Cuando José Ramón Andrés Puerta apenas era un crío de cinco años en su Mieres natal difícilmente pudo imaginarse lo que el mundo le guardaba a su yo del futuro. Por mucho que aquel niño pensase a lo grande, nunca hubiera podido hacerse una idea. No desde luego cuando ya cocinaba para su familia con 12 años, ni probablemente tampoco cuando accedió como aprendiz a las cocinas de aquel El Bulli desde el que Ferran Adrià maravillaba al mundo.
Quizás empezó a vislumbrarlo cuando cruzó el charco rumbo a Nueva York e incluso pudo soñar con ello cuando trabajaba ya en Washington, pero probablemente hoy por hoy todavía no sea muy consciente de hasta dónde ha llegado aquel niño ni de la trascendencia que su figura tiene a nivel mundial, como atestigua su presencia en el Wake Up Spain! que organiza EL ESPAÑOL del lunes 4 al viernes 8 de abril en la Casa América de Madrid y donde el chef será protagonista junto a José María Álvarez-Pallete, CEO de Telefónica, en la primera jornada del evento.
Hace apenas una semana que Joe Biden se desplazó a Europa para reunirse con diferentes mandatarios de la OTAN, de la Unión Europea y del G7 dentro de las relaciones que la guerra de Ucrania han intensificado. Sin embargo, el presidente de Estados Unidos no sólo reservó una parte de su agenda para reunirse con sus tropas en puestos de avanzada en Polonia, sino que también hizo un hueco para encontrarse con su amigo español en Varsovia.
“En tiempo de crisis, a menudo vemos lo mejor de la Humanidad. Quiero agradecer a mi amigo el chef José Andrés, a su equipo en World Central Kitchen y a todos en el terreno por todo lo que están haciendo para apoyar a los refugiados ucranianos”, señaló Joe Biden a través de su cuenta oficial de Twitter. Y vaya si hay por qué estar agradecidos.
World Central Kitchen, la ONG que el asturiano fundó en 2010 para ayudar en Haití tras la hambruna provocada por el terremoto de 2010, fue de las primeras instituciones en llegar a la frontera entre Ucrania y Polonia después de que el ejército de Vladímir Putin comenzara la invasión el pasado 24 de febrero. Desde entonces, los chefs de José Andrés han pasado por la localidad de Medyka, en Polonia, y también por Leópolis y Odesa antes de llegar a Kiev.
A lo largo de todo este periplo World Central Kitchen ha servido unos cinco millones de comidas. Ahora mismo, en sus diferentes ubicaciones distribuye casi 300.000 menús diarios, tanto a los refugiados que huyen de las zonas de combate y buscan un destino mejor en otros países como a aquellos que han decidido quedarse o, simplemente, no han tenido la oportunidad de huir.
Una labor encomiable que, además, cuenta con el añadido de que no la hacen únicamente por sí mismos. En el proceso consiguen implicar a decenas, a cientos de cocineros locales y de los países limítrofes con el conflicto. Cuenta ya con decenas de restaurantes trabajando con ellos en al menos siete países, están presentes en más de 300 refugios por toda Ucrania, en más de 48 pasos fronterizos...
"La comida es amor"
"Creo que todo el mundo habla de los hombres y mujeres que están defendiendo Ucrania, pero hay otras personas combatiendo de otra forma. Les llaman los 'food fighters'. Vemos restaurantes, gente cocinando que hacen todo lo que pueden para alimentar a las mujeres, niños y ancianos que a menudo se tienen que esconder en búnkeres huyendo de las bombas", señaló el chef en declaraciones a la CNN. "Esos son los héroes que yo veo en Ucrania. Lo que puedes ver es que todo el mundo hace todo lo que puede para ayudar a los demás ucranianos", añadió.
José Andrés, además, señaló que en su charla con Joe Biden le dijo que los ucranianos "necesitan toda la ayuda que podamos darles. Están peleando por su país. Están peleando por la democracia. Están peleando por la libertad. Y lo menos que Estados Unidos y el resto del mundo libre pueden hacer por ellos es estar cerca".
Preguntado por si tiene miedo cuando escucha las sirenas que alertan de los bombardeos su respuesta fue tajante. "Claro que tengo miedo. Mi familia tiene miedo. Cada ucraniano tiene miedo. Sin embargo, déjame decirte de lo que tengo miedo de verdad. Tengo miedo del día en que hombres y mujeres dejen de preocuparse, del momento en que no nos importe lo que les pase a nuestros vecinos. Ese será el día en el que llore de miedo".
En cualquier caso, el mensaje de José Andrés siempre está teñido de esperanza. Y si un día le dijo a la primera dama estadounidense que "la comida es amor" y que "allá donde exista un conflicto World Central Kitchen estará allí para dar de comer a los hambrientos", en la CNN indicó que ya no tiene "miedo" porque en Ucrania ha visto a hombres y mujeres que se preocupan, que cuidan de los demás y ha visto claro que "en el futuro lo haremos mejor".
Princesa de Asturias
Su labor humanitaria no sólo le ha valido el aplauso mundial, sino que José Andrés no para de recibir reconocimientos por todo el mundo. El primero de ellos, en casa, pues en 2021 fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia precisamente por su trabajo al frente de World Central Kitchen.
Apenas un mes después, Jeff Bezos, recién aterrizado de su primer paseo espacial, anunció que había decidido crear los premios Courage & Civility y que José Andrés sería la primera persona en recibirlo. El premio iba acompañado de una donación de 100 millones de dólares para World Central Kitchen.
Y no terminan ahí las buenas noticias, pues si José Andrés tuvo una excelente relación con Barack Obama, con Joe y Jill Biden le une un afecto especial que le ha servido para ser nombrado hace poco más de una semana copresidente del Consejo asesor de Deporte, Fitness y Nutrición del presidente estadounidense con el encargo de promover la actividad física y la alimentación saludable para todos los estadounidenses, con independencia de su origen o sus capacidades.
Nombrado en 2012 y 2018 como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time, el comunicado con el anuncio de la Casa Blanca se refería al asturiano como un "pionero" y un "innovador cocinero reconocido internacionalmente".
José Andrés fundó World Central Kitchen en 2010 y desde entonces ha desplegado su trabajo y buena fe en República Dominicana, Nicaragua, Zambia, Perú, Cuba, Uganda, Bahamas, Camboya, Estados Unidos... Sus dos intervenciones más recientes fueron las desarrolladas en el volcán de La Palma y a día de hoy en la guerra de Ucrania.