se habló de este asunto, porque uno de los cambios que habría que incorporar es eliminar la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión al Trono, algo en lo que seguramente todos estarían de acuerdo. Entonces estaba en Moncloa José Luis Rodríguez Zapatero. "La cuestión se puso sobre la mesa y ahí se quedó. Así que, seguramente, esta vez ocurra lo mismo", añade la misma fuente. 

Hay que tener en cuenta que el PP, cuyo concurso es imprescindible para poner en marcha cambios de este calado, ya ha dicho públicamente que no dará su apoyo a una reforma constitucional. Los de Pablo Casado argumentan que las circunstancias lo desaconsejan, porque hay planteado un desafío independentista en España y porque entre los socios y compañeros del Gobierno hay partidos que llevan el objetivo republicano en su programa electoral. ¿Se podría negociar con esos partidos sin que intentaran incluir en ese referéndum la supresión de la Monarquía? En Zarzuela están convencidos de que no.

"¿Cuándo se va a poder plantear un referéndum sobre la Monarquía?, más que nada por regeneración democrática", le dijo una joven en 2011 a Don Felipe, cuando aún era Príncipe. La chica se quejó de que, con la actual Constitución, la consulta es inviable.

Felipe y Letizia salían de entregar los Premios Príncipe de Viana en el Monasterio de Leire, en Navarra, cuando se toparon con un grupo de republicanos que protestaban por su presencia. Letizia se dirigió hacia el coche, pero el hoy Rey decidió acercarse a ellos para preguntarles cuál era exactamente la razón de su protesta. Es ahí cuando Don Felipe recordó a la manifestante que, por mecanismos democráticos, todo es posible.