Carolina F.N., subdirectora de seguridad de la cárcel de Villena (Alicante) ha terminado admitiendo ante la Guardia Civil que las amenazas en forma de mensajes que recibió días antes de la falsa agresión de la que denunció haber sido víctima se los había enviado ella misma. Después de que los agentes le mostrasen lo que habían obtenido en sus pesquisas, no le quedó más remedio que admitirlo, tal y como cuentan fuentes próximas a la investigación a EL ESPAÑOL, en un caso que ya parece resuelto.
Los investigadores del Instituto Armado sostienen que la subdirectora de seguridad de la cárcel de Villena (Alicante) fabricó esa prueba, y que lo hizo a través de uno de sus teléfonos. Según ha podido conocer este periódico a través de fuentes judiciales y penitenciarias, el terminal desde el que se profirieron las amenazas que recibió en forma de mensajes de WhatsApp era de su propiedad.
Así consta en un oficio conocido por este periódico y que envió al juez el Equipo Territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil en Villena, en el marco de la Operación Silencia. Los investigadores encargados de indagar en el supuesto ataque del que denunció ser víctima a las puertas de su casa -dejando entrever que había sido perpetrado por varios de sus subordinados- no tardaron en dar con la clave del asunto.
Al recurrir al análisis de las antenas de telefonía para detectar la localización de los terminales, los investigadores se percataron de que ambos posicionaban en el mismo lugar y a la misma hora. Pronto descubrieron que ambos números eran suyos. La supuesta agresión, por tanto, nunca habría llegado a producirse.
Cuando la directiva de la cárcel presentó la denuncia, a la que ha podido acceder este diario, dijo a los guardias civiles que no tenía consigo su teléfono. Alguien, dijo, se lo había sustraído en su despacho días antes del presunto ataque. Por eso, lo que presentó para acreditar su versión fue una réplica de los mensajes que recibió tras haberlos reenviado a las altas instancias de la cárcel.
Así, la subdirectora evitaba que los investigadores pudieran rastrear y comprobar desde un primer momento el número desde el que se lanzaron las amenazas.
Ahora se sabe ya que todo apunta a una gran mentira, y por eso la Guardia Civil la investiga por un supuesto delito de denuncia falsa y otro de simulación de delito, un mes después de que acudiera a denunciar la inexistente agresión perpetrada por parte de cinco encapuchados a la puerta de su casa en Benidorm.
"Gravedad incuestionable"
En el telón de fondo del caso estaríabn las tensiones internas que venían registrándose en la prisión alicantina tras una investigación abierta a varios funcionarios, después de que estos tuvieran que recurrir a la fuerza para reducir a un preso violento.
El incidente con el recluso ocurrió el pasado 16 de agosto, y se abrió una investigación interna. En vísperas de la declaración judicial por la reducción del interno, la subdirectora aseguró haber sido atacada a primera hora de la mañana a la entrada de su casa.
En la denuncia, la directiva, ya cesada de su cargo por el Ministerio del Interior, señaló claramente a la asociación Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), un colectivo de funcionarios de prisiones muy crítico con la actual filosofía penitenciaria impuesta por el ministro Fernando Grande-Marlaska.
El día en que indicó haber sido agredida observó a dos varones dirigiéndose de frente hacia ella en el portal de su edificio. Al mismo tiempo, notó cómo alguien, que le agarraba por detrás, le decía: "Mañana calladita". Al instante, dijo, le propinaron un puñetazo en la cara.
Más tarde, en la denuncia, la subdirectora aseguró que en realidad la había abordado un grupo de 4 o 5 personas. Incluía además una secuencia de supuestos mensajes de WhatsApp repletos de amenazas que habría recibido días atrás de ese episodio: "Ya vemos que te has posicionado y de qué lado estás, así que no tendremos miramientos contigo. Vamos a por tu director y, si tenemos que llevarte por delante, lo haremos. Te vamos a joder la vida por perra". Tal y como relató, estos habrían sido enviados por "algún miembro" de la citada asociación.
Ceses y dimisiones
Cómo adelantó en exclusiva este jueves EL ESPAÑOL, Interior llegó a asegurar que la falsa agresión denunciada por la subdirectora en la que se dejaba entrever que había sido cometida por varios de sus subordinados constituía un hecho de una "gravedad" a todas luces "incuestionable". Así constaba en el oficio con el que llegaron a suspender provisionalmente de sus funciones a dos trabajadores a los que relacionaban con los hechos.
El ministerio creyó sin reservas la denuncia sin esperar siquiera a las investigaciones de la Benemérita. "La gravedad de los hechos denunciados por la Subdirectora de Seguridad es incuestionable", rezaba literalmente el comunicado. De ese modo, "las amenazas y agresiones sobre una directiva del establecimiento penitenciario en su propio domicilio, por varias personas, de manera sorpresiva y agresiva" resultaban, para ellos, inequívocas.
Son varios los sindicatos que han exigido ya mayores responsabilidades por los hechos. En gran medida tras constatar que el propio Marlaska dio por buena la versión de esta funcionaria, llegando a asegurar en una entrevista en Televisión Española que ella sí que era "una verdadera funcionaria". También exigen responsabilidades a Ángel Luis Ortiz, secretario general de Instituciones Penitenciarias, que encabezó una manifestación de repulsa a las puertas de la cárcel de Villena por la supuesta agresión.
Para Tu Abandono Me Puede Matar, la subdirectora sería "simplemente un peón utilizado para desactivar" a la propia asociación. "Esto molestaba y molesta sobremanera a las altas esferas del ministerio. Se hizo en un momento -prosiguen- muy concreto; a 10 días de una gran manifestación de funcionarios de prisiones (la primera tras la pandemia)", con la única finalidad de torpedearla.
Por su parte, las organizaciones sindicales ACAIP-UGT y CSIF exigen responsabilidades por la gestión de Interior. "Estamos ante un nuevo atropello a la dignidad de los trabajadores penitenciarios por parte de los gestores de la administración penitenciaria. La sospecha vertida sobre los compañeros de Villena no puede consentirse ni un minuto más".
Desde la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) tildan de farsa la agresión ficticia denunciada por la subdirectora de la prisión alicantina. "Nos retrotrae a otros tiempos, el de las cloacas del Estado". APFP asegura que "no se respetan los derechos y los principios de legalidad en sus actuaciones con los trabajadores penitenciarios."
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