"Lo intentaron todos a la vez, no por grupos de 200 como solían hacer hasta ahora". El salto a la valla de Melilla que realizaron este miércoles por la mañana más de 2.000 inmigrantes de origen subsahariano logró su objetivo porque accedieron a través del único tramo del vallado cuya parte superior carecía de elementos disuasorios.
Esto se debe, confirman fuentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil a EL ESPAÑOL, porque las obras programadas por el Ministerio del Interior para sustituir las concertinas por elementos "menos lesivos" llevaban un año paradas.
Son 4,5 kilómetros de los 12 que componen la valla. En su día, Interior decidió sustituir las polémicas y punzantes cuchillas por otros elementos como los llamados peines invertidos. Se trata de elementos que impiden a los inmigrantes la capacidad de trepar y de alcanzar la cima de la valla sin producirles lesiones.
En total, 491 de los 2.000 que cruzaron desde Marruecos consiguieron su propósito, según fuentes del Instituto Armado. Los inmigrantes se dispusieron, en torno a las nueve de la mañana, entre los pasos fronterizos de Barrio Chino y Farhana, justo donde el vallado posee esas zonas menos protegidas desde hace ya meses. En total, resultaron heridos 30 agentes de la Guardia Civil, que tuvieron que ser atendidos en el hospital.
Quienes protagonizaron el salto más masivo que se recuerda en Melilla sabían que a primera hora de la mañana la protección policial es menor en torno a la alambrada. Los turnos se fortalecen por la noche con unidades de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), un grupo de élite dentro del cuerpo cuya función principal es la de garantizar el orden público. A plena luz del día, nunca se había notificado un intento tan masivo de cruzar a territorio nacional.
Aprovechando los primeros rayos de sol, pertrechados con garfios y tornillería en los zapatos para poder trepar con mayor facilidad, los 2.000 subsaharianos se lanzaron a la vez desde Marruecos hacia España justo en ese tramo desprotegido de la frontera. Según la delegación del Gobierno, el grueso de la entrada se produjo en tan solo diez minutos, entre las 09:30 y las 09:40 de la mañana.
Las fuerzas marroquíes desplegadas al otro lado de la frontera consiguieron repeler a más de 1.500 personas, pero se vieron desbordadas frente al intento de entrada más numeroso de los que hay registrados, según la Delegación del Gobierno de Melilla.
Obras paralizadas
Las obras, según relatan fuentes policiales, se paralizaron a la espera de la aprobación de los presupuestos de este año. Según la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), la rápida actuación de los guardias civiles, la buena colaboración de la gendarmería marroquí y el apoyo de la Policía Nacional han impedido que de los 2.500 subsaharianos que trataban de asaltar la valla lograran su objetivo 500. "Ha sido un nuevo ataque coordinado a la frontera, una vez más empleando una gran violencia contra los guardias civiles que custodiaban el perímetro".
Desde la AEGC insisten en el hecho de que estas situaciones en la frontera ya no se producen sin premeditación. "Es más, la coordinación que llevamos denunciando desde la asociación ha quedado manifiesta en el hecho de que esta vez han llevado a cabo el salto a plena luz del día".
La medida de la reforma de la valla está incluida en el Plan de Refuerzo y Modernización del Sistema de Protección Fronteriza Terrestre. Y este fue aprobado en el Consejo de Ministros el pasado mes de enero de 2019, con una inversión de 32 millones de euros.
Sin agentes
Los agentes constataron la "determinación y violencia" empleada en la frontera por parte de los inmigrantes. "La agresividad aumenta -aseguran desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) cada vez que intentan acceder a España. Por eso es necesario seguir incrementando el número de efectivos en la zona fronteriza". Hoy, sus cascos les evitaron de daños que podrían resultado mucho más graves.
Según los datos de la Dirección General de la Guardia Civil, Melilla es la sexta autonomía que disponía de menos agentes el pasado año. Por eso desde la AUGC solicitan el refuerzo de "medios humanos y técnicos en esta frontera, que debería ser declarada de Especial Singularidad".
En el enclave estratégico que es la ciudad autónoma, la Guardia Civil tan solo cuenta con 588 efectivos. El perímetro fronterizo, al no estar vallado en su totalidad, dificulta enormemente el trabajo de los agentes. "No hay forma de evitar los saltos", insisten en la AUGC.
Para Jucil, la asociación mayoritaria en la Benemérita, lo ocurrido demuestra que "el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska sigue sin hacer sus tareas. La Administración mira hacia otro lado mientras la frontera sur de Europa continúa desprotegida".
Se trata del mayor salto a verja fronteriza en años. Desde hace meses, los agentes del orden marroquí tienen controladas lo que se llaman bolsas de unos 1.500 inmigrantes de origen subsahariano al otro lado de la frontera. Los últimos intentos, según fuentes policiales, habían sido protagonizados por inmigrantes marroquíes. En esta ocasión, los subsaharianos que esperaban en esas bolsas son los que han protagonizado el asalto.
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