Una de las cosas que están aprendiendo los militares rastreadores que ya forma el Ministerio de Defensa es la realización de un 'tercer grado' a todas aquellas personas a las que llamen por teléfono. Preguntar, con cierto tacto, por su vida privada. Y hacerlo de manera exhaustiva.
Inmiscuirse en ella resulta tan inevitable como necesario para trazar la red de personas con las que un positivo por coronavirus haya podido contactar a lo largo de las jornadas anteriores. Solo así se puede prevenir, contener la expansión y controlar el número real de infectados en todo el país.
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL a través de distintas fuentes de las Fuerzas Armadas, el aprendizaje de los 2.000 militares de los que dispone el ministerio de Margarita Robles se está haciendo, en mayor medida, de forma online. Para esta tarea se están requiriendo profesionales con conocimiento en informática, con dotes y habilidades para las relaciones sociales.
Eso sí, en algunos destacamentos repartidos por la península también han tomado la decisión de impartir cursos presenciales. Es el caso de San Sebastián y de Canarias, en el Regimiento de Infantería Soria 9. También en la agrupación de Apoyo Logístico nº 61 del Ejército de Tierra (Valladolid) así como en se han dado lecciones presenciales.
Todos y cada uno de ellos reciben un curso de dos semanas para adquirir las nociones genéricas de un instrumento crucial en el combate del avance de la Covid-19. Solo cuando lo finalicen podrán empezar a trabajar en seguir las cadenas de contagiados por coronavirus.
Eso sí, según han confirmado a este periódico las cuatro grandes asociaciones que representan a militares de toda España (AUME, ASFASPRO, ATME, UMT), no está previsto ningún plus económico, ningún incentivo a mayores para los soldados que ejerzan esta labor. Tampoco podrán abandonar su destino.
"Extraoficialmente sí que está confirmado. En el mejor de los casos le pagarán las dietas normales de manutención que no llegan a 24 euros diarios para un soldado o incluso se lo ahorran dándoles una bolsa de comida. No les pagarán a mayores, pues trabajarán dentro de su horario", apuntan desde la Unión de Militares de Tropa (UMT).
La ministra de Defensa, Margarita Robles, avanzó a finales de julio que las Fuerzas Armadas ya estaban preparando a una buena cantidad de soldados para que desarrollasen esa labor. La orden que dio la ministra salió publicada el 25 de julio en el Boletín Oficial de Defensa (BOD). Aparecía en el documento titulado "Plan de Respuesta Temprana en un escenario de control de la pandemia por Covid-19".
Ahora todos ellos, según anunció este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, están a disposición de las Comunidades autónomas que precisen de cualquier clase de apoyo en estas tareas. La estrategia esbozada en Defensa pretende dar respuesta a “apoyos puntuales y excepcionales solicitados por las autoridades competentes ante situaciones de emergencia derivadas de la propagación de la Covid", según se publicaba en el boletín oficial del ministerio a finales del mes pasado.
Para ello se ha creado un "Núcleo Covid-19". Este instrumento es el encargado de gestionar en el Ejército las peticiones que se formulen desde las distintas autonomías. Estará bajo la coordinación del Secretario General de Política de Defensa, quien ya cuenta con el apoyo de la Inspección General de Sanidad de la Defensa (IGESAN).
Buscando suplentes
Por el momento, en algunas instancias ya están moviendo las piezas para poder instruir a una mayor cantidad de hombres con el fin de que puedan cumplir con ese cometido. En un oficio enviado este lunes 24 de agosto al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, en el Ejército del Aire ya están solicitando, "con el objeto de mantener la operatividad plena de las Unidades de Vigilancia Epidemiológica (UVE) recientemente creadas", la designación de suplentes de los rastreadores que ya han recibido la instrucción pertinente para ello.
El posible objetivo de esta petición es la de poder contar con personal suficiente para poder turnarse en este importante cometido. Es la IGESAN, el órgano al que le corresponde la planificación y desarrollo de la política sanitaria en las Fuerzas Armadas.
El sistema de rastreadores, según se anunció en el Boletín Oficial de Defensa, "estará basado en la selección adecuada del personal, su formación, procedimientos de trabajo estandarizados y el apoyo técnico necesario. Se realizará una Instrucción Técnica en la que se desarrollarán unos equipos de vigilancia epidemiológica a nivel territorial distribuidos por todo el territorio nacional".
Decisión criticada
El anuncio ha sido criticado por las distintas agrupaciones del Ejército. Desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) recuerdan que las Fuerzas Armadas estarán siempre allí donde se las necesite."Sin embargo -advierten-, no podemos ser los servidores públicos a los que se acude cuando todas las demás soluciones fallan. Todo ello por unas retribuciones paupérrimas, especialmente para la escala de tropa y marinería, cuyos empleos más básicos a veces no llegan a sueldos mileuristas".
La Unión de Militares de Tropa (UMT), por su parte, se pregunta qué condiciones laborales y qué funciones van a tener los militares que hagan de rastreadores. "En la administración civil, esta función la realizan fundamentalmente enfermeros cuyo salario es más alto y con el horario y condiciones propias de ellos. No como los militares, cuyas horas extras y festivos no cobramos y con condiciones laborales muy distintas como el cese a los 45 años del personal de tropa temporal".
En la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) lamentan también que los militares figuren siempre como el último recurso. "La falta de retribuciones dignas hace que los militares estén hartos de que se les tome el pelo y se haya convocado una manifestación el 19 de septiembre por parte de las asociaciones profesionales".
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