El rey Felipe VI conversa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y con la ministra de Defensa, Margarita Robles (3i, delante), en presencia del jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodor Esteban López Calderón (2d).

El rey Felipe VI conversa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y con la ministra de Defensa, Margarita Robles (3i, delante), en presencia del jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodor Esteban López Calderón (2d). Efe

España DÍA DE LA FIESTA NACIONAL

El diluvio salva a Sánchez de la pitada y los abucheos en un desfile del 12-O en el que se canceló la exhibición aérea

12 octubre, 2024 13:12

Un diluvio como pocos se recuerdan ha marcado la mañana de la Fiesta Nacional del 12 de octubre en el centro de Madrid. Tanto que por momentos se ha temido que se cancelaran los desfiles de todas las tropas, incluso en el de las unidades terrestres de las Fuerzas Armadas.

El monumental chaparrón sirvió para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitara la previsible pitada y los abucheos de un público sensiblemente inferior al de otros años que acudió a los alrededores del paseo del Prado a disfrutar de la parada militar. Conforme avanzaba la mañana y las precipitaciones aumentaban, calando a la mayoría de los invitados, se decidió la cancelación de la exhibición aérea del Ejército del Aire y del Espacio.

De esta manera, este 2023 no ha tenido lugar el desfile aéreo en el que iban a participar 85 aeronaves, ni tampoco la pasada de la Patrulla Águila, que cada año dibuja la bandera de España en el cielo de Madrid.

Del mismo modo, tampoco se produjo el salto de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo (PAPEA) del Ejército del Aire y del Espacio, descendiendo a la parada con la bandera de España.

Sin embargo, la extrema situación propiciada por el temporal, aun desluciendo el desfile, lo convirtió en un acontecimiento memorable. Los soldados siguieron avanzando estoicos, muchos de ellos en mangas de camisa, pese al nivel al que estaba jarreando.

El desfile apenas se alargó durante una hora y cuarto, de muy corta duración para lo que suele prolongar la parada militar del 12 de octubre. Todas las unidades discurrieron al mismo paso, algo igualmente inusual, pues cada destacamento del Ejército de Tierra tiene su marcha propia.

El contingente de la Legión, por ejemplo, con el borrego Killo a la vanguardia, avanzó a la misma velocidad que el resto de sus compañeros, del mismo modo que los Grupos de Regulares, cuyo ritmo suele estar ralentizado. Por lo general los legionarios avanzan a 160 pasos por minuto, un ritmo superior al del resto de las formaciones (124 pasos por minuto). Todos este año han desfilado al mismo ritmo.

Desde que llegó en 2018 a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez no ha vivido un solo 12 de Octubre tranquilo. Pitadas, abucheos y graves errores de protocolo han marcado cada Día de la Fiesta Nacional.

Este sábado, Sánchez ha tenido que dar la cara en el centro de Madrid ante miles de personas en el desfile de las Fuerzas Armadas, tras siete días en los que ha sido diana de los escándalos de corrupción que acechan tanto a su círculo más íntimo (Begoña Gómez) como a quien fue su mano derecha en el PSOE (José Luis Ábalos). Además, tras unos días en los que se ha producido la revelación de la estratagema para descontar años de cárcel a los presos de ETA.

Un año más se han escuchado pitos y abucheos contra el presidente, aunque han sido más débiles que en otras ocasiones. El público se ubicaba lejos, a unos 200 metros de la tribuna en dirección al paseo de Recoletos como hacia abajo, enfilando la estación de Atocha.

Pese a todo, los gritos contra el líder del Ejecutivo han podido escucharse tanto a su llegada a la tribuna real, tres minutos antes que los Reyes, como al final. También durante el saludo a los mandos de las diferentes unidades que han participado en el desfile.

La protesta ha sido, no obstante, menor incluso que el año pasado, cuando el Ministerio de Defensa decició cambiar la ubicación del desfile. Hasta 2023, los primeros años del Gobierno de Sánchez se estaba celebrando ante el Santiago Bernabéu, en el Paseo de la Castellana. Ahí los pitidos se fueron incrementando año tras año. El pasado 12 de octubre, al estrenar este nuevo emplazamiento, el público quedó alejado de las autoridades, y con él los abucheos que viene recibiendo el presidente del Gobierno.

Amago de cancelación

Sin embargo, la lluvia dispersó al público, y obligó a todas las autoridades a sacar centenares de paraguas para repeler el fuerte chubasco. Hubo momentos en los que el aguacero llegó a tales dimensiones que el agua se infiltró en la tribuna, mojando a la reina Letizia, que se cambió de ubicación.

En ese momento, ya había pasado la mitad del contingente de 4.000 soldados de las Fuerzas Armadas. Ahí, cuando la lluvia arreciaba con mayor intensidad, se pudo advertir cómo el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el almirante Teodoro López-Calderón, debatía con la ministra de Defensa, Margarita Robles, con el rey Felipe VI y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la conveniencia o no de suspender el resto de la parada militar.

Finalmente, la lluvia remitió y el desfile pudo concluir sin mayores complicaciones que las de un histórico aguacero.

Sánchez, quien lucía un chubasquero con capucha cuando ha recibido al monarca, ha encontrado un inesperado aliado en la climatología. Según los pronósticos, la lluvia podía marcar la jornada y detraer la asistencia de público. Defensa, por ejemplo, ya había previsto la cancelación del desfile aéreo si las condiciones son desfavorables, lo que finalmente se produjo.

En la tribuna de autoridades, guarecido bajo paraguas y chubasqueros, se pudo ver al 'president' de la Generalitat, Salvador Illa, el primer 'president' autonómico que acude a la cita en década y media desde los tiempos de José Montilla.

Junto a él estuvo también la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, al igual que otros presidentes autonómicos y líderes políticos como Alberto Núñez Feijoo. El líder del PP ha ensalzado "el orgullo de ser españoles" y la "cultura en común" forjada con los "hermanos en Hispanoamérica".