El año de la confirmación de Leonor como referente de la Monarquía y mujer de su tiempo

Para muchos jóvenes, cumplir 18 años es un paso que significa poder conducir, comenzar la universidad y, como les ocurrió a muchos en mayo y julio pasados con las elecciones municipales y generales, tener la oportunidad de ejercer el derecho al voto.

En el caso de Leonor Borbón Ortiz alcanzar esta edad supone, además, asumir una responsabilidad que le estaba esperando desde la cuna: llegar a ser Reina.

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Aunque muchos fijan el 31 de octubre, día de su cumpleaños y de la ceremonia de su jura de la Constitución, como la fecha del comienzo que debe llevarla hacia la Jefatura del Estado, lo cierto es que todo empezó el 30 de enero de 2018. Aquel día, en el que el Rey celebraba su 50º cumpleaños, Leonor recibió el Toisón de Oro.

En septiembre de ese mismo año, la joven apareció por primera vez en la agenda de la Casa Real, con motivo de su visita, junto a los Reyes y la Infanta Sofía, al Real Sitio de Covadonga,.

Y el 31 de octubre, en su decimotercer cumpleaños, leyó el primer capítulo de la Constitución en la que supuso su primera intervención pública.

Felipe VI no es ajeno a la importancia que la figura de su hija mayor ha tomado en los últimos meses. En su discurso de Navidad del pasado 24 de diciembre, ponía el énfasis en la Princesa, en los pasos que ha dado últimamente, para convertirse en el mejor valor para el futuro de la institución.

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"Ha llegado el momento de potenciar la imagen de la heredera. Esto es algo que en Zarzuela está muy claro. De hecho, desde que comenzó su formación militar, Casa Real ha distribuido más imágenes de la Princesa que desde el día que nació, hace 18 años", cuenta una persona cercana al equipo del Rey.

"Nunca se ha dudado de que los españoles conectarían con ella en cuanto se diera a conocer. La espera ha merecido la pena. Su frase en el discurso de la jura de la Constitución en la que decía "les pido a los españoles que confíen en mí", es un claro ejemplo de una grandísima maniobra de marketing", añade la misma fuente.

La princesa de Asturias, Leonor, en el desfile del Día de la Fiesta Nacional en Madrid, el pasado 12 de octubre. EFE

Pero en realidad ¿en qué se pueden basar los españoles para fiarse de una mujer de 18 años a la que apenas conocen?

Todas las personas que la han tenido cerca alguna vez hablan de ella como tímida, educada y respetuosa, consciente de su responsabilidad, hecho que ha destacado durante este 2023 en todas sus palabras en público.

Leonor ha verbalizado alto y claro, como no lo había hecho antes, el sentido que tiene su compromiso adquirido al cumplir la mayoría de edad. Parece ser más realista que nunca sobre cuál es su deber y así lo ha querido hacer saber a todos en sus últimos actos.

En los Premios Princesa de Asturias del pasado mes de octubre, dijo con voz clara y firme: "Soy consciente de cuál es mi deber y de lo que implican mis responsabilidades".

Leonor de Borbón y Ortiz está llamada a ser la cuarta reina titular de España. Puede asumir automáticamente la Jefatura del Estado si faltara Felipe VI.

La última mujer en ocupar el trono fue su tataratatatarabuela, Isabel II, que murió en el exilio tras un reinado en el que fue manipulada por su camarilla de hombres ministros y religiosos.

La anterior reina por derecho propio fue Juana, a la que apodaron La Loca, que terminó sus días encerrada en Tordesillas por culpa de las intrigas de su marido, de su padre y del cardenal Cisneros.

Las mujeres que la guían

Con esos dos ejemplos, la Princesa de Asturias tiene que buscar en sus figuras más cercanas ejemplos de mujeres poderosas e inteligentes. Por eso, y hasta ahora, ella las ha encontrado en su familia, porque la hija mayor de los Reyes se ha criado en un mundo de hombres: en Zarzuela no hay más que una mujer en el organigrama con cargo público.

Su primera referencia, sin duda, es su madre, Letizia Ortiz. Periodista de profesión, divorciada, de izquierdas, de ideales republicanos hasta que conoció a su actual marido y agnóstica declarada —aunque ahora a ella le guste definirse como "aconfesional"—, enseñó el feminismo a sus hijas con el ejemplo de su propia vida.

