No deben extrañarse si en estos días les suena el teléfono y al otro lado suena una voz de un militar preguntándole si estuvo en contacto con alguna persona que ha dado positivo en Covid. No se asusten, lo primero que hacen es intentar tranquilizarles porque su objetivo es "aislar al coronavirus" y advertirles de que serán llamados por Salud para hacerse una PCR.
Hasta 300 llamadas están realizando durante 12 horas al día para parar el contagio, aunque este número es relativo porque algunas duran dos minutos y otras media hora.
Es la labor que están haciendo desde la base de Morón de la Frontera los primeros 30 rastreadores de la Unidad Militar de Emergencia (UME) que se han integrado en la plataforma de la Consejería de Salud y Familia de la Junta de Andalucía. Trabajan con todas las medidas de seguridad higiénico sanitarias y en dos turnos.
En total, el Gobierno andaluz solicitó 360 efectivos para que se unieran a los más de 8.000 rastreadores que trabajan en la comunidad para acorralar al virus. Las próximas semanas se irán incorporando más de los tres ejércitos, Aire, Tierra y Armada. Los de la UME, en concreto, se retirarán a finales de septiembre para colaborar en otras emergencias a nivel nacional pero la próxima semana se incorporarán otros 30.
Su labor
Su labor es vital: consiste en trazar, a petición de las autonomías, un mapa de contagios formado por aquellos que han dado positivo en la Covid-19 y sus contactos estrechos. Un mecanismo de prevención cuya utilidad ya ha quedado demostrada en los últimos meses.
"Lógicamente la situación no es agradable, la gente se asusta cuando descuelga el teléfono y escucha el mensaje del rastreador, pero tenemos que aislar al virus cuanto antes para que no haya más contagios", señala en conversación con EL ESPAÑOL el teniente coronel, jefe del Segundo Batallón de la UME, José Miguel Garcés.
Sin embargo, asegura que la reacción al otro lado del teléfono es buena. "La gente comprende nuestra labor y nos lo agradece", asegura Garcés.
El funcionamiento es el siguiente: el propio sistema informático proporciona una serie de nombre y apellidos y teléfonos de los positivos. "Se llama a esta persona para conocer sus últimos movimientos y la gente con la que ha podido estar y, si los tiene, el positivo suele dar los contactos". La mayoría se muestra muy colaborador.
Las cifras de contagiados han aumentado en estos días en Andalucía. En las últimas 24 horas, la comunidad ha sumado 1.617 casos confirmado por PCR, la mayor subida diaria en la segunda ola de la pandemia, y seis fallecidos.
El jefe del Segundo Batallón de la UME tiene una cuestión clara: "Incorporando más rastreadores se puede hacer un mayor rastreo. Es la única manera de acorralar la enfermedad".
En sus llamadas éstos le comunican la obligación de responsabilidad que deben adoptar desde ese mismo momento hasta obtener los resultados, así como de guardar la cuarentena.
El perfil
Antes de ponerse manos a la obra, en las Fuerzas Armadas han tenido que realizar durante este verano una suerte de cribado para seleccionar a quienes poseen las cualidades idóneas requeridas para la labor de rastreo. Buscaban soldados con soltura en el diálogo, con ciertas dotes comunicativas, habilidades para las relaciones sociales y conocimientos en informática.
En el caso de Andalucía, la mayoría de estos rastreadores tienen perfil sanitario y su labor está supervisada por un médico o enfermero militar, que siempre están en la sala con ellos.
Una vez elegidos les fueron impartidas una serie de lecciones básicas. Los rastreadores, durante esa fase de formación han aprendido cómo preguntar, cómo entablar conversación con una persona a la que no conocen y estudian técnicas para crear un ambiente propicio en la conversación. De ahí que también hayan contado con una formación psicológica.
A principios de semana, estos 30 rastreadores fueron visitados por la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, y por el director General de Salud Pública y Política Farmacéutica, José María de Torres.
En su visita, la delegada destacó "la máxima colaboración" que se desprende de esta actuación. "La Junta de Andalucía solicitó esos rastreadores y ahí está el Gobierno de España para atender esa demanda y para ayudar y colaborar". A su juicio, "el coronavirus es el enemigo y todas las instituciones tenemos que estar coordinadas y colaborando".
Además, reivindicó el papel de la UME como "uno de los cuerpos de los ejércitos de una mayor rapidez en su intervención". Por su parte, el jefe del Segundo Batallón es consciente de que en estos meses tanto la operación 'Baluarte', que es la actual, como la 'Balmis', las Fuerzas Armadas "han tenido muy buena acogida" entre los españoles. "Hemos recibido el cariño de nuestros ciudadanos, lo que nos llena de orgullo, nos reconforta y nos da ánimos para seguir".