La falta de médicos en las cárceles obliga a recortar la medicación a internos con problemas mentales
Los funcionarios temen que el programa que Interior ha empezado a aplicar en cárceles de Alicante, Zaragoza, La Coruña y Menorca provoque nuevos brotes de violencia.
5 agosto, 2024 02:35La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, ha puesto en marcha un plan para recortar medicación a los internos de las prisiones con trastornos mentales, debido a la falta de facultativos que atiende a estos pacientes.
Según revelan a EL ESPAÑOL diversas fuentes penitenciarias, el plan está recortando asistencia sanitaria farmacológica prescrita por los médicos en distintas prisiones. Las mismas fuentes prevén que se multipliquen las situaciones extremas en los módulos, con un aumento de los brotes psicóticos y de las ya recurrentes agresiones a funcionarios.
Uno de los primeros centros en los que se ha sido implantada esta medida es la prisión de Menorca. En este recinto penitenciario, en torno al 70% de los reclusos tiene prescrita algún tipo de medicación, sufragada por la administración penitenciaria.
Prisiones, según las mismas fuentes, ha puesto en funcionamiento este plan después de que se jubilara la última médico que atendía a este centro. Por el momento, las fuentes consultadas en Interior señalan que se trata de una prueba piloto, pero que está previsto extenderla a otras cárceles de toda la geografía española.
En Menorca ya se están sufriendo las consecuencias de dicha medida, con un aumento notable de las amenazas y coacciones por parte de los reclusos. Desde el sindicato TAMPM desaprueban la decisión impuesta por la Secretaría General, sin contar con los profesionales sanitarios y sin haber evaluado los riesgos psicológicos y físicos que pueden sufrir los trabajadores.
El programa tiene por nombre Plan Reduces. Se trata de un programa de Interior para "el correcto uso racional de psicofármacos con especial actividad dirigida hacia los opiáceos, benzodiacepinas y gabapentinoides que constituyen un grave problema de salud pública también en la población general". En este plan se establece como prioridad "evitar la polifarmacia, las interacciones farmacológicas y la prevención del riesgo del mal uso de los psicofármacos".
En la citada cárcel menorquina, en torno a la mitad de la población es drogodependiente o tiene alguna patología dual (drogodependencia y trastorno de personalidad o enfermedad mental), lo que da la medida de la relevancia de la decisión tomada.
Meta, septiembre
En otras prisiones como Teixeiro (La Coruña), hace un año que se ha adoptado la misma medida. La dirección del centro, apuntan fuentes conocedoras de la situación, ha ido rebajando la medicación poco a poco a los internos, lo que complica la atención a los que recibían medicación psicotrópica.
"Hay presos que llegan tomando la medicación que tienen prescrita y ven que aquí se les va a reducir. Genera muchos problemas que se están atajando, pero que antes no existían en la misma medida que ahora", indican las fuentes consultadas.
Esto está ocurriendo también en Zuera (Zaragoza). Allí un preso se autolesionó hace dos semanas con un arma blanca y ha estado en el hospital 10 días en la UCI, por falta de tramadol.
Lo mismo ocurre en la cárcel de Villena, según las fuentes consultadas. El plan de reducción de la medicación se produce desde hace tiempo. El protocolo que se ha estipulado consiste en llamar a consulta a los reclusos que toman medicación psiquiátrica de manera aguda (puntual), por ejemplo si tienen recetado trankimazin o ansiolíticos.
En esa prisión, se comunica a los pacientes que tenían prescrita una medicación para procesos de ansiedad, depresión y situaciones similares que poco a poco se les irá reduciendo la dosis.
Reducción de la medicación
Los mandos de las prisiones sabían que se iba a implantar el programa de reducción de medicación psiquiátrica. Desde la cúpula de Instituciones Penitenciarias les transmitieron que esta medida empezaría en septiembre y que habría reuniones previas con el Ministerio para explicar cómo se iba a aplicar, según las mismas fuentes.
No ha ocurrido finalmente de ese modo. El 4 de julio, en su videollamada con los internos de Menorca, el médico de esa prisión anunció la reducción de la medicación prescrita sin previo aviso, incluso aquella recetada por el psiquiatra. Los internos organizaron un importante alboroto aquel día. Y tuvieron que ser los funcionarios los que recondujeran la situación.
De forma "brusca", señalan las fuentes consultadas, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha decidido comenzar a aplicar este plan en un número reducido de centros, sin aviso previo al interno y coincidiendo con la falta de médicos en prisiones.
En estas prisiones, el interno que toma medicación aguda psiquiátrica (no crónica) recibe la llamada a consulta de forma digital a través de una pantalla de ordenador. Es un médico quien al otro lado de la videollamada le comunica que se le va a reducir la dosis que tenía recetada.
Este experimento está provocando casos violentos entre internos, y también ataques de internos contra funcionarios. Las fuentes penitenciarias consultadas coinciden en que podrían multiplicarse las situaciones extremas, con un mayor número de brotes psicóticos y agresiones. "Todo por ahorrar costes, pues la medicación la sufraga la administración penitenciaria", señalan en TAMPM.
Prisiones, pese a todo, están sopesando implantar después del verano esta medida en el resto de centros penitenciarios gestionados por el Estado, quedando fuera País Vasco y Cataluña, que tienen la competencia transferida a sus respectivas comunidades autónomas.