La Reina tiene opiniones firmes y se encarga de que sean oídas y tenidas en cuenta. "Se ha tomado mucho interés en la educación de sus hijas. Su obsesión es que tengan una relación estrecha. Sabe que cuando las cosas se pongan difíciles, cosa que pasará, será en la familia donde Leonor encuentre el apoyo y la fuerza que va a necesitar", dicen fuentes que la conocen bien.

La segunda referencia ha sido su abuela, pero no la paterna, Reina de profesión, sino la materna, enfermera, sindicalista y de izquierdas. Paloma Rocasolano se dedicó a la actividad sindical de su sector durante casi veinte años. Coincidiendo con el nacimiento de la Princesa de Asturias pasó a dirigir el programa de Cooperación Internacional Vacaciones Solidarias de la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería, un organismo dependiente de su sindicato.

Rocasolano, como tantas otras abuelas españolas, ha compaginado su carrera con su labor de abuela. Fue la primera en estar en el hospital en las dos cesáreas de Letizia y ha estado volcada en la educación de las niñas.

Muchas veces, ha sido la persona de apoyo para la Reina a la hora de dejar a sus hijas si tenía que asistir a algún acto o salir de viaje, por delante de su suegra, que vive a metros de las niñas, o de niñeras.

Quienes conocen a Paloma aseguran que ha sido un ejemplo de feminismo para sus nietas: divorciada de Jesús Ortiz desde 1999, ha trabajado toda su vida (se jubiló en 2017), siempre ha estado comprometida con la defensa de los derechos de los trabajadores y ha superado grandes dificultades, como la muerte de su hija Érika.

Además del ambiente en casa, la Princesa de Asturias está teniendo una formación supervisada y creada al detalle por sus padres y el equipo de Felipe VI. Cuando siendo casi un bebé, entró en el Colegio Santa María de los Rosales en Madrid en 2008, dos directoras se encargaron de que se integrara y viviera como un alumno más su etapa escolar.

El profesorado siempre dijo de ella que era una niña "con empatía, atenta con los demás y dispuesta a ayudar". Al igual que el resto de los alumnos, contó con tutoras en esa etapa. Una de ellas fue la neuropsicóloga Patricia Peinado, psicopedagoga del colegio desde 2008 y jefa de estudios de Educación Primaria de la institución entre 2011 y 2023. Peinado solía ser citada por la Reina para que le informara sobre los progresos de su hija.

Lo mismo ocurrió en su paso por el UWC Atlantic College de Gales donde hizo dos cursos de bachillerato internacional, el tan de moda y carísimo IB.

"Leonor, tu amor por las conversaciones profundas no tiene límites", reveló una de las profesoras en la ceremonia de graduación, en mayo de este año. "Tu decidida pasión por aprender, comprender a los demás y explorar diversas perspectivas, ha enriquecido tu experiencia en UWC. Echaremos de menos tu sentido del humor", añadió.

Leonor de Borbón es la primera Princesa de Asturias en recibir formación militar. En un futuro ella será la Jefa de los Ejércitos de España. Ahora está haciendo su instrucción en la Academia General Militar de Zaragoza, lejos de su madre y su abuela Paloma.

Pero allí también cuenta con el apoyo de mujeres. La teniente coronel Margarita Pardo de Santayana, destinada en el Cuarto Militar del Palacio de la Zarzuela, órgano de la Casa Real que depende directamente del Rey, ejerce de tutora castrense y sigue de cerca su evolución académica y psicológica.

Hija y hermana de militares, Pardo de Santayana es la máxima responsable de que la Princesa se adapte a su nuevo rol como dama cadete. Dicen que tiene un carácter firme, pero que es cercana y afable.

Madre de cinco hijos, ha llevado a cabo misiones en el extranjero en destinos como Afganistán y Malí, y es experta en pilotar helicópteros. Algún día también podrá presumir de que pilotó el destino de una futura reina.

"Hay dos riesgos fundamentales para la Princesa en el futuro, hablando solo de lo que está en sus manos. El primero, incurrir en conductas inmorales como las de su abuelo Juan Carlos; el segundo, implicarse en la lucha partidista en el mundo de la política, que fue el problema de Alfonso XIII", explican las fuentes próximas a la Casa Real.

Más allá de los escándalos del Rey Emérito, la Monarquía exhibe en su hoja de servicios a España haber facilitado casi medio siglo de democracia, estabilidad y prosperidad económica. Las últimas encuestan revelan que los españoles confían en Felipe VI. Y aunque Leonor de Borbón tiene aún una página en blanco por escribir, ya aparece en las encuestas como la figura mejor valorada de la Familia Real, con un notable alto.