El doctor Luis Martínez Hervás se ha puesto al frente del hospital de Emergencia Covid-19 de Sevilla como gerente adjunto. Se trata del antiguo Hospital Militar Vigil de Quiñones, en la zona de Los Bermejales, que entró en funcionamiento el pasado 1 de febrero tras 15 años de abandono. Su apertura, tras seis meses de obras, ha requerido una inversión de ocho millones de euros.
Por el momento, tiene abiertas dos plantas con 88 camas convencionales, aunque aspira a convertirse en el cuarto hospital de referencia en la capital hispalense. El pasado 9 de febrero el Consejo de Gobierno de la Junta aprobó destinar 44 millones de euros para la finalización de este centro, que fue referencia a nivel europeo con tecnología puntera de la época.
"Por primera vez hay una apuesta firme y decidida de poner al servicio de los sevillanos estas instalaciones", señala el doctor Martínez en conversación con EL ESPAÑOL. Su currículum es curioso y extenso. Además de médico de profesión por la Complutense de Madrid y ser médico inspector por oposición nacional con el número 1 de su promoción, fue alcalde por el PP de la localidad madrileña de Parla en la legislatura de 2015.
Por tanto, al tener experiencia en la gestión política, puede imaginarse lo que ha supuesto para los dirigentes políticos dominar los bandazos que ha ido dando el virus durante este último año. Como médico, no olvida los malos momentos vividos en primera línea en el hospital donde era subdirector, el Virgen del Rocío. Sobre todo al principio ante la falta de medidas de protección individual.
Pero todo no son elogios. Ve difícil calificar la gestión de la Covid al tratarse de un problema internacional de salud pública con sus luces y sombras. Pero, precisamente por eso, al ser una pandemia mundial, cree que su gestión debe ir más allá del mando único que puede instaurar un país: "Ninguno ha dado con la solución mágica, lo que demuestra su complejidad". De ahí que vea interesante disponer de "medidas únicas para toda Europa en materia de prevención o de vacunación".
El funcionamiento
A su juicio, la apertura de este hospital es "claramente un ejemplo de éxito de gestión política y sanitaria ante este virus". Por el momento, es un centro auxiliar, dependiente del Virgen del Rocío, con tres plantas habilitadas con 144 camas y 25 de UCI. Atiende exclusivamente a pacientes Covid, pero aspira a más.
En las dos primeras semanas de funcionamiento ha registrado un total de 104 ingresos y 44 altas en sus dos plantas abiertas. De ellos, 50 continúan recuperándose y otros diez pacientes se encuentran en UCI.
El objetivo inicial era abrir a principios de marzo la tercera planta, pero ante el descenso de las cifras de hospitalizados y la estabilidad del número de ingresos en los demás centros, hay mucha incertidumbre sobre su apertura, según señalan desde el Sindicato Médico. Entre otras cosas porque se requeriría más personal. En la actualidad trabajan en él más de 350 profesionales de todas las categorías, la mayoría con experiencia en la atención a pacientes Covid.
Su funcionamiento, según el director adjunto, se está desarrollando muy bien, con gran implicación de todos los profesionales. "Me están llegando muchas felicitaciones por la respuesta que están dando a toda la demanda asistencial en un hospital nuevo y por la excelente coordinación desde el primer momento".
Descongestión de centros
En concreto, está sirviendo para dar soluciones en dos aspectos. Por un lado y en la fase más intensa de la enfermedad, al descongestionar al resto de hospitales sevillanos que han comprometido gran parte de sus recursos en el tratamiento de esta pandemia. Muchos ya han retomado las intervenciones que tuvieron que aparcar por la pandemia.
Por otro, porque según se van aliviando de carga asistencial pueden dedicar más recursos al resto de enfermos. El centro, según el doctor Martínez, continúa sin techo terapéutico. "Hay camas de hospitalización con presión negativa preparadas para cualquier tipo de acción asistencial, incluida la ventilación de alto flujo, y una UCI con 25 boxes de la más reciente tecnología".
En cuanto a su organización para la entrada y salida de los pacientes, el director adjunto asegura que hay mucha planificación detrás. "Procuramos no dejar nada al azar testando y retestando los circuitos, los procedimientos y los protocolos y corrigiendo disfunciones de manera continua".
Los enfermos que llegan a este hospital proceden de los servicios de urgencias de los hospitales del sistema de salud público andaluz. Por tanto, todos los que se derivan están estabilizados en sus puntos de origen y Martínez asegura que sus traslados están muy planificados